Sopetrán, una tierra sin profeta.

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Sopetrán

Sopetrán, una tierra sin profeta.

Carlos Gaviria no fue profeta en su tierra. Tan sólo alcanzó el 16 por ciento de las votaciones. Uribe triunfó con el 45 por ciento. En ninguna de las calles que conforman a Sopetrán había publicidad del Polo Democrático. Todas las camisetas, afiches y pancartas políticas del municipio tenían un sólo mensaje: Adelante Presidente.

Foto: Natalia Botero / Natalia Botero

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Sopetrán, una tierra sin profeta.

Como la mayoría de los municipios de Antioquia, la Iglesia de Sopetrán se destaca por encima de todas las edificaciones. En este municipio, tan diminuto entre las montañas del Occidente del departamento, pareciera que nunca dejara de llover frutas de las copas de los árboles. Cada tanto, los mangos o las mandarinas se estrellan en la cabeza de alguno de sus 13 mil habitantes.

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Sopetrán, una tierra sin profeta.

Como un domingo cualquiera, los negocios de Sopretán estuvieron abiertos. El tradicional juego de billar y la música de despecho se mezclaron en sus estaderos con los boletines de las noticias y las conversaciones de tinte político entre los clientes.

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Sopetrán, una tierra sin profeta.

Para los habitantes de Sopetrán, el problema de toda la vida ha sido el acueducto. A pesar de ser un municipio cercano a Medellín (tan sólo una hora) y de no tener problemas en lo económico, en promedio, el agua se va en promedio 5 veces a la semana.

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Sopetrán, una tierra sin profeta.

“!Hombre!, nos perdimos los 300 milloncitos”, se lamenta el Alcalde de Sopetrán, Gerardo Vanegas, al notar cómo su municipio no tuvo ningún chance de ganar el concurso de la gobernación que premiaba al municipio con mayor votación de acuerdo a su potencial electoral. A las doce del día, sólo 1.289 personas se habían acercado a las urnas de 10.581 aptas para votar.

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Sopetrán, una tierra sin profeta.

Con un 62 por ciento de abstención en Sopetrán, muchos trataron de buscar explicaciones: “Aquí la gente vota cuando puede tocar al candidato, cuando lo ve en el parque tomando tinto, cuando se unta de gente”, dijo el fiscal delegado, Rubén Dario Ortega, al recordar que a este municipio ningún candidato lo visitó, “por eso es que la gente vota más en las elecciones para Alcalde”.

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Sopetrán, una tierra sin profeta.

El registrador del municipio, Wilfredo Torres, no tuvo muchos apuros durante la jornada electoral. La mayor parte del tiempo caminó, una a una, las 18 mesas de votación ubicadas en el Instituto José Maria Villa, el principal centro de votación de Sopetrán.

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Catorce policías se encargaron de la seguridad de Sopetrán. En lo que va corrido de este año, se han presentado seis homicidios en el área rural del municipio. Según el Alcalde, esta cifra es normal y recalca que a la Policía le ha tocado “duplicarse” para cubrir todo el municipio luego de la desmovilización del bloque Noroccidental de las AUC, en septiembre pasado.

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Sesenta millones de pesos fue el precio que pagó, hace dos semanas, María Arango por la casa donde nació Carlos Gaviria hace 69 años. Allí tan sólo vivió los primero 4 años de su vida y en 1940 su familia se trasladó para el barrio Manrique de Medellín.“Si Gaviria gana no la reformo. Ni siquiera me paso para ella. Mejor la vendo más cara”, dijo la dueña dos horas antes de cerrarse urnas.

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Patricia Higuita es prima hermana de Carlos Gaviria y es la única pariente que aún vive en Sopetrán. “Hubiera bastado con que Carlos visitara al municipio, para que hoy estuviera ganando”, se lamentó Patricia, a las 5:20 de la tarde, hora en la que se dio cuenta de que su primo había perdido en su tierra.

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El poco ruido político, al final de la tarde, lo hacían algunos simpatizantes uribistas que, al enterarse de los resultados, salieron a las calles con su camiseta de campaña: “Yo amo a Sopetrán. Yo voto por el Presidente Uribe. El mejor”.

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