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¡UN, DOS, TRES!

No sólo con cantanles se hace un musical

17 de octubre de 1983

Entre d momento en el cual se escogen los cantantes y la carta indignada de un lector de tele-revistas o el apoyo incondicional de otro después de la emisión de un musical de TV, se esconde un largo proceso. Todo ese trabajo tras las cámaras no explica muy bien por qué existen esas personas empeñadas en sacar adelante este tipo de programas, mientras hay programadoras que duermen sobre sus laureles y pasan viejas películas de grupos de rock o trasnochados shows de cantantes como Rafael, Camilo Sesto, Julio Iglesias o Rafaela Carrá, con rendimientos económicos mayores.
Más de cinco musicales se presentan semanalmente por los canales de la TV y siempre hay alguno que suscita comentarios encontrados entre los comentaristas del medio y los televidentes. Realizarlos exige un trabajo minucioso que tropieza con obstáculos como los veleidosos temperamentos de algunos cantantes.
Sin embargo, no sólo de cantantes vive un musical. Aunque éstos son los que aparecen en la pantalla, el resultado de un programa no siempre depende de la calidad de los artistas. Su escogencia corre paralela con el diseño de la escenografía y un cuidadoso manejo de cámaras, luces y sonido. Luego viene otro paso que apenas en los últimos tiempos, gracias a la sofisticación de los equipos, empieza a incorporarse a la realización de musicales: la post-producción. De ahí que los televidentes ven que se multiplica el cantante, que el trompetista se repita en muchas imágenes que, además, llevan el ritmo de la música, entre otras muchas de las "piruetas" que se logran apretando clavijitas de efectos especiales. El "Show de Jimmy", el musical con mayor rating de sintonía, que lleva 8 años en el aire, presenta varias secciones; cada 20 días antes se contratan los artistas que van a participar en un programa. El escenógrafo, Mario Ospina, realiza planos y maquetas de acuerdo con la ambientación que quiera dársele al programa. Mientras se avanza en lo que será el material que se graba en el estudio, el ballet de las "supernotas" que dirige Freddy Hernández ensaya independientemente la coreografía del programa. Y al mando del "culebro" Hernando Casanova, los "Recochan Boys" graban los lunes sus sketchs en exteriores. "El Show de Jimmy" se graba los martes en el estudio 5 de Inravisión. Después de que termina la grabación de "Cabeza y Cola", comienza el montaje del estudio que no termina hasta las nueve o diez de la noche, cuando comienza la sesión de grabación.
Cuando se tiene el material grabado, se lleva a un estudio para realizar la edición y la post-producción, la parte más delicada del trabajo. Ahí es donde se "pule" el programa, se cuadran los tiempos de acuerdo con la pauta publicitaria, se incorporan los créditos de los cantantes o los temas. Listo el programa, se lleva a Inravisión, con 24 horas de anticipación, ya listo para salir al aire.
La realización del musical cuesta aproximadamente un millón de pesos, alta cifra que, unida al duro proceso que implica sacarlo al aire, muestra que, más allá de opiniones personales que cada cual tenga de este programa, se trata de un intento válido por tratar de montar un decoroso espectáculo de TV.
Mientras que "El Show de Jimmy" es el ejemplo más importante de los musicales realizados en estudios ajenos a la programadora, "Espectaculares JES" y "El Show de Jorge Barón" son dos musicales hechos en estudios propios. "Espectaculares JES" se ha caracterizado por traer artistas extranjéros de renombre, lo cual le ha significado reacciones de nacionalistas a ultranza y aun del Sindicato de Artistas y Compositores. En 1980, la programadora importó los más modernos equipos de post-producción que, aunque al comienzo revolucionaron el campo de los comerciales, después aportaron su grano de arena a la realización de los musicales. Ese mismo año JES convirtió una bodega del barrio Quinta Paredes en un estudio y es allí donde se realiza "Espectaculares JES", un programa aparentemente más sobrio que "El Show de Jimmy" --una presentación, una despedida y un diálogo entre Julio E. Sánchez y el artista de turno pero más sofisticada en términos de producción. El director y el productor del programa, Julio Sánchez Cristo, se ha convertido en un experto en el manejo de los efectos especiales. La soterrada "guerra" entre JES y los artistas nacionales tiene dos caras: la crítica nacionalista al hecho de que el programa se haya especializado en artistas extranjeros y la crítica de la programadora a los artistas nacionales "muy medrosos y muy pasivos. Muchos programas hay que salvarlos a punta de efectos especiales, que no es lo óptimo. Si los artistas ayudaran más invertiríamos con gusto mayores sumas de dinero".
La escenografía la realiza Mario Ospina, ayudado por Alberto Sánchez. "El Show de las Estrellas" es el programa básico de Jorge Barón Televisión. Sin embargo, "Embajadores de la música colombiana", el musical que actualmente trasmiten 200 estaciones de la cadena hispana de los Estados Unidos es su hit porque, según Barón, "ha ayudado a cambiar la mala imagen que tiene Colombia en los E.E.U.U.". Esta programadora que ha crecido con las uñas también tiene su propio estudio y compite con JES y RTI en cuanto a equipos sofisticados de efectos especiales. A diferencia de JES Jorge Barón no se interesa en la realización de comerciales y el elenco de sus programas está compuesto generalmente por algún artista colombiano y alguno de los extranjeros que vienen de gira al país.
Isadora y Lyda Zamora, dos pilares de la farándula, decidieron meterse de lleno a la televisión ya no como invitadas por algún programa, sino directamente como directoras de sus propios programas. Sus musicales son remanentes del antiguo estilo, de los shows de hace algunos años, con escenografías costumbristas, entrevistas de cajón y artistas que están apenas comenzando o que no han logrado mucho prestigio en el medio.
Si bien la tecnología ha cambiado bastante el panorama de los musicales de televisión, aún quedan muchos aspectos que hacen pensar que la evolución técnica ha sido más rápida que la de las ideas. Los estudios privados han permitido ciertos avances. Sin embargo, la limitación de recursos y de tiempo impiden el montaje de verdaderos espectáculos musicales. Por otro lado, los cantantes colombianos no renuevan sus repertorios y repiten las mismas canciones en uno y otro musical, no saben manejar las manos y no siempre se visten adecuadamente. No son raras las ocasiones en que a pleno sol, en escenarios naturales, los cantantes aparezcan vestidos de coctel o de smoking.
Los grupos de jazz o de rock que se presentan, tampoco parecen dispuestos a aportar algo propio; la mayoría de las veces se limitan a interpretar temas de otros grupos extranjeros o simplemente imitan temas comerciales de moda. En estas condiciones, resulta aún más titánica la tarea de mantener vivo un musical.--