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El segundo tiempo del técnico del Barcelona

Hace pocos días, Tito Vilanova concedió una entrevista sobre lo que vivió hace meses por cuenta del cáncer, enfermedad que, de nuevo, lo llevará al quirófano este jueves.

19 de diciembre de 2012

El entrenador del Fútbol Club Barcelona sufrió una recaída del cáncer que se le detectó hace un año en la glándula parótida del que fue operado exitosamente el año pasado.
 
¿Cómo salió esa primera prueba de fuego de Tito Vilanova en su lucha contra el cáncer? ¿Cuáles fueron sus conclusiones? Esas son preguntas que, a lo mejor sin saber que tendría una segunda contienda, el técnico del popular club catalán respondió hace pocos días a TV3, y que reproduce el diario catalán La Vanguardia en su edición digital.
 
Ahora, a punto de volver al quirófano para una nueva operación, y a la espera de un prolongado proceso de quimioterapia, es vital el testimonio del hombre que no ha hecho extrañar a su predecesor y maestro, Pep Guardiola, con sus resultados de esta campaña: es el mejor arranque de equipo alguno en la historia de la liga española, hasta el punto de que muchos dicen que con una sola vuelta está casi sentenciada.

En su diálogo con la periodista Ariadna Oltra en el programa ‘Marató’, Vilanova cuenta cómo se enteró del mal que padecía:

"Hubo una reunión en el despacho del doctor Ordi (el médico que le diagnosticó el tumor). Fui con mi mujer Montse y por sorpresa me encontré con los doctores del club y también con Pep (Guardiola) y Cris (la mujer de Guardiola). Cuando vi tanta gente ya pensé que la cosa no estaba muy bien, sobre todo viendo la cara seria de los médicos".
 
Y prosigue: "Rápidamente intenté pensar en positivo, que es mi manera de ser. Pregunté a ver qué podía hacer, si había solución y sino, mala suerte. Si había solución, ponernos rápido a intentar solucionarlo y elegir la persona que tenía que operarme y tener claro los tratamientos que había que hacer", añadió.
 
Pensó en sus hijos: "Con 14 y 17 años, creo que los niños aún me necesitan".
 
Eligió entonces un tratamiento local y se puso en manos de una cirujana local, la doctora Bescós.
 
"Le pregunté si lo tenía claro, si tenía claro cómo se tenía que hacer. Ella me dijo que sí, que dentro de la dificultad de la operación sabía lo que tenía que hacer y que lo haría. Esta confianza que me transmitió reconozco