En camiones de la Policía fueron trasladados los habitantes de calle desde la calle del Bronx hasta el coliseo de Usme.
Como el operativo comenzó desde antes del amanecer, muchos habitantes del Bronx decidieron continuar durmiendo en las gradas del coliseo.
Hubo tiempo para el cariño y la alegría, a pesar de las dificultades que afrontan.
Muchos decidieron aprovechar y pasar por el servicio de peluquería.
A medida que el sol salía y con el calor de la media mañana, se despojaron de sus ropas viejas y sucias y entraron al duchazo colectivo.
Hasta los perritos, fieles acompañantes de los habitantes de calle, entraron a las improvisadas duchas.
Limpios y con nueva ropa, disfrutaron de meriendas y del show musical de la orquesta de la Policía.
Muchos terminaron agradecidos con la jornada que cambió, al menos por un día, la rutina de olvido y exclusión en la que se ven sumidos a diario.