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Carlos Andrés Hurtado. Galería Nueveochenta.

FERIA

Tiempo de galeristas

Cincuenta y cinco galerías de seis países, obras de más de 300 artistas en tres pabellones y espacios de exhibición para nuevos artistas trae la sexta edición de ArtBo, una feria que alcanzó su mayoría de edad.

16 de octubre de 2010

La principal virtud de las ferias es lograr fortalecer un mercado. Que la gente vaya a visitarla, y que compre lo que ofrece. Aunque mucho más joven que la del Libro, ArtBo, feria dedicada al arte que desde 2005 organiza la Cámara de Comercio de Bogotá, ya cumplió con este objetivo, al crear un espacio que esa expresión pedía a gritos. Pero no solo ha hecho que aumenten los compradores; ha ayudado a consolidar el coleccionismo y se ha ganado el reconocimiento del sector como el gran espacio de encuentro anual.

La muestra, cuya sexta edición comienza este jueves en Corferias, reunirá en un espacio de 10.000 metros cuadrados a 37 galerías internacionales y 18 nacionales. Andrea Walker, directora del evento, señala que, a pesar de que su énfasis sigue siendo en el arte moderno, existe entre las propuestas presentadas una fuerte presencia del arte contemporáneo. A los stands de las galerías, corazón de la feria, se suman un espacio dedicado al arte joven, uno para exhibir proyectos individuales desde la mirada de un curador y un pabellón para que los niños se acerquen al quehacer artístico.

Pero, sin duda, el fuerte de ArtBo son las galerías. Su presencia ha aumentado desde la primera edición, cuando contó con 15 nacionales y 14 internacionales. Para Luis Fernando Pradilla, director de la Galería El Museo de Bogotá y de la Galería Fernando Pradilla de Madrid, uno de los factores más interesantes de una feria como ArtBo es la dinámica entre los galeristas, que consiste no solamente en socializar y agremiarse, sino también en las posibilidades de intercambio con los artistas y galeristas extranjeros. La feria ha generado, según él, “una dinámica interesante en la que ya están comenzando a venir coleccionistas del exterior, lo que a nosotros, los galeristas locales, nos beneficia mucho”. Luis Ángel Parra y María Eugenia Niño, de la Galería Sextante y el Taller Arte Dos Gráfico, coinciden en que gracias a ArtBo los artistas han podido “abrirse hacia otros lugares, afianzar relaciones con colegas y, sobre todo, tener un contacto con personas de toda Latinoamérica interesadas en distintos campos relacionados con el arte”.

Y es que la feria genera oportunidades de encontrarse y dialogar con los artistas, con los curadores, con los galeristas, con los coleccionistas o con cualquiera que se sienta atraído por una obra en particular o que tenga curiosidad por averiguar un precio. Carlos Andrés Hurtado, director de la Galería Nueveochenta, señala que “el modelo ferial se ha vuelto cada vez más importante en el quehacer galerístico. La razón de ello es que es la plataforma más inmediata para lograr establecer vínculos de distinta índole”. En su caso, el vínculo que buscan establecer en esta ocasión es con el público más amplio de la feria, al vender obras, literalmente, a precio de huevo: “Kevin Mancera, que es uno de los artistas que representamos, va a intervenir 1.080 huevos y vamos a venderlos al precio de los huevos. Entonces la gente puede ir a comprar huevos, pero va a ser bien interesante imaginarse a los coleccionistas sacándole con un alfiler la clara y la yema al huevo para luego coger la cáscara, mandarla al marquetero, hacer una horma de acrílico y ponerla como una obra. Finalmente quien dota con esa noción artística una obra ya ni siquiera es el artista. Para este caso puede llegar a ser el coleccionista”. Además de los huevos, los visitantes podrán comprar también globos de helio, café y chocolates en el stand de su galería, donde la obra más cara tendrá un valor de 100.000 pesos.

Todos coinciden también en el entusiasmo que les genera la feria y en señalar su proyección, que tiene mucho que ver con el declive de su similar en Caracas. A esto se suma el buen momento de la economía, la ubicación geográfica de Bogotá y la apuesta de sus organizadores por la calidad. Estos factores juntos son el punto de partida del siguiente reto: consolidar a ArtBo como una de las ferias más importantes de Latinoamérica. Para lograrlo, dice Luis Fernando Pradilla, “es importante que la feria mantenga su pequeño formato y vaya creciendo a medida que el mercado crezca, porque lo importante es que a los expositores les vaya bien”. Ese formato ha permitido mantener la calidad de las propuestas de las galerías presentes en la feria, a la que son pocos los peros que le ponen los galeristas. En cambio, todos aplauden la labor que ha hecho la Cámara de Comercio, que ha sabido conjugar los intereses de los marchantes con la exposición de nuevos artistas para lograr su objetivo de fomentar la adquisición de obras artísticas en Colombia, gracias a que entiende que la labor de las galerías trasciende el aspecto meramente comercial y se trata, sobre todo, de la creación de vínculos en torno a un mismo interés: el arte.