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DIEGO EN LA BANCA

Después de terminar su carrera de futbolista por la puerta de atrás, el ex astro argentino, Diego Armando Maradona, intentará hacer historia como técnico.

7 de noviembre de 1994

LA ULTIMA VEZ QUE LE FUE BIEN AL Deportivo Mandiyú en un partido de la liga argentina de fútbol, fue el pasado 18 de septiembre. Ese domingo, la célebre cancha de la Bombonera estaba a reventar. Y no porque el Mandiyú estuviera visitando al Boca Juniors, pues al fin y al cabo ese equipo no ha llenado ningún estadio, sino porque esa tarde, a las 3:27, Diego Armando Maradona ingresó al palco del Boca. Tenía puesta una camiseta del equipo boquense, unos jeans que tenían estampado en el muslo izquierdo un abrazo de Mickey y Minnie Mouse, y unos zapatos tenis negros.

Las tribunas no dejaban de temblar y de gritar: "De la mano de Maradona, todos la vuelta vamos a dar". El Boca se estaba hundiendo, aquel equipo aguerrido que tenía acostumbrado a sus hinchas a ser protagonista de cuanto torneo jugaba, había tenido una de las peores actuaciones de su historia en la temporada anterior. Y, como si fuera poco, en los primeros encuentros de este campeonato, Boca, luego de renovar su plantilla e invertir más de dos millones de dólares, todavía no había convencido a nadie.

Ese sábado tenía la gran oportunidad, Mandiyú es uno de los equipos más flojos en Argentina, y lo más probable era que el Boca lo goleara. Además, había otra ilusión para pensar que desde ese día al equipo del 'Flaco' César Luis Menotti no lo iba a parar nadie: tres días antes el teléfono del vicepresidente del Boca, Carlos Heller, repicó un par de veces antes de que él mismo lo descolgara. Al otro lado de la línea estaba Maradona, quería saber dónde entrenaría Boca. El vicepresidente lo dejó esperando en la línea, y por su teléfono directo llamó al hotel de las Américas. Allí estaba Menotti, quien al enterarse, le mandó decir a Diego que fuera al otro día porque esa tarde sólo realizarían trabajo físico. Heller colgó, tomó su otro teléfono y le dio el mensaje a Maradona.

Al otro día, el viernes 16, Maradona subió a su Montero Mitsubishi color verde acompañado de su amigo Carlos Fren, y arribó a la Bombonera a las 3:45 de la tarde. No había descendido de su campero cuando los micrófonos y las grabadoras de los periodistas estaban al frente suyo: "Yo vengo a anunciar que voy a estar al lado del 'Flaco' para acompañarlo. Este encuentro Maradona-Menotti es importante en mi vida. Quiero aprender mucho de él, verlo trabajar, porque mi idea es ser técnico..."

Boca estaba de fiesta. La llegada de Maradona llenó de ilusiones no sólo a todo el plantel sino a los miles de aficionados que siguen a su equipo domingo a domingo. Pero la historia, como todas las de este año para Boca, fue triste. Sergio Goycochea, el arquero de Mandiyú tuvo una de sus mejores tardes y fue la figura del compromiso. Mandiyú jugó como nunca y le sacó un valioso punto al Boca.

Hay quienes dicen que fue en ese partido cuando Jorge Cruz, presidente del Deportivo Mandiyú, pensó por primera vez en llevar como director técnico de su equipo a Diego Maradona. El hecho de que sus jugadores hubieran actuado tan bien, sólo se podía explicar por la presencia del ex astro del fútbol argentino en la tribuna. El mismo Goycochea lo dijo esa tarde: "Tener a Diego cerca es el mayor estímulo para los muchachos. Cuando lo vieron desde la cancha, todos quisieron romperla".

