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Visión de un siglo

A partir de la colección privada de Eduardo Costantini se inauguró recientemente el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires.

29 de octubre de 2001

El 21 de septiembre abrió sus puertas el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), una idea que surgió en 1996 cuando Eduardo Costantini decidió construir un edificio para albergar su colección particular de arte latinoamericano y moderno. Su construcción estuvo a cargo de un grupo de arquitectos argentinos que ganaron un concurso abierto realizado por la Unión Internacional de Arquitectos en 1997. La colección consta de 283 obras de 78 artistas de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela. A éstas se agregaron 55 piezas procedentes de colecciones e instituciones internacionales para completar la exposición ‘Arte en América Latina’, con la cual se inauguró el Museo.

Esta muestra de arte latinoamericano comienza en el final del siglo XIX y continúa a lo largo del siglo XX. Se divide en 14 módulos temáticos y cronológicos. Se inicia con el despunte de la modernidad, dando cuenta del contacto de los artistas latinoamericanos con los movimientos estéticos de Europa en las primeras dos décadas del siglo pasado. Luego continúan las obras de los años 30 y 40, cuando hubo un retorno a lo social y a temáticas latinoamericanas. Se destacan las pinturas del argentino Antonio Berni, cuya obra Manifestación es quizá la más emblemática de la colección al recordar los sucesos de la década del 30, cuando un enorme descontento social se apoderó de Argentina como consecuencia de los efectos de la gran depresión.

También están Accidente en la mina, de David Alfaro Siqueiros, y el Autorretrato con chango y loro, de Frida Kahlo, al lado de obras de Diego Rivera y de José Clemente Orozco.

Los períodos de la Segunda Guerra Mundial y el surrealismo están representados con obras de Alejandro Xul Solar, Rufino Tamayo, Juan Batlle Planas, Tarsila do Amaral, Wilfredo Lam y Roberto Matta. A estas les siguen el regreso a lo concreto en los años 50, el arte óptico y cinético, el informalismo, la neofiguración, el desarrollo del uso del volumen como lenguaje, el arte crítico, conceptual e irónico y el uso de las nuevas tecnologías. El volumen y las grandes dimensiones tienen su representante en Los viudos, de Fernando Botero.

Agustín Arteaga, director del Museo, dijo a SEMANA que el objetivo del Malba es recuperar el arte latinoamericano, que fue desplazado de los grandes museos. “Malba es un espacio para la cultura, pretende continuar con la tarea que iniciaron las grandes exposiciones historicistas sobre América Latina desde los años 80. No con ese sentido reivindicativo derivado de la indiferencia a la que fue sometido el arte latinoamericano durante casi medio siglo de Guerra Fría, sino como puente de enlace entre norte y sur, este y oeste, de nuestro continente y fuera de él”.