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UN MUSEO CON AUDIENCIA PROPIA

Viejo espacio recuperado para la plástica.

EDUARDO SERRANO
4 de enero de 1999

Se reinauguró recientemente el Museo de Arte Contemporáneo del Minuto de Dios, institución fundada hace 32 años por el padre Rafael García Herreros, la cual cumplió durante varias décadas con una importante labor en lo relativo a la presentación, conservación y difusión del arte nacional. El museo había cerrado sus puertas en 1993 debido a las dificultades económicas por las que atraviesan con frecuencia las instituciones artísticas, viéndose obligado a guardar su colección y a suspender los servicios culturales que prestaba a la comunidad.
Si tenemos en cuenta que los museos de artes plásticas bogotanos están todos situados en el centro de la ciudad, compitiendo unos con otros por atraer el escaso público que visita las exposiciones, la ubicación de este museo en el occidente capitalino le otorga una importancia cardinal. Es un museo con una audiencia propia y con una comunidad bien definida a la cual dirigir sus actividades y programas. Podría compararse con el Museo del Barrio de Nueva York, el cual sirve también principalmente a una comunidad _los latinos del alto Manhattan_ y orienta sus esfuerzos didácticos y difusores hacia la satisfacción de las necesidades culturales de ese sector.
La reapertura del museo es una buena noticia en este momento en el cual se han visto reducidos dramáticamente, a lo largo y ancho del país, los espacios para presentar obras de arte. El edificio tiene un área dedicada a la colección permanente, en la que pueden exponerse las obras recopiladas en su anterior etapa, así como las nuevas donaciones, y un área para exposiciones temporales donde se mostrarán los trabajos de los artistas, tanto nacionales como extranjeros, cuyas obras se ajustan a los designios divulgativos de la entidad. Pero más importante todavía, el museo cuenta con espacios que pueden adecuarse para conferencias y talleres que le permitirán cumplir con los propósitos educativos que son la espina dorsal de las entidades de su índole.
El Museo de Arte Contemporáneo reabrió sus puertas con una exposición de Nadín Ospina, el artista de los precolombinos futuristas y de las pinturas elaboradas por otros, la cual es una especie de retrospectiva puesto que incluye trabajos de todas sus etapas, desde sus composiciones con múltiples elementos parecidos hasta piezas de estilo precolombino que ostentan los rasgos de personajes de Disney, como el perro Tribilín y los ratones Mickey y Minnie. En la sala infantil el escultor Germán Botero realizó una instalación que permite llevar a cabo construcciones y dibujar en el espacio, con base en unos módulos originados en sus piezas; mientras que en el área dedicada a los audiovisuales se presenta la muestra titulada 'Mirada desde el Sur', conformada por videos de artistas argentinos, chilenos y brasileños que ponen de relieve el desarrollo de esta modalidad creativa en sus respectivos países. Las instalaciones del museo fueron adecuadas a sus nuevas perspectivas y sus blancos espacios y luz cenital _seguramente filtrada para proteger las obras_ representan una invitación a la creatividad de los artistas y a la reflexión del público, sin duda el más beneficiado con la reapertura de este espacio para la expresión plástica.