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Tottenham 0-1 R. Madrid / Schalke 2-1 Inter

Champions League: En Partidos de trámite, Real Madrid y Schalke pasan a semifinales

Las semifinales quedaron definidas: Los españoles Real Madrid y Barcelona en una llave y en la otra el Schalke, alemán, contra el Manchester United, inglés.

13 de abril de 2011

El Real Madrid entró con autoridad en la semifinales de la Liga de Campeones, donde le espera el FC Barcelona, tras superar al Tottenham, que regaló el partido con una pifia de su guardameta Heurelho Gomes, que se tragó un inofensivo disparo de Cristiano Ronaldo.

Fue un envite de ida y vuelta en el primer tiempo. José Mourinho puso a todo su arsenal defensivo en su línea de cuatro: Sergio Ramos, Albiol, Carvalho y Arbeloa. Y alineó a Marcelo, por delante en la banda izquierda. En una posición que se inventó para él Juande Ramos hace un par de temporadas.

Harry Redknapp, el tío de Frank Lampard, apeló a sus dos extremos. A Lennon, por la derecha, y a Gareth Bale en el otro costado. Esa fue su apuesta para intentar aminorar la amplia ventaja del partido de ida en el estadio Bernabéu (4-0).

No lo hizo mal el Tottenham en este período. Cruzó balones en diagonal hacia Bale, un futbolista de fuste, distinto a sus compañeros. Un jugador que milita en un Tottenham, que intenta crecer en la Premier, pero que en la actualidad es quinto en la tabla, a 17 puntos del Manchester United. Lejos, por tanto el Tottenham de los grandes clubes de verdad en Europa. Bale juega en País de Gales. Por eso, la Liga de Campeones es su escaparate. Como le ocurrió a Ryan Giggs, difícil será verle algún día en un Mundial.

El Real Madrid aguantó el tipo. Apeló al contragolpe como receta. Ozil tuvo su primera ocasión clara de entrada, pero luego fue de más a menos hasta llegar al descanso. El Tottenham con su juego directo y el talento de Modric, merodeó el área de Iker Casillas tras un primer tiempo donde a Bale le anularun gol y donde el Tottenham protestó dos penaltis no señalados, uno a Modric y otro a Pavlyuchenko.

Tras el descanso, el Madrid se hizo con el mando. Fue el Tottenham un equipo demasiado ingenuo. Y los obsequios a una plantilla como el Real Madrid no los suele desaprovechar. Físicamente el equipo de José Mourinho es superior al resto. Ya lo es en la Liga española. Pero también en Europa.

Mourinho acabó la eliminatoria como planeó. Dando descanso a Cristiano, a Sergio Ramos y a Xabi Alonso, tres jugadores vitales en su perfil táctico, que tuvieron su merecido descanso en el segundo tramo.

El Tottenham, cuando se vio con el 0-1, tiró la toalla. La afición de White Hart Lane sujetó a su equipo. El Madrid, tras ver los nervios de Gomes en la portería, comenzó a animarse. Kaká, primero, luego Marcelo, buscaron el segundo con clase y elegancia. No entró ninguno de milagro.

El Tottenham nunca tuvo el control del partido. Partido su centro del campo, los balones aéreos a Pavlyuchenko fueron su único recurso ofensivo. Bale desapareció al ver a Arbeloa. Y el Madrid, con Xabi Alonso, con Ozil y al final con Kaká, siempre llevó el mando.

La única mala noticia del partido para el Real Madrid se la llevó Carvalho. Vio una tarjeta amarilla y se perderá la ida de las semifinales contra el FC Barcelona.

El Schalke, en otra gran noche de Raúl González, logró la victoria por 2-1, en Gelsenkirchen ante el Inter, y selló un pase a semifinales de la Liga de Campeones que tenía casi asegurado tras el triunfo a domicilio (2-5) en la ida.

Si ya en octavos fue determinante, con su gol en Valencia, y en Milán guió a su equipo al triunfo, Raúl volvió a emerger como el líder del conjunto alemán, al marcar el primer tanto de su equipo y dar una gran asistencia al central Benedict Höwedes, en el segundo. El excapitán madridista acabó en la grada, mezclado con una afición que ya le adora.

La experiencia del "7" de los "Reales Azules" fue suficiente para disipar las mínimas dudas que podían quedar, en una noche en la que el Schalke se concentró, ante todo, en administrar la renta acumulada frente a un Inter sin demasiados argumentos.

El Inter tenía le pelota, la ponía en la mitad contraria y sobre todo Samuel Eto'o se movía por todo el campo mostrando un hambre de remontar que trataba de contagiar a sus compañeros. No obstante, las llegadas eran escasas.

A lo largo del primer tiempo, sólo un disparo desde fuera del área de Stankovic en el minuto 36, que Manuel Neuer tuvo que ceder a saque de esquina, se puede considerar como posibilidad de gol clara.

Del otro lado, el Schalke había tenido una buena llegada en el 17, con un cabezazo de Raúl desde buena posición al que le faltó potencia.

En todo caso, aunque el Inter tenía la pelota, el Schalke parecía tener la situación relativamente bajo control y nada hacía pensar que los dirigidos por Leonardo pudieran hacer los cuatro goles que necesitaban.

En ataque, el Schalke hacía poco, de forma muy esporádica y en dos ocasiones que hubieran podido aprovecharse para contragolpear Alexander Baumjohann se vio de pronto sólo en la mitad del Inter sin que sus compañeros lo acompañaran para formar una sociedad.

En el primer contragolpe jugado consecuentemente, llegó el gol del Schalke. José Manuel Jurado le metió un pase al área a Raúl entre los dos centrales y exmadridista se deshizo con un regate del meta Julio Cesar para luego marcar a puerta vacía. Un gol que recordó el que, ante Santiago Cañizares, certificó la "Octava", en la final de París del año 2000.

El Inter logró empatar por intermedio de Thiago Motta el comienzo del segundo tiempo -un remate desde cinco metros después de un saque de esquina lanzado por Wesley Sneijder. Era el octavo saque de esquina a favor del Inter y en cierto sentido el gol era un producto de la insistencia.

El Schalke empezó a mostrarse menos conservador que en la primera parte y generó incluso algunas situaciones de peligro. Lo más importante, sin embargo, era que los minutos iban pasando sin que se tuviese la impresión que el Inter tuviera argumentos para el milagro.

Cuando atacaba, el Schalke era más peligroso y el segundo gol terminó llegando, por intermedio de Benedict Höwedes que aprovechó un gran pase de profundidad de Raúl tras una pérdida de balón del Inter en la mitad del campo.

El Schalke tenía de sobra para la semifinal. Los minutos finales fueron de celebración y así, por ejemplo, Jurado fue sustituido ante todo para que recibiera el aplauso del público, antes de que el pitido final desatase la euforia en una afición que ve, por primera vez en la historia, a su equipo en la penúltima etapa de la Copa de Europa.