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TV OR NOT TV

El gobierno da los primeros pasos para la despolitización de los noticieros

14 de febrero de 1983

No acababan de acallarse los pitos de año nuevo y de recogerse las serpentinas de las fiestas que habían echado cortina de humo sobre ciertos problemas, cuando empezó a resurgir uno de los temas más espinosos y delicados de la TV: los noticieros.
En los últimos meses habían corrido muchos rumores. Se hablaba de posibles prórrogas de los contratos, de caducidades administrativas, de cambios, de disminución del número de noticieros... Las expectativas creadas por los pronunciamientos del presidente Betancur al posesionar al director de INRAVISION, Gustavo Castro Caycedo, en el sentido de poner la TV al servicio de la comunidad "sin consideraciones de partidos ni de grupos, sin politiquería..." se cifraban en respuestas concretas y decisiones precisas.
Apenas comenzando el año, el lunes 3 de enero, Lucy Nieto de Samper en su columna de El Tiempo planteaba interrógantes en torno al tema y señalaba algunos de los puntos "calientes" del asunto: "Expedir un estatuto que establezca unas reglas claras y precisas sobre TV es difícil pero no imposible. En cambio podría crearle al presidente un dolor de cabeza, con tendencia a la jaqueca, el desmonte de los noticieros que fueron adjudicados para darles su cuota de pantalla a los jefes políticos". Y otros sectores apuntaban en el mismo sentido cuando señalaban que si Betancur no desmontaba los noticieros políticos estaría incumpliendo sus promesas.
Sin duda alguna, el problema de las implicaciones políticas de los noticieros se había convertido en un punto particularmente sensible para la opinión. El argumento político había transformado en cuestiones menores aspectos fundamentales como los de la cantidad y la calidad de los espacios informativos. No tardaron mucho las declaraciones del ministro de Comunicaciones, Bernardo Ramírez, que comenzaron a despejar algunas dudas: los contratos de los noticieros que estaban saliendo al aire y que vencían en julio --a excepción de Noticolor, al cual se le decretó caducidad administrativa--, se prorrogarían hasta final de año. Además, se pondría fin al sistema de contratación directa que venía operando para los programas informativos y de opinión.
Las decisiones, en general, fueron tomadas positivamente. En primer lugar, la prórroga de los contratos tenía por objeto beneficiar económicamente a los noticieros. Teniendo en cuenta que el descenso de la pauta publicitaria en los primeros meses del año agravaría aún más las ya serias condiciones económicas de algunos de ellos, prolongar su contrato unos meses les daba la posibilidad de lograr, al menos, un punto de equilibrio y aún posibilidades de recuperación con las mejores pautas publicitarias del segundo semestre. En segundo lugar, poner fin al sistema de contratación directa y establecer la licitación como medio de adjudicación también para los espacios informativos y de opinión significaba, según algunos observadores, que se estaban dando los primeros pasos para la despolitización de los noticieros. Según fuentes autorizadas, al entrar los espacios informativos a formar parte de la licitación general, tendrán que someterse, previo al pliego de condiciones, a un sistema de clasificación y calificación que tendrá en cuenta aspectos tales como idoneidad profesional, respaldo económico y tecnico, cumplimiento con las normas y con los compromisos económicos adquiridos con anterioridad con INRAVISION, entre otros. No habrá, según se ha dicho, ni padrino ni palanca que valga. De concretarse las buenas intenciones en este sentido, se lograría la tan buscada despolitización o, al menos, la "despolitiquización" de la información.
Los noticieros que actualmente figuran en la programación y que ocupan 19 de las 150 horas de emisión, a excepción de Noticolor, podrán presentarse, junto con otros proponentes, a la nueva licitación que se abrirá a mediados de julio y que se adjudicará entre agosto y septiembre, pero tendrán que someterse al sistema mencionado de calificación.
Abogados del diablo
Hasta aquí todo estaría aparentemente claro. Sin embargo, algunos, desempeñando el oficio de abogados del diablo, han expresado algunas dudas. Con respecto al supuesto beneficio económico que se derivaría de la prórroga de los contratos, hay quienes afirman que es un sofisma de distracción. Según las nuevas disposiciones, los noticieros --que se emiten antes de las 11 p.m.--, no podrán incluir comerciales de licores, vinos, cigarrillos y cervezas, productos que representan un alto porcentaje de la pauta publicitaria. Además, persiste la creencia de que no es conveniente anunciar ciertos productos en espacios informativos --gran parte de los productos de consumo exclusivamente femenino y algunos alimentos--, porque un análisis de composición de audiencia no arrojaría un porcentaje considerable de potenciales consumidores de los mismos. Estos factores pondrían, entonces, a los noticieros en mayores dificultades económicas o definitivamente en manos de entidades y grupos financieros, lo cual podría crear dificultades adicionales, fácilmente deducibles.
Con respecto al candente tópico de la despolitización, hay quienes piensan que sería difícil llevarla a cabo, especialmente por lo que se refiere a dos de los noticieros conservadores, TV Hoy y 24 Horas. Si bien ambos son reconocidos como profesionales, en uno de ellos, TV Hoy, la cuota política es reivindicada con mayor frecuencia en la orientación del informativo, cuyo director, Andrés Pastrana, ha sido elegido presidente del Concejo de Bogotá. Un problema igualmente delicado se plantea en el caso de 24 Horas, adjudicado como cuota del sector alvarista. Aunque existe consenso de que el noticiero es el mejor del país, se podría presentar un problema por cuanto el Designado, Alvaro Gómez Hurtado ha anunciado su candidatura a la presidencia de la República. Algunos se preguntan si el sistema de calificación de proponentes incluirá un régimen de incompatibilidades y, ademas, se cuestionan acerca de si habra alguna forma para evitar que un profesional del periodismo salga del ring por cuenta y riesgo de la vinculación política.
El quid del asunto
El punto central de la promesa de despolitización confluiría en el verdadero meollo del problema: el estatuto de TV. Aunque la administración Betancur ha manifestado que no está interesada en el manejo político del medio, como sí lo han estado otras administraciones, el hecho de que INRAVISION tenga capacidad de reglamentación y pueda promulgar acuerdos según el criterio del director de turno, le ha comunicado una gran inestabilidad al medio y lo ha convertido en instrumento manejable a discreción, al servicio de intereses gubernamentales y de partido. De todo ésto se desprendería la necesidad de la sanción de un estatuto como norma fija y precisa que contemple no solamente la definición de la TV como servicio público y sus objetivos, sino también las normas técnicas y reglamentarias, sistemas de regulación y control, y normas de contratación que incluyan la reglamentación para la calificación de proponentes, las condiciones de las licitaciones, el término de los contratos (hay quienes afirman que lo racional debería ser cuatro años con un mínimo de cuatro horas por programadora), lo mismo que los deberes y derechos de los usuarios.
A pesar de que el estatuto ha sido largamente anunciado desde julio de 1980, aún no ha salido humo blanco de los cónclaves realizados en varias oportunidades en las oficinas del ministerio de Comunicaciones. Según los entendidos en la materia, para que el estatuto entre pronto en vigencia y sirva de marco para la próxima licitación, sería necesaria una decisión de alto nivel político que obviaría los trámites regulares de los debates en el Congreso. Si el estudio del proyecto pasara al Congreso, sería probable que no se produjera una sanción rápida. Seguiría corriendo tinta y su vigencia tal vez no alcanzaría a cubrir la próxima licitación. Habría entonces que buscar otro medio. Como al parecer, según indagaciones hechas por SEMANA, habría consenso entre los diferentes sectores de los partidos en torno a un punto central: que la TV debe ser un sistema mixto y que por el momento no es conveniente su privatización, el sistema para agilizar la sanción del estatuto sería el de una concertación entre los jefes políticos. Aunque ellos no tienen autonomía para sancionar el estatuto, el hecho de que le den su visto bueno sería un paso adelante para que el Congreso otorgara facultades extraordinarias al presidente, quien podría sancionarlo antes de julio, previamente a la licitación.
Por lo pronto, hay indicios indiscutibles de las buenas intenciones del gobierno en la materia. Sin embargo está por verse el ritmo paisa en este campo. Desde hace mucho tiempo, los programadores y los críticos de TV vienen pidiendo un estatuto que garantice estabilidad y condiciones para que el medio se desarrolle técnica y profesionalmente, al margen de los avatares y de los cambiantes vientos de la política partidista. El mismo presidente parecía estar de acuerdo cuando señalaba: "el único grupo de presión que quiero que tenga expresión en la televisión, en INRAVISION, es el de la comunidad". Así sea.--
Opinan los directores
Andrés Pastrana-TV Hoy
La despolitización de los noticieros depende de lo que se entienda. TV. Hoy es básicamente un noticiero, tanto a nivel nacional como a nivel internacional. Buscando la imparcialidad, porque la parcialidad se da de acuerdo con el criterio del televidente. Ser un noticiero ante todo es nuestro propósito.
En Colombia no sólo la TV, sino todos los medios se identifican políticamente.
La radió y la prensa representan pensamientos políticos de uno y otro sector. Buscan la objetividad y la imparcialidad. En la administración pasada no los politizaron sino que los adjudicaron con criterio político.
Mauricio Gómez-24 Horas
El noticiero 24 Horas se reserva el derecho a opinar sobre las reglamentaciones en materia de TV.
Como de todos es sabido, la televisón en nuestro país es del Estado y por lo tanto éste tiene facultades para dictar las reglamentaciones que considere convenientes.
Jaime Soto Contrapunto
En Contrapunto la información es apolítica en el sentido de que nunca ignoramos a ninguno de los actores de ella, lo que es político definitivamente es mi comentario. Y lo es no solamente porque tengo el derecho de hacerlo, sin que se nos hayan limitado los temas, sino porque el noticiero me fue adjudicado como una cuota del partido liberal.
Despolitizar el periodismo por TV meparece incoherente e injusto, porque equivaldría a colocar a los periodistas fuera del más moderno y eficaz medio de comunicación e impediría a la opinión conocer por tal medio la manera como se manejan o se pueden manejar los intereses del país.
Manuel Prado-TV Mundo
Entiendo que la despolitización de los noticieros es la misma de que hablaban en sus campanas Lopez y Galan. Es decir, que periodísticamente se transmitan las opiniones de todas las corrientes ideológicas que hay en Colombia.
La licitación anteriorse hizo con un criterio político partidista, esa fue una decisión de gobierno. Pero yo pienso que hay que darle cabida objetiva y equitativa a todos los sectores, que no exista un criterio excluyente y se de un tratamiento ecuánime. Porque lo que es noticia es noticia venga de donde viniere. Lo contrario sería antiperiodismo.
Arturo Abella-Telediario
La despolitización de los noticieros me parece excelente. Si se hace.
Darío Restrepo-Noticolor
Sobre la despolitización se ha especulado mucho. Al margen del criterio que se tenga de despolitización, yo tengo un criterio particular. Pienso que los noticieros deben ser eminentemente informativos, sin sectarismos, que cumplan con el servicio de informar objetivamente a la opinión pública sobre los acontecimientos nacionales y mundiales, sin que se conviertan en un mazo contra nadie.
Fernando Buitrago-7días
Totalmente de acuerdo. La información es sagrada y, por tanto, tiene que estar alejada de cualesquiera tendencias políticas o ideológicas.