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YA ERA HORA

26 de mayo de 1997

A Quentin Tarantino la popularidad le bajó de pronto del cielo. Bastó que se hubiera llevado hace tres años la Palma de Oro en Cannes con su película Tiempos violentos, para que una nube de fanáticos, entre críticos, productores y público en general, lo considerara como uno de los directores con mayor porvenir en Estados Unidos. Lo sorprendente es que, desde entonces, no hubiera vuelto a dirigir. Luego de una serie de guiones más bien flojos y de patrocinar mediocres producciones, el nuevo niño mimado de la industria ha tomado de nuevo la batuta tras las cámaras para dirigir Rum Punch. La película, que aspira a tener lista para el festival de Cannes de 1998, narra la historia de un hombre dedicado a prestar dinero para pagar fianzas, quien se enamora de una extraña mujer que terminará involucrándolo en un asombroso capítulo de tráfico de armas.