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Fred Perry es un ícono no solo en el tenis inglés sino en el mundo entero. Nació en 1909 y murió en 1995. | Foto: .

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¡Cómo cambió el tenis en 77 años!

El tenis que conoció Fred Perry, último británico en ganar en Wimbledon, no se parece en nada al que juega el actual campeón Andy Murray.

Antonio Paz
9 de julio de 2013

Andy Murray rompió con casi ocho décadas de mala racha del tenis británico en Wimbledon. Sin embargo, el deporte que conoció el inglés Fred Perry, último campeón, no se parece en nada al actual.

El triunfo de Andy Murray en el torneo de Wimbledon tiene felices a los británicos, quienes después de 77 años lograron ver a un ciudadano de su país ganar esta competencia y acabar con una larga mala racha en un torneo que se juega en su propio país.

En más de siete décadas es mucho lo que ha cambiado el mundo, y parte de esa transformación también se ha dado en el deporte blanco.

Fred Perry el aficionado


Para 1936 el inglés Fred Perry se erguía como campeón de Wimbledon y como uno de los mejores tenistas de la historia con ocho títulos Grand Slam, de los cuales tres eran por triunfos en el torneo inglés.

Perry nació en Stockport en 1909 y era todo lo opuesto a lo que es un tenista actual. Venía del norte de Inglaterra, era hijo de un obrero y no había pasado por una escuela. Como si esto no fuera poco, solo se vino a enfocar en el tenis cuando  tenía 18 años, casi al tiempo en que se convirtió en campeón mundial de tenis de mesa en 1929.

Además de ascender rápidamente en el deporte, Perry era un obsesionado por mantenerse en forma y curiosamente llegó a entrenar frecuentemente con el equipo de fútbol Arsenal.

Se convirtió en el primer hombre en ganar los cuatro Grand Slams, llevándose tres títulos Wimbledon, tres abiertos de Estados Unidos, un Roland Garros y un abierto de Australia. Todos obtenidos en un lapso de cuatro años, entre 1933 y 1936.


Perry destacó como ningún otro tenista aunque empezó a practicar el deporte ya siendo adulto.


El tenista inglés llegó a ser aclamado por millones no solo por sus habilidades deportivas sino por su particular personalidad. Con palabras y bromas lograba intimidar a sus contrincantes cuando empezaban con rachas de buenos sets, de esta manera los desestabilizaba y casi que los obligaba a cometer algún error del cual él luego sacaba provecho y ventaja.

A pesar de su grandeza y su contribución para posicionar el tenis como un deporte de talla mundial, algunos lo culpan del decaimiento del tenis inglés durante décadas, ya que los deportistas que se formaban no hacían más que tratar de imitar al gran Fred Perry, una medida demasiado alta que frustraba a la mayoría de los que parecían tener un buen futuro.

Perry ganó siendo aficionado y después de conseguir sus títulos decidió profesionalizarse, para así ganar más de las 10 libras esterlinas que consiguió por cada título Wimbledon. Sin embargo, un hombre sin estudios y de extracción humilde era algo inaceptable en el deporte blanco de aquella época.

Un tenis diferente para Murray, un tenis diferente para Perry

No solo la cantidad de dinero que se gana en un torneo hacía la diferencia entre dos épocas. 10 libras esterlinas para el inglés de antaño y 1,6 millones de libras para Murray.

La raqueta también era diferente. Este instrumento indispensable en el tenis presenta hoy cambios sorprendentes. Mientras que en 1930 estaba construida en madera y tripa de oveja, la que usó Murray en 2013 es de gama alta en fibra de carbono para maximizar la velocidad, además de ser más grande y menos pesada que la utilizada por Perry.



Izquierda: Fred Perry / Derecha: Andy Murray.


Por su parte, la pelota de antes era más suave ya que estaba recubierta en lana, la de hoy es elaborada en caucho vulcanizado, lo que permite direccionar mejor el golpe.

El vestuario también hacía la diferencia. Poco parecía importarle a los tensitas  de inicios de siglo XX la aerodinámica de sus zapatos o la comodidad de sus uniformes. Hoy sería completamente ridículo salir a jugar como lo hacía Perry, con camisetas extremadamente anchas y pantalones (en lugar de pantalonetas).

Los deportistas actuales dedican gran parte de su tiempo a entrenar, situación que no se presentaba hace 70 años cuando los participantes eran aficionados. Sin embargo, Perry fue la excepción a la regla. En ese entonces fue él el pionero de un entrenamiento intensivo, similar al que se realiza en el deporte profesional.

Fred Perry pasa a la historia no solo de los ingleses sino de los tenistas mundiales como un deportista que creía que el tenis no solo era agilidad sino también fuerza. Además, sus entrenamientos con el Arsenal sirvieron para probar que habilidades de otros deportes le servirían de ventaja a la hora de jugar aquel en el que era experto.

A pesar de esto, en su momento, el tenis no comprendía la importancia de una dieta y un estilo de vida saludables. Después de un partido podía observarse al majestuoso Perry comiendo chocolates y dulces para después caminar mientras fumaba su pipa.

La marca en común

La vida de Perry como tenista fue muy distinta a la de Murray. Al nuevo campeón inglés le hacen falta seis Grand Slams para igualar el récord de su compatriota, además que empezó a practicar el tenis cuando tenía tres años, mientras que Perry lo hizo a los 18, lo que para muchos le da más mérito al fallecido tenista.

Sin embargo, hay algo que tenían en común. Hasta el 2009 Andy Murray utilizaba el kit de la marca Fred Perry, pero de un momento a otro dejó de portarlo. Por eso, cuando después de coronarse campeón de Wimbledon le preguntaron qué creería que le diría el emblemático tenista si estuviera vivo, Murray respondió entre risas: “Creo que me diría “¿Por qué ya no utilizas mi kit de juego?””.