La idea de Maradona como técnico, rondó por la cabeza de Jorge Cruz durante varios días. El presidente del Mandiyú todavía no lograba saber si la posible llegada de Maradona a su club daría resultados positivos, o por el contrario ayudaría a que su equipo descendiera definitivamente a la segunda división. Pero después de muchas consultas, Cruz decidió que lo mejor era tener al 'Pelusa' sentado en la banca y orientando al Deportivo Mandiyú. Diego había hecho muchos milagros, y ahora es posible que logre otro dirigiendo al equipo de Cruz.

Con esta decisión tomada, el presidente del Mandiyú llamó a casa del 'Pelusa', le hizo una oferta -hasta ahora nadie sabe por cuánto lo contrató- y el ex astro argentino aceptó complacido. Desde la semana pasada, Maradona inició otro capítulo de su vida. Atrás quedó la triste y célebre historia de Diego Maradona, el mejor futbolista de los últimos tiempos, que terminó su carrera por la puerta de atrás. Ahora comienza la del Diego Maradona técnico, y como le dijo Adrian Maladesky, periodista de El Gráfico, a SEMANA, "Es una incógnita total. No sabemos qué pueda hacer Diego como técnico".



EL NIÑO QUE NO FUE MARADONA

MIENTRAS DIEGO Armando Maradona se estrena como técnico del Deportivo Mandiyú, a más de 1.000 kilómetros de distancia está Gregorio 'Goyo' Carrizo, aquel niño -hoy un hombre de 33 años- que jugó junto a Maradona en el famoso equipo de divisiones inferiores del Argentinos Juniors, 'Los Cebollitas'.

El 'Goyo' sigue viviendo en Villa Fiorito, aquel barrio humilde que vio nacer a Maradona. Allá está en una pieza prefabricada y tratando de mantener a sus cuatro hijos. El 'Goyo' conoció a Diego prácticamente desde que nació. Jugaban al fútbol en el potrero que está enfrénte de su casa, cuando tenían cinco años. Ya por esa época Maradona hacía genialidades con el balón. Cuando el 'Goyo' cumplió los nueve, fue fichado como centro delantero por 'Los Cebollitas', y al poco tiempo de jugar allí, Carrizo llevó a Maradona al equipo.

Eran los mejores amigos. Para ir a los entrenamientos viajaban colados en el tren. Muchas veces lo hacían en el techo para escaparse de los guardias. En aquellos viajes se contaban sus sueños, se juraban que iban a llegar algun día a primera y que serían los más famosos de toda Argentina. Inclusive, relataban partidos ímaginarios donde el 'Goyo' era el 'Ratón' Ayala, y Diego era Bochini.

Unos años después, mientras el 'Goyo' sufría una grave rotura de ligamentos en la rodilla derecha que acabaría con su carrera, Maradona crecía lentamente en Argentinos Juniors. Cuando compró su primer carro, un Fiat 125 rojo, fue de inmediato a Villa Fiorito para mostrárselo a su amigo del alma.

Maradona siguió cosechando triunfos y en los recuerdos de infancia dejó a su amigo. Algún día le dijo a la prensa que el 'Goyito' Carrizo era mejor que él. La última vez que se vieron fue cuando Maradona regresó a Argentina después de su frustrante paso por el Sevilla. Ese día se abrazaron y recordaron las viejas épocas, pero después el 'Goyo' regresó a Fiorito en alguno de esos trenes que tomaban para ir a entrenar. Nunca más volvió a hablar con él. El 'Goyo' está ahí, al frente del potrero contándole a los niños de Fiorito sus andanzas con el ídolo de todos. A veces saca de su pieza el único cuadro que tiene: uno en el que el 'Pelusa' está con la camiseta del Barcelona. El 'Goyo' pudo ser Maradona, pero el destino -según él- no lo dejó. Nadie sabe si realmente hubiera podido llegar a convertirse en un gran ídolo, lo único cierto es que el 'Goyo' Carrizo es un mito en Villa Fiorito, aquel barrio que vió nacer al mejor jugador argentino de todos los tiempos.