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UN ROCKY MAS

Sylvester Stallone parece haber encontrado la fórmula de hacer dinero con un mismo tema.

23 de agosto de 1982

Silvester Stallone parece ser uno de esos excéntricos, poderosos, y vulnerables hombres que muchas mujeres adoran. La fidelidad de sus seguidoras y seguidores, se puede medir por el dinero que le han dejado las dos primeras versiones de la película "Rocky". Produjeron una ganancia de 400 millones de dólares, con una inversión que no superaba los 9 millones. La tercera versión se aproxima a una nueva marca de taquilla: US$ 30.000.000 durante los primeros diez días de estreno en los Estados Unidos.
Este éxito comercial no es extraño en una sociedad que se alimenta constantemente de mitos y, sobre todo de los que fabrica el cine. De allí han salido James Dean, Humphrey Bogart, Marilyn Monroe, Jayne Mansfield...
Ahora, Silvester Stallone quiere seguir esos pasos, escribiendo, dirigiendo y actuando en esas películas de argumento simplón, que carecen de peso, pero que atraen miles de espectadores de esos que van a cine "no para matarse la cabeza, sino para entretenerse".
En realidad Rocky III viene a confirmar una vez más, las palabras de Von Stroheim cuando en 1923 afirmaba que la industria del cine parecía una "fábrica de salchichas". Su historia está llena de series iguales en sus peculiaridades argumentales, repetidas hasta la saciedad. Después de observar "Rocky I", "Rocky II" y ahora "Rocky III", se constata que Silvester Stallone ha optado por "lo seguro".
Ni siquiera en las otras películas, de temática distinta, en las que ha actuado, como "FIST", donde hace de líder obrero, o "Halcones de la Noche", donde actúa como policía secreto, abandona el temperamento de Rocky Balboa, encarnación del sueño americano de batallador incansable en pos del éxito, el típico "Self made man".
Así, la última versión de "Rocky" vuelve a repetir la Historia de Balboa, el muchacho de Philadelphia que lucha por superar cualquier obstáculo, por insalvable que parezca. El título mundial de los pesos pesados está en su poder, pero la fama ha hecho que poco a poco, se olvide del gimnasio.
Anuncia su retiro para después de su última pelea contra Clubber Lang (Lawrence Tero), boxeador negro de brillante trayectoria. Rocky pierde el título debido a su deficiente preparación física. Uno de los espectadores es Apollo Creed (Carl Weathers) a quien Rocky en la segunda película de la serie, venciera. Este se hace cargo del entrenamiento posterior, pues Rocky decide no abandonar el boxeo hasta que vuelva a recuperar el título.
Poco a poco, con tenacidad y con la ayuda de Apollo, vence las dificultades. Está listo para la revancha.
Clubber Lang es derrotado y Rocky reconquista el título de los pesos pesados.
Nada nuevo para el espectador, a no ser que piense en las 38 libras de peso que aumentó Stallone, bajo la dirección de un nutricionista, para lograr mucho más realismo que en las dos versiones anteriores. ¿Se filmará "Rocky IV" ?
Rafael Parra Grondona