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YO NO SOY ESA

Las mujeres colombianas no se identifican con su imagen publicitaria.

11 de septiembre de 1989

Para quienes se preguntan si en la vida real existen esas hermosas mujeres de los anuncios, la repuesta es no. Al parecer, entre las colombianas y las féminas de la publicidad existe un abismo. Eso lo ha demostrado una reciente encuesta realizada por Centrum Ogilvy & Mather, una agencia de publicidad especializada, que entrevistó a más de 700 colombianas de varias ciudades.
La verdad es que si un extranjero quisiera conocer a las colombianas a través de lo que aparece en la televisión, pensaría que en Colombia sólo hay tres tipos de mujeres: una, gordita y charlatana, obsesionada por la blancura de su ropa; otra, tan sofisticada como maternal, que encarna a la "reina del hogar", y una tercera, tan sexy, moderna y liberada, que haría palidecer de envidia a las candidatas venezolanas al concurso de Miss Universo. Pero la vida real es otra. Y la mayoría de las colombianas no encaja en ninguno de estos grupos. Estos papeles, asignados a la mujer desde las mesas de trabajo de las agencias de publicidad,no reflejan el rol de la mujer en la vida familiar y social. "Queremos una mujer más real" ,"más inteligente y decidida", "menos fabricada", son algunos de los comentarios expuestos por las entrevistadas. Según ellas, las mujeres de los anuncios distorsionan la imagen de las colombianas y, dicen,"sacrifican algunas de sus mejores cualidades: autenticidad, realismo y humanismo".
La encuesta se realizó durante los meses de abril y mayo entre hombres y mujeres de la clase media, residentes en Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla.Y según los resultados, las colombianas no se identifican plenamente con las mujeres de los comerciales. A la pregunta de si se identifican con las mujeres de los anuncios comerciales, las bogotanas y caleñas señalaron que sólo "algunas veces". Las paisas y las barranquilleras respondieron "rara vez".
La popularidad de la imagen femenina en la publicidad no sólo está presente como el "objeto sexual" que tanto incita a las protestas feministas. Serios estudios señalan al sector femenino como el principal público receptor de avisos publicitarios porque, como consumidora, es la mujer quien maneja la mayor parte del presupuesto familiar. Y también está comprobado que, como protagonista de los anuncios, la mujer es un "medio confiable" para la transmisión de mensajes. Su imagen como esposa, madre o ama de casa ofrece gran credibilidad. Pero, aunque eso es lo que dicen los publicistas, otra cosa parecen pensar las mismas mujeres. Segun la encuesta en mención, las colombianas poco creen en los consejos de sus congéneres. Sólo el 10% de las entrevistadas otorga credibilidad a las recomendaciones que hacen las demás mujeres en los anuncios. Las bogotanas están entre las más crédulas, mientras que las paisas y las caleñas son las que menos "comen cuento".
Ni siquiera las tiernas madres de los anuncios las convencen. Aunque digan que "madre no hay sino una", las colombianas señalan que las madres de los comerciales y las reales son muy diferentes. Y las paisas y cachacas son las que muestran mayor inconformidad al respecto. Sólo el 18% de las colombianas encuentra alguna relación, mientras otro porcentaje igual de mujeres no la halla. La mayoría, el 49%, no ve mayor relación. Y algo similar sucede de su papel como esposas. El 63% de las colombianas considera que las esposas que pinta la publicidad están alejadas de la realidad. Sólo un 8% de las entrevistadas identifica las dos imágenes.
Las colombianas, al parecer, no son como las pintan. Ni tan seductoras como las creen los vendedores de productos de belleza, ni tan conformes y sonrientes como aquellas que parecen reinar en la cocina, ni mucho menos las amas de casa obsesionadas por la blancura de la ropa o el brillo de los pisos. Estas imágenes parecen estar un tanto alejadas de la realidad nacional, así como también aquellas en las que la mujer es utilizada unicamente para "mover la colita". El hecho de que, independientemente del artículo publicado, aparezca un cuerpo femenino al lado del producto causa cierta incomodidad en las colombianas quienes, en la encuesta, manifestaron un rechazo al tratamiento de "objeto sexual" y el deseo de que la publicidad dé una imagen menos exhibicionista y artificial. Sus aspiraciones van más allá que lavar una píla de platos sin que se les salte el esmalte de las uñas y no todas consideran que la felicidad se encuentra en brazos de un hombre que use colonia con olor a caballos salvajes. Por eso, a la pregunta sobre si le gustaría ser como alguna de las mujeres que les presenta la publicidad, aunque las más animadas fueron las barranquilleras y las caleñas, el 69% de las entrevistadas respondió con un rotundo "no".