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THATCHER EN DO MAYOR

La música del desaparecido Aaron Copbland derritió el metal de la "Dama de Hierro".

12 de octubre de 1992


MARGARET Thatcher nunca ha sido una persona demasiado afecta a las cosas de la música: así lo demostró durante los años que estuvo al frente del gobierno, de la Gran Bretana, reducir ostensiblemente los subsidios estatales de las orquestas, las companías de ballet y las casas de ópera. Sólo la voz de Luciano Pavarotti "El Trovador", de Verdi, logró en una oportunidad hacerla ocupar uno de los palcos Covet Garden de Lons, el primer teatro lírico del Reino Unido.
Tal fue la sorpresa, que la prensa londinense registró el hecho en primeras páginas.
Ahora los británicos, entre asombrados e incrédulos, encuentran el nombre de la primera ex ministra en las vitrinas de las grandes tiendas de música formando del elenco de la más reciente grabación de la Sinfónica de Londres, por cierto una de las orquestas más prestigiosas del mundo.
En el disco, compacto digital, la Thatcher narra "El retrato de Lincoln", del norteamericano Aaron Copland, fallecido el año pasado, y autor de "Primavera en los Apalaches" y la "Suite Rodeo", dos clásicos de la música del siglo XX. "El retrato de Lincoln" utiliza como texto el llamado "discurso de Gettysburg", que ha hecho carrera en la historia política.
Autor intelectual, material y batuta del asunto, el director Wyn Morris no requirió demasiados argumentos para "fundir" a la Dama de Hierro. Basto con murmurarle suavemente al oído: "En éstos días turbulentos, de grandes crísis en las naciones, para narrar estas frases memorables no existe una voz más inspirada y apropiada que la suya, madame".
La Thatcher de inmediato dió el sí. Los menos sorprendidos han sido paradójicamente los políticos que, con fino humor, aseguran que "Maggie" siempre lleva en su cartera el dichoso documento de Gettysburg.
Dentro de un espíritu de amistad y democracia angloamericana la grabación contiene también obras de compositores de los dos países: el célebre "Adagio" de Samuel Barber, "Júpiter" de Gustav Holst y "Nimrod" y la archipopular marcha de "Pompas y Circunstancias" de Sir Edward Elgar.