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TESTIGO MUDO

Un suspenso terrorífico en torno al comercio clandestino de cine en Rusia.

25 de noviembre de 1996

Director: Anthony Waller Protagonistas: Marina Sudina, Evan Richards, Fay Ripley y Oleg Jankowskij la trama es tan insólita como terrorífica. Encerrada en un estudio de cine en Moscú, una maquilladora muda es testigo de una muerte escalofriante. Se trata del asesinato de una actriz porno en plena filmación como parte esencial de la película en realización. Tan monstruoso argumento sirve de base al guionista y director Anthony Waller para explotar todos los elementos del cine de suspenso y de terror que tiene a su alcance en aras de pegar al espectador a su butaca. Por medio de un juego que corre entre el desespero de la testigo por comprobar el asesinato y el intento de los homicidas por ocultarlo, va descubriéndose la estremecedora realidad: la existencia de una mafia dedicada a la producción de un cine clandestino y demencial. Para su suspenso Waller se vale de una atmósfera oscura y fantasmal, a través de la cual intenta tapar cualquier asomo de luz en una trama turbia que no puede ser mostrada de otra manera. Sin embargo el guión no responde a las expectativas iniciales. Si bien el núcleo del filme es la persecución de la inocente testigo, el director abandona la razón principal de su cinta: develar la existencia de una mafia espeluznante alrededor de la industria cinematográfica. El impacto causado por la filmación de un asesinato real _eje de la película_ no se compadece con el espectador, pues el director solo lo muestra como un pretexto para montar una simple historia policíaca. El terrorífico argumento queda trivializado en las manos de un director que, abandonando la esencia de su filme, se dejó llevar solamente por el impacto emocional del público.