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VORAGINE FINANCIERA

De cómo el periodismo investigativo destapó la olla podrida de nuestro sistema bancario

22 de agosto de 1983

"Banqueros en el banquillo" de Alberto Donadio. Prólogo de Daniel Samper Pizano, El Ancora Editores, 1983, 153 páginas.
El Ancora Editores ha iniciado una serie sobre "Periodismo de hoy", en la que compendia lo más importante que ha sucedido en las rotativas. En el caso de los escándalos financieros, que han producido más de una detención, más de un infarto, más de una fuga apresurada fuera del país el trabajo de la Unidad Investigativa de "El Tiempo" permitió a los miles de ahorradores incautos enterarse de qué manera fueron expoliados por algunos banqueros con métodos poco católicos.
El autor, abogado de los Andes y miembro de la Unidad Investigativa del diario en mención, tuvo que vérselas con una intrincada maraña de trapacerías urdidas por los banqueros, cosa nada fácil, a juzgar por lo expresado por Daniel Samper en el prólogo.
El grupo Correa Acevedo, que se vino abajo como un castillo de naipes y arrastró tras de sí a la Financiera Furatena, el Banco Nacional, el Grupo Santa Fe, además de empresas tan importantes en el ramo industrial como Fabricato, fue manejado por un antioqueño desmedido en sus movimientos financieros, en los que demostró una baja calidad como negociante. El "boom" de sus empresas con altos rendimientos se cayó de la noche a la mañana, provocando la ruina de muchos ahorradores del Banco Nacional y las corporaciones financieras que le rodeaban.
En el Banco del Estado, las investigaciones penales continúan aún su curso, y el Estado tuvo que intervenir para solucionar un problema de graves proporciones. El pánico no había terminado, y ya los problemas anunciados en el Banco del Comercio, el de Occidente, el mismo grupo Grancolombiano volvían a ocupar primera plana en los periódicos.
Otro caso relevante ha sido el del grupo Duque, con sus secuelas en el caso del exportador de café Alberto Duque, conectado con el Banco Popular y con manejos bastante discutibles que Donadio reseña con detalles, así como el papel que jugó ( o dejó de jugar) el Superintendente Bancario, Morris Ordoñez, en todos los movimientos especulativos que explotaron en 1982 y cuyas ondas aún sacuden la estructura económica de nuestro país.