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Alexis Sánchez celebra su primera anotación en Brasil 2014. | Foto: AP

BRASIL 2014

Chile anotó tres goles y es segundo del grupo B

Los jugadores de “La Roja” sufrieron más de lo necesario, pero se alzaron con el segundo lugar del grupo y una diferencia de gol que puede ser determinante.

Alejandro Pérez
13 de junio de 2014

El síndrome de Barranquilla que sufrió Chile en ese tan recordado 3 – 3 en Barranquilla pareció mostrar su sombra hoy en Cuiabá. El equipo de Sampaoli ganaba cómodamente a los 15 minutos por dos goles y dominaba, hasta que los australianos recortaron a los 37 minutos. De ahí en adelante, para Chile, el juego fue un ejercicio de respiración contenida del que salió solo en el minuto 91, cuando tras anotar el tercero pudo exhalar y celebrar.

En los primeros minutos, Chile fue dinámica, mientras Australia trataba de encontrarse en el terreno. A los 11 minutos del partido, tras una jugada accidentada, Charles Aranguiz rescató y centró la pelota en el área, el infortunado rebote del cabeza del zaguero encontró los pies de Alexis Sánchez que definió sin dudar y venció al portero Ryan. 1 – 0 para Chile.

No terminaba de festejar el equipo suramericano cuando Alexis Sánchez hizo de las suyas de nuevo. Con un movimiento típico del jugador desequilibrante que espera su fanaticada, se deshizo de su zaguero con un quiebre de cintura digno de Michael Jackson, emprendió camino al área y encontró a un solitario Mago Valdivia. El talentoso mediocampista apuntó desde la media luna y con su característica clase la clavó esquinado por encima del portero. La fiesta parecía total para los suramericanos, síndrome de Barranquilla...

Donde no parecía haber fútbol para combatir, Australia recogió los frutos de contar con un cabeceador como Cahill y un defensa central chileno de la talla de Medel. De un gran centro nació el gran cabezazo del delantero australiano de los New York Red Bulls que puso el juego 2 a 1, y los fanáticos del fútbol supieron que lo que parecía ser una goleada sería entonces un partido.

En el resto del encuentro, las manos seguras de Claudio Bravo –a recordar ese remate seco debajo de Bresciano que podía haber amargado el espíritu de los latinoamericanos y comprometido sus tres primeros puntos en la tabla- se encargaron de mantener la ventaja roja hasta que Beausejour selló la cuenta con el definitivo tercer gol. El chileno moreno recogió un rebote y lo castigó fuerte abajo y al palo izquierdo del portero. Celebró Chile, respiró, y ahuyentó el fantasma de desperdiciar una ventaja que parecía definitiva.