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TIERRA COLOMBIANA

"Colombia campesina", una edición de la Caja Agraria con textos de Manuel Mejia Vallejo, recoge las costumbres de hombres y mujeres del campo.

1 de enero de 1990

El hombre del campo suele ser un estereotipo ya para el discurso político, ya para el sociólogo o para el simple observador. El hecho de que sea un desconocido, del que conocemos solo algunas de las facetas en ocasiones, como las fiestas populares, proviene desde luego de la perspectiva de nuestra cultura, que es una cultura burguesa, del burgo, la ciudad. Y cuando el hombre de la ciudad se adentra en el campo echa una mirada, casi siempre compasiva, hacia la vida rudimentaria que mora en las vastas extensiones. Allá lo vemos recortandose contra el horizonte, inclinado sobre el arado, desgranando los frutos, abriendose camino en las agrestes vegetaciones, frente al rio lanzando la red... tantos oficios, tantos rostros tantos días y atardeceres. Y los decires y las devociones, todo su cúmulo de creencias. La familia y la escuela, los quehaceres domésticos de las mujeres, el mercado y el intercambio: la sociedad campesina. Esta sociedad es, en gran medida, el soporte de la vida del país, de donde brota buena parte de su riqueza material, es el motivo de un nuevo y hermoso libro de Benjamin Villegas: "Colombia campesina", editado con el patrocinio de la Caja Agraria. Su texto evocador, de quien siente el palpitar de la tierra como su propio corazón, Manuel Mejia Vallejo, es como un rio vertiginoso, que arrastra con impetu las imagenes en las que el campesino colombiano ha sido reflejado. Y este reflejo, ya propiamente captado en significativos momentos, está nuevamente desplegado pero ahora en las imágenes que las fotografías componen como un verdadero album de esa vasta, curtida y valerosa parte de la familia colombiana: el campesino.
En cada cultura es comun encontrar elementos naturales que le son propios, que la identifican y que la acompañan en su desarrollo hasta convertirse en una especie de símbolo. Son materiales propios del entorno y su uso se hace tan popular que en ocasiones están presentes en todas las actividades diarias. Este es el caso de la guadua, que en la zona cafetera colombiana se ha hecho imprescindible a lo largo de los años.

Con este motivo, Villegas Editores, con el apoyo del sector financiero de la capital de Caldas, acaba de publicar su tomo "Bambusa guadua", un viaje por toda la zona cafetera marcada por la presencia de la guadua. Allí estan presentes pueblos enteros en guaduas, beneficiaderos, puentes acueductos, instrumentos musicales andamios y toda clase de utensilios.

El libro, fuera del testimonio fotográfico, muestra las diferentes facetas de la cultura de la guadua. Santiago Mutis descubre el sinnúmero de posibilidades de la planta. El agrónomo David Manzur Macias escribe sobre sus características físicas y reseña una de sus recientes investigaciones, en la que ha logrado la reproducción in vitro de la guadua, con lo que esta especie no solo se salva de desaparecer totalmente del paisaje nacional, sino que se puede mejorar su calidad. Y, finalmente, Simon Vélez se dedica a penetrar en los secretos arquitectónicos de la guadua, en sus diversas posibilidades estéticas presentes y futuras.

Impreso en Japon, "Bambusa guadua" es todo un homenaje a un material que ha estado presente a lo largo de la historia del país y gracias al cual la cultura del café ha llegado al sitio que hoy ocupa. -