CALENTANDO MOTORES

Pocos pueden creer que alguien, por más aficionado que sea al automovilismo, pueda permanecer observando una carrera durante seis horas seguidas. Pero la realidad es que por estas fechas, y desde hace más de una década, un promedio de 28.000 personas de todo el país cumplen religiosamente con ese ritual en el autódromo de Tocancipá. Esta costumbre, que para muchos es inexplicable, tiene nombre propio: las seis horas de Bogotá.El próximo sábado, como ya se ha vuelto costumbre, las tribunas del autódromo volverán a recibir desde muy temprano a los miles de fanáticos que durante un año entero han esperado ese día, conscientes de que asistirán a la competencia automovilística más importante del país y una de las pruebas más duras de Latinoamérica.Aunque en Colombia algunos aún no reconocen el verdadero valor de este certamen, es un hecho que debido a su exigencia, cantidad y calidad de pilotos y premios, las seis horas son un espectáculo deportivo difícilmente comparable con otro. Este año los 25 millones de pesos en premios vuelven a situar a la carrera como uno de los eventos deportivos mejor remunerados del país. Pero sin duda alguna lo importante serán los protagonistas.La competencia será disputada por 56 máquinas en cinco categorías, al frente de las cuales estarán 140 pilotos de Ecuador, España, Colombia, Francia y Gran Bretaña. En la línea de partida, como en botica, habrá de todo: desde los populares Renault 4 hasta los Porsche, Corvette, Mercedes-Benz, Camaro y prototipos. Lo mismo sucede con los pilotos.Aunque algunos de los nombres no son muy familiares para la mayoría de los aficionados, otros tienen un amplio reconocimiento por parte de los fanáticos, como Andrés Felipe Gómez, Nassim Kassem o los hermanos Giovanni y Sergio Sesana. Pero sin lugar a dudas una de las grandes atracciones es el equipo conformado por Juan Pablo Montoya, Jorge Cortés, Lucio Bernal y Diego Guzmán, quienes al pilotear el Spice número 45 se llevan el favoritismo de los expertos.Las seis horas no sólo ponen a prueba la resistencia física y la preparación de los corredores, mecánicos y autos, que en algunos casos ha sido de un año completo, sino que es una competencia en la que prima ante todo la pericia de los pilotos. Hay que tener en cuenta que el circuito de 2.725 metros será compartido por más de medio centenar de vehículos de todos los tamaños, cuyos cilindrajes oscilan entre los 1.300 y los 6.500 centímetros cúbicos y que en promedio rodarán a 150 kilómetros por hora. Es precisamente en esa variedad de participantes y vehículos en la que radica parte de la dificultad y exigencia de la carrera pues, a diferencia de otras pruebas automovilísticas, aquí constantemente hay sobrepasos, lo que a su vez es supremamente emocionante para el espectador.Los pilotos y los autos ya están listos y por ahora sólo queda esperar a que a las tres de la tarde del sábado la bandera de partida dé inicio a un espectáculo que sólo es posible ver en el país una vez al año.