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UN TOQUE DE ITALIA

Sin haber salido de Inglaterra Shakespeare conocía bien las costumbres italianas Giovanni Florio fue su principal contacto

29 de noviembre de 1982

Un erudito Italiano que vivió en Inglaterra en el siglo XVI y se abrió camino en la corte Isabelina, fue quien enseñó a William Shakespeare los íntimos detalles para que Romeo y Julieta actuasen como auténticos habitantes de Verona.
Según el escritor Inglés Anthony Burgess, la influencia de Giovanni Florio, o John Florio, un italobritánico educado en Oxford quien fué secretario del apuesto conde de Southampton, fue notable.
Florio estudió y enseñó en Oxford, no lejos de Stratford on-Avon, donde el padre de Shakespeare tenia un negocio de venta de guantes que frecuentó. Es posible que el joven Shakespeare también haya conocido por intermedio de Florio a Giordano Bruno, pero lo cierto es que el más grande dramaturgo inglés, que no era un estudioso sino un hombre ávido de información, supo de las costumbres de Italia "un país violento y genial" merced a estos dos personajes.
El padre de Florio fue protestante y se refugió en la Inglaterra isabelina y antipatista, donde prosperó al punto de poder brindarle a su hijo una educación en Oxford para que se abriese camino entre la aristocracia de la época.
Florio y Shakespeare, según Burgess, terminaron por hacerse amigos en el año de la peste de 1592, en Londres. Debido a la peste, los teatros de Londres cerraron y Shakespeare estuvo inactivo. Por intervención de Florio, el Conde de Southampton ofició de mecenas, y el escritor le dedico dos poemas "Venus y Adonis", y "Lucrecia", para agradecerle su protección.
Más tarde, la madre del noble inglés hizo que Shakespeare escribiera sonetos implorando al Conde que se casara, si bien sus sentimientos eran muy diversos porque era homosexual.
Fue en aquella época que Florio enseñó a Shakespeare expresiones toscanas y la topografía de la región veneta, porque, según Burgess, era realmente un maestro que a los 25 años publicó un libro titulado "Primeros Frutos", en realidad la primera gramática de expresiones inglesas e italianas. Esto tuvo su razón de ser porque la Corte de Isabel I detestaba a los españoles de Felipe II con quienes guerreaba, y tampoco quería, al exhugonote Enrique de Navarra, luego coronado Enrique IV de Francia, quien afirmó que "París bien valía una misa" y por ello se convirtió al catolicismo, Italia fue así un numen cultural de Inglaterra y muchas obras teatrales de la época, que no pertenecieron a Shakespeare, tuvieron como trasfondo la península.
En 1611, Florio publicó el primer diccionario italiano-inglés que, según Burgess, aún hoy es útil, pero la obra que realmente influyó en Shakespeare fue su traducción de los ensayos de Montaigne que se publicaron en Inglaterra en 1603, al año de la muerte de la Reina Isabel. El propio Burgess así como numerosos críticos británicos, afirmó que el "Hamlet" shakesperiano es lo más cercano a Montaigne que pueda encontrarse en la literatura isabelina. Al parecer Shakespeare vio el manuscrito de la traducción de Florio, y quedó influenciado al punto de hacer del príncipe danés una réplica de la "Antología de Raymond Sebond", esto es, un intelectual que teme la acción porque en ella se encuentran las raíces del mal, de acuerdo con Montaigne.
Shakespeare jamás salió de Inglaterra y todos sus viajes fueron de Stratford-on-Avon a Londres y viceversa. Sin embargo, la influencia italiana de Florio le quitó su condición insular, y quizás también porque la propia Isabel I hablaba con tanta fluidez el toscano que algunos la llamaban "La Florentina". Y si esto fuera poco, para Anthony Burgess, existe además el diccionario de Florio.
"Si cualquier italiano quisiera aprender algo de la Inglaterra isabelina, tiene a su disposición uno de los mejores tratados de lexicografía jamás escritos" afirmó.