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EL MISMO TOQUE-TOQUE

A seis meses de las eliminatorias para el Mundial de Francia 98, la Selección Colombia aspira a hacer un papel diferente, jugando de la misma forma y con los mismos futbolistas con los que quedó eliminada en USA 94.

8 de enero de 1996

LA SELECCION COLOMBIA ES LO MAS parecido a la serie de televisión de los años 70 'Dimensión desconocida': siempre con los mismos protagonistas, interpretando el mismo argumento en diferentes escenarios, y aunque de vez en cuando tiene invitados especiales, a pocos espectadores les entusiasma quedarse para ver el final porque ya conocen de memoria lo que cada personaje hace y el desarrollo de la trama. Con el tiempo ese programa salió del aire, porque mientras los demás avanzaron, la serie se quedó estancada con el mismo libreto. Con la Selección Colombia puede pasar algo parecido.
A raíz de la catastrófica actuación en el Mundial USA 94, en muchas ocasiones los especialistas hablaron de que era necesario un cambio, tanto en el libreto como en algunos de sus protagonistas. Hoy, un año y medio después, y a menos de seis meses de iniciar las eliminatorias para el Mundial de Francia 98, los actores son prácticamente los mismos y el libreto no ha variado mayor cosa. Para comenzar, si bien es cierto que Hernán Darío Gómez, contrario a la filosofía que por años impuso Francisco Maturana, ha sido más flexible con el esquema de juego y ha mostrado un poco de más agresividad, es imposible desconocer que Colombia aún continúa con algunos de los pecados que en un comienzo le dieron algo de identidad al fútbol nacional, pero que con el avance del tiempo y del balompié han terminado por rezagarla en el panorama internacional.
La selección continúa prácticamente en el mismo punto en el que llegó a USA 94, en donde el único objetivo es mantener el mayor tiempo posible el balón en su propiedad y jugar bonito. Y aunque desde que está el 'Bolillo' hay muchos más centros y disparos desde fuera del área, algo que Maturana no permitía porque se arriesgaba la posesión del balón, aún sigue aquella teoría del excesivo toque-toque, lo que evita que Colombia tenga algunas de las necesidades básicas del fútbol moderno: velocidad, explosión y capacidad de sorpresa.
Equipos como el Ajax de Holanda también basan parte de su fútbol en la posesión del balón, pero a diferencia de lo que ocurre con la selección, los jugadores holandeses no abusan del toque-toque y sobre todo, algo que no tiene Colombia, lo usan para avanzar rápidamente hacia el arco contrario. Siempre hacia adelante, nunca hacia los lados o en la mitad del terreno de juego como pasa con los pupilos de Gomez, que por momentos parecen estar jugando un picadito de potrero y no un partido de selecciones .

LOS PROTAGONISTAS
Pero aparte del hecho de que la selección parece haberse quedado viviendo en otra época, sin duda más gloriosa que la actual, también parece que está empeñada en querer demostrar que puede recobrar el esplendor de un fútbol que todo el mundo halagaba en el pasado, basándose en los mismos jugadores que hace varios años lo dieron a conocer.
Colombia aún sigue con esa dependencia casi enfermiza del 'Pibe' Valderrama que, como es apenas natural, a los 33 años ya no es el mismo de otros tiempos. Lo mismo ocurre con la mayoría de los demás veteranos como Leonel Alvarez y Alexis Mendoza. De igual forma se continúa pensando que la única posibilidad de la media cancha hacia arriba sólo está en los pies de Faustino Asprilla, Adolfo 'El Tren' Valencia y Freddy Rincón, tres jugadores que desde que finalizó el mundial vienen en un bajón futbolístico impresionante.
Tal parece que esta selección va como el cangrejo, de para atrás. Es decir que mientras los demás equipos del mundo piensan en renovar, en cambiar y evolucionar de acuerdo con las necesidades del fútbol actual, los colombianos parecen querer reingresar a la élite del balompié mundial, utilizando los mismos elementos y tácticas que el tiempo les ha demostrado que ya no funcionan.
Para algunos, a Colombia le puede pasar lo mismo que le ocurrió a la selección peruana de 1970 a 1982, que después de haber realizado una brillante campaña y despertado la admiración del mundo del fútbol, creyó que podía seguir el resto de su vida con el mismo sistema y los mismos jugadores. En el Perú pensaron que Teófilo Cubillas, algo así como el Pibe peruano, y las demás estrellas de esa selección iban a durar para siempre y nunca se preocuparon por renovar, ni buscar alternativas. Hoy, 13 años después, el pueblo peruano se lamenta de no haber intentado evolucionar a tiempo y lo único que les queda es seguir sumidos en los recuerdos de esos años de gloria.

NO ME LO CAMBIE
Como contraste de Colombia, países que tienen una verdadera tradición futbolística como Argentina o Brasil, iniciaron, casi desde que terminó USA 94, una renovación dentro de sus jugadores. Es así como hoy en día, independientemente de los resultados, estas dos selecciones tienen entre sus filas a una gran cantidad de nuevos integrantes. Ninguno de los dos equipos ha seguido dependiendo de la habilidad de figuras como Romario o Bebeto en el caso de los cariocas, y Caniggia, Ruggeri y Batistuta en el caso de los gauchos. Todo porque saben que para llegar a las eliminatorias no pueden depender de los mismos de siempre, aun cuando sean los mejores futbolistas del mundo.
Daniel Pasarella, técnico de Argentina, consciente de esa realidad, ha soportado de un tiempo para acá las críticas de los aficionados de su país por los malos resultados que la selección ha tenido desde hace algunos meses, pero todo es producto de la necesidad esencial que él tiene de probar nuevos jugadores para encarar las eliminatorias y poder llegar con suficiente tranquilidad a Francia 98.
En Colombia el cuerpo técnico ha dicho que está examinando nuevos jugadores para enfrentar las eliminatorias, pero los partidos que ha hecho la Selección Nacional han dejado en claro que las palabras van por un lado y la realidad por otra. Resulta inexplicable que cuando faltan tan sólo seis meses para el comienzo de las eliminatorias, y supuestamente el seleccionador quiere probar hombres nuevos, los partidos los sigan jugando prácticamente los mismos futbolistas. Los colombianos han seguido viendo en los encuentros de preparación al Pibe, Leonel, Serna, Mendoza, entre otros, y en muy contadas y esporádicas oportunidades han aparecido caras nuevas. Contrario a lo que podría pensarse, en el país hay suficiente materia prima para probar en esos partidos de fogueo. Y ha sido precisamente esta situación la que ha hecho que aún se siga hablando de la rosca de la selección.
Algunos corrillos futbolísticos no dejan de preguntarse insistentemente por qué no se miran jugadores que no sean del Nacional o del América. Por qué no se han tenido en cuenta a jugadores como Víctor Mafla, Walter Escobar, Oscar Pareja o Hamilton Ricard del Deportivo Cali, o futbolistas de la categoría de Víctor Danilo Pacheco del Junior, o a Osman López de Millonarios, entre otros. Esto para no hablar de Giovanny Hernández y John Wilmer La Pelusa Pérez, quienes seguramente no actuaron contra México, por estar representando a Colombia con el América en la Copa Conmebol.
Hay quienes afirman que es necesario seguir con el Pibe y su corte para Francia 98, porque ellos tienen la experiencia y han sido la columna vertebral de la selección, pero resulta difícil que un jugador que está en prueba pueda adquirir experiencia internacional, si cuando es convocado no sale de la banca o simplemente no es llamado. De otro lado, al tener en cuenta que las eliminatorias van a durar varios meses, resulta arriesgado depender exclusivamente de los veteranos, ya que si a lo largo de 1996 alguno de ellos llega a lesionarse o no puede ocupar su puesto en la titular por alguna razón, no va a haber nadie que lo pueda reemplazar, simplemente porque la selección no está preparada para esa eventualidad.
Por ahora lo único cierto es que el mundial se le vino encima a Colombia y aunque algunos piensen que seis meses son suficientes, es un hecho que la selección todavía sigue presa de los fantasmas de USA 94, y que desde hace mucho tiempo era hora de que hubieran empezado a aplicar los ajustes necesarios para evitar otro descalabro en un mundial de fútbol. Lo único que queda por esperar es que en el poco tiempo que falta, el cuerpo técnico pueda hacer los cambios que debieron comenzar en los inicios de este, un año que ha visto de todo, menos el mágico fútbol de la Selección Colombia.