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En el partido Villarreal - Barcelona a finales de abril, un aficionado le lanzó un banano al jugador brasileño del Barcelona Dani Alves, lo que produjo rechazo generalizado. | Foto: tomada de YouTube.

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Alves pide devolverle el trabajo a quien le lanzó un banano

El lateral del FC Barcelona pidió que el joven recupere su empleo que, según la prensa española, perdió a raíz del incidente.

9 de mayo de 2014

"Mi única preocupación es que el chico ha perdido el empleo y yo eso no lo quería. No quería dañar a nadie, ha hecho una broma y la gente se ha revolucionado con esto", dijo el jugador en una entrevista concedida a la radio catalana Rac1. "Desde aquí pido que le devuelvan su trabajo", añadió el brasileño de 30 años.

Según la prensa española, el joven responsable trabajaba de delegado en un equipo de las categorías inferiores del Villarreal, que le prohibió el acceso de por vida a las instalaciones y al estadio del club, lo que le habría hecho perder su empleo. El Villarreal declinó pronunciarse sobre la cuestión para proteger la identidad del implicado que, además, se enfrenta a una pena de entre uno y tres años de cárcel por provocar la discriminación.

Durante la entrevista, Alves se mostró compasivo con el joven que "igual lo hizo en plan broma y no sabía lo que estaba haciendo", dijo sobre el suceso ocurrido en el partido de Liga del 27 de abril que los azulgrana ganaron 2-3. El lateral, de 30 años, se disponía a sacar un córner cuando cerca de él cayó un plátano sobre el césped del Madrigal. Sin inmutarse, el jugador recogió la fruta, la peló y le dio un mordisco antes de continuar con el juego. "No es una cosa que ha sucedido ahora. No quiero generalizar, no dije que España es racista. Digo que en España hay racismo. Llevo once años aquí y once años es lo mismo, la gente me llama mono", lamentó Alves.

El Villarreal, por su parte, ha sido multado con 12.000 euros, aunque no deberá cerrar su estadio. La sanción será recurrida por la Comisión Antiviolencia, que la considera insuficiente. La acción levantó una ola de protestas, a la que se unió incluso la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Una semana después, se repitió un incidente racista cuando el senegalés del Levante Pape Diop denunció haber recibido gritos simiescos.

Por otra parte, Alves, bastante criticado en los últimos meses por parte de la afición, amenazó el jueves con abandonar la disciplina del club catalán, cuyo irregular rendimiento esta temporada genera dudas sobre el equipo.

Tras marcar una etapa en la historia del fútbol bajo la tutela del entrenador Pep Guardiola (2008-2012), los resultados y especialmente el juego del Barcelona en las últimas dos temporadas han provocado duras críticas entre la afición y rumores sobre la salida de jugadores como el español Cesc Fábregas o el propio Alves.

"¿Cómo puede olvidar la gente que estos jugadores han llevado lo más grande del fútbol? Pues no me da la gana. Por eso hay muchas dudas de mi continuidad aquí", dijo en una entrevista a la radio catalana Rac1 el brasileño, por el que estaría interesado el equipo francés París Saint-Germain. "Si la gente me aguanta como soy, bien, sino me iré a otro lado", insistió Alves, que termina contrato en 2015 y cuya marcha del club ha sido motivo de especulaciones en las últimas temporadas. "Le duela a quien le duela, yo soy parte de la historia de este club, de la historia más bella (...) Pero necesito energía, necesito estar contento y feliz", añadió el lateral internacional por Brasil.

Titular indiscutible desde su llegada al Barcelona en el 2008, Alves se mostró descontento con las críticas al equipo a lo largo de esta temporada, en la que todavía pueden hacerse con la Liga si vencen al Elche el domingo y al líder, el Atlético de Madrid, en la última jornada. "Somos humanos y nos afectan las cosas y nos jode muchísimo que pasen este tipo de cosas. Solo por lo que hemos hecho en este club, la gente tiene que valorar mucho más de lo que valora a los jugadores", dijo Alves.