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"Vivimos bajo la dictadura del video"

En diálogo con SEMANA Fernando Botero expresa su molestia con la Bienal de Arte de Venecia y cuestiona el valor del arte contemporáneo.

20 de abril de 2003

Fernando Botero estaba feliz. Desde el Domingo de Ramos 20 de sus voluptuosas esculturas de bronce contemplan silenciosas las aguas mansas que bañan Venecia (Italia). Después de exponer sus obras en algunas de las más agitadas avenidas del mundo había llegado a la ciudad de los canales para deleite de gondoleros y turistas que navegan por sus plazas. Además, desde ese día había colgado 25 pinturas en el Palacio Ducal de la espléndida Plaza de San Marcos. ¿Faltaba algo para completar la dicha? "Nada, responde él, todo era perfecto. Era un sueño hecho realidad". Sin embargo los organizadores de la famosa Bienal de Arte, que comienza el 15 de junio, presionaron para que las obras fueran retiradas anticipadamente y así evitar cruzarse con la exposición. Botero reaccionó con indignación. "Me están amordazando", exclamó en tono severo. De este episodio y de sus conceptos sobre el arte contemporáneo el artista, nacido en Medellín en 1932, habló con SEMANA.

SEMANA: ¿Quién ordenó retirar anticipadamente sus obras de Venecia?

Fernando Botero: La decisión fue tomada por los organizadores de la famosa Bienal de Arte, son personas muy influyentes en esta ciudad.

SEMANA: Pero, ¿con qué argumento?

F.B.: Yo entiendo que porque la competencia era demasiado grande. Ellos están en un rincón perdido de Venecia, en los Jardines, y yo en pleno centro. Les iba a hacer la sombra total.

SEMANA: ¿Cómo se siente con semejante decisión?

F.B.: Pues muy mal. No hay duda de que me están amordazando. Es quitarle la voz a la oposición.

SEMANA: ¿Por qué habrían de amordazarlo si se trata de dos cosas distintas?

F.B.: Eso mismo pienso yo. Hay dos puntos de vista en el arte, es decir, el mío, que cree que el arte vive ligado a una tradición, y otro movimiento, que sencillamente se olvidó de que hubo 5.000 años antes de arte y que está haciendo cosas que encuentro sinceramente ridículas.

SEMANA: Es evidente que no le gusta ese tipo de arte.

F.B.: No me gusta. ¿Por qué? Porque están los artistas que tienen una unión con la tradición, como por ejemplo Picasso y los artistas de la nueva escuela que ahora ignoran todo porque hacen arte efímero. Sus obras desaparecerán. El problema está en que este movimiento del video y la instalación se ha vuelto como una dictadura. Vivimos bajo la dictadura del video y la instalación. Es como en los Estados totalitarios, que no dejan hablar a la oposición.

SEMANA: ¿Cree usted, sin embargo, que en esta nueva escuela hay artistas valiosos? ¿A quién, por ejemplo, iría usted a ver?

F.B.: La verdad es que no tengo tiempo de ir a ese tipo de exposiciones. Vivo bien informado y sé lo que pasa porque me entero a través de las revistas. Es cierto que voy al Museo de Arte Moderno de Nueva York, al Metropolitan, al Louvre, pero yo vivo demasiado ocupado. A veces voy a las mías y no con mucho gusto.

SEMANA: ¿A los artistas jóvenes les llamará mucho la atención que usted los desconozca?

F.B.: Ellos no necesitan que yo los conozca, ni yo necesito que ellos me conozcan, cada uno está en lo suyo.

SEMANA: ¿Pero a usted no le gusta el arte moderno o la escultura moderna?

F.B.: ¿Pero qué es el arte moderno? Ahí está el punto, qué es la vanguardia, todo eso está por discutirse. Hoy en día todo lo que es distinto y es vanguardia es arte moderno. Lo mío no es cubismo, no es impresionismo, no es realismo. Es otra cosa, lo mío es arte moderno metido en un arte que está basado en la tradición.

SEMANA: ¿Y del arte abstracto qué piensa?

F.B.: Pienso que tiene un excesivo interés en la parte decorativa y me parece que es un arte incompleto, pues creo que en el gran arte hay un balance entre los valores decorativos y los balances expresivos, por eso considero que un arte que es extraordinariamente decorativo le falta algo.

SEMANA: ¿Usted se mantiene en la posición de que Marcel Duchamp dañó el arte?

F.B.: La verdad es que desde Duchamp empezó la gran decadencia. Primero inventó los ready-mades y pues así es muy fácil hacer arte y así cualquiera hace arte con ready-mades. Duchamp parece que era muy perezoso, él inventó la pereza en el arte.

SEMANA: ¿Por qué cree que en este tiempo en que vivimos el arte es tan efímero?

F.B.: Primero que todo porque la sustancia misma de lo que se hace es muy pobre, lo que se dice es muy pobre. Por otra parte el aspecto físico: hoy vemos obras de arte que tienen mil años pero hay que esperar para saber cómo se van a ver estas obras en mil años en las instalaciones. Un elemento importante en el arte es la perennidad física, si estamos hablando de lo que es la historia del arte en el gran sentido de la palabra.

SEMANA: Volviendo al tema que estábamos hablando, ¿su pelea es con los nuevos formatos o con el resultado de quienes los utilizan?

F.B.: Mi pelea no es con nadie, mi pelea es conmigo mismo, con mi trabajo. Estamos hablando de un incidente que pasó con esto de la Bienal, total que la pelea es con ser capaz de hacer algo todos los días que me interese. Pero cuando se presenta algo como que mis obras las descuelgan antes de tiempo protesto enérgicamente y aprovecho para decir lo que pienso sobre otras artes.

SEMANA: ¿Está claro, maestro, que usted no va a ir a la Bienal de Arte de Venecia?

F.B.: Naturalmente que no. Yo no voy a ir a perder el tiempo.