Un canto a Lisboa

Madredeus es al mismo tiempo Lisboa y Teresa Regueiro. Lisboa, porque todas las canciones de esta agrupación, nombren o no a la capital portuguesa, tienen de fondo a esta ciudad que hasta el nacimiento de Madredeus hace 20 años era conocida musicalmente en el mundo por el fado. Y también Lisboa, porque fue Una historia de Lisboa, la película del alemán Win Wenders (para la que compusieron e interpretaron la banda sonora), la que los hizo famosos en el mundo. Teresa Regueiro, porque ellos han creado la música a lo largo de su trayectoria para que se adapte a los cambios de voz y de personalidad de esa cantante lisboeta que Pedro Ayres, el creador, encontró en una audición cuando apenas tenía 17 años.

Entre los tres (Madredeus, Lisboa y Teresa) han construido una unión que ha resultado más que exitosa. Madredeus, que comenzó como una especie de grupo de culto para un selecto número de amantes de la música, terminó siendo la agrupación de origen portugués más reconocida y seguida del mundo. Sus discos se venden en más de 40 países y sus conciertos son aclamados en países tan diversos como Japón, Suráfrica, Arabia Saudita, Brasil... Después de tantos años visitarán Bogotá y Medellín el 3 y el 5 de octubre, respectivamente.

"Lo que es parecido en Madredeus con el fado lisboeta es la dignidad de la voz y la cantante", dijo Pedro Ayres desde Lisboa, en entrevista telefónica a SEMANA. quien aclaró que en Portugal se comprendió bien desde un comienzo que su música no era fado, pero que en el extranjero fue más difícil que se hiciera esa diferenciación. "Queríamos hacer una música tan solemne que pudiera hacerse en silencio y con un instrumento tan frágil como la guitarra clásica, en donde la palabra y la cantante fueran lo principal". En sus inicios decidieron tocar sólo en lugares imponentes como viejos castillos, teatros. Con el tiempo han salido de estos espacios y han trasladado esta música, inspirada en los grupos de cámara europea, a grandes escenarios más propios del rock que de la llamada música culta. "Desde antes de que existiera Madredeus queríamos hacer una recreación de la 'saudade', que es un tema más presente en el fado -sigue contando Ayres con su portuñol-. En portugués esto quiere decir el sentimiento de un recuerdo, la alegría de estar triste". PeroAyres estaba convencido de que la voz tenía que ser de una mujer. "Pueden decir muchas cosas que a un hombre no le queda bien. Hicimos audiciones hasta encontrar una voz y una figura que fuera la imagen de este grupo experimental".

Teresa, además de una voz "muy bella y natural", poseía, según Ayres, un don particular y era que cada vez que cantaba se ponía muy alegre. "Eso fue muy inspirador para nosotros. La invitamos a representar a esa mujer, a ese espíritu, a esa alma que está esperando algo y que nos cuenta que lo está esperando. Y el público quedó encantado con su voz, con su imagen...". Fue la misma Teresa, sin embargo, la que los ha obligado a cambiar constantemente. "Ella es nuestra gran inspiración, nuestra gran intérprete y también nuestro gran límite. La verdad es que la música está hecha para ella. Y por tal motivo es diferente lo que escribimos cuando ella era niña a la que escribimos más tarde. Cada vez que creamos un nuevo concierto lo hacemos para una figura que inspira cosas diferentes en las personas a causa de su cambio físico, de su mirada, de su voz". El concierto que presentarán en Colombia, Un amor infinito, es la música que Madredeus escribió para la Teresa que es hoy en día. Una gira que incluye 20 canciones de sus dos últimos trabajos, Un amor infinito y Faluas de Tejo, que ha sido dedicado por completo a Lisboa. Que Teresa le dedica a Lisboa porque como dice Ayres, "Madredeus no se puede imaginar sin Teresa. Es su música. Es como su nombre artístico".