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Así lucieron las tribunas del estadio luego de la victoria de Colombia. | Foto: AP

SEMANA EN BRASIL

La sufrida pero merecida victoria de Colombia en Brasilia

Así se vivió la victoria en el Mané-Garrincha Nervios, desespero y liberación. Los hinchas vivieron un partido intenso y emocionante.

Nathan Jaccard, enviado especial a Brasil 2014
19 de junio de 2014

“¡Uufffff, aaaahhhh, nooo, vamos!”. Este jueves en el estadio Mané Garrincha en Brasilia los nervios estaban a flor de piel. No hubo como el sábado en Belo Horizonte un gol temprano que alivie. Y enfrente, tampoco fue la frágil Grecia que enfrentó la tricolor. Costa de Marfil fue demasiado sólido, peligroso todo el tiempo y la gente sintió esa amenaza constante.

En el medio tiempo, mientras fumaban un cigarrillo corta nervios en las esplanada del Mané Garrincha, muchos le apostaban al empate. “Está duro, estos marfileños son muy cerrados, defienden bien, son peligrosos, no sé, vamos a ver”, le dijo a Semana.com Adrián un hincha bogotano.

Las tribunas no fueron tan bulliciosas como el sábado. En vez de cantar, la gente se comía las uñas, miraba con miedo a Didier Drogba calentando. El primer gol fue una liberación, luego vino rápidamente el segundo y se prendió la fiesta. Pero no duró mucho.

Gervinho sembró el pánico en la defensa y fusiló a Ospina. La zozobra del hincha podía volver a empezar. Se chiflaba, se gritaban groserías, se miraba al cielo de Brasilia. Se palpaba una angustia terrible en todo el Mané Garrincha, copado de nuevo de colombianos y de brasileños que ‘torcen’ (hinchas) por la tricolor.

Los últimos minutos fueron una tortura emocional. La selección metida, la gente esperando, sin saber si desesperarse, celebrar o cerrar los ojos para que el tiempo pasara más rápido. Cuando la tocaba Gervinho, Touré, Drogba la gente manoteaba, los empujaba hacia su arco, les gritaban a la defensa “¡Salgan, salgan!”.

Cuando el árbitro inglés Howard Webb pitó, el Mané Garrincha por fin estalló. Los “ole ole, ole ola”, los “Colombia, Colombia” se mezclaban en los gritos de cerca de 60.000 hinchas. Hoy en Brasilia, la noche será amarilla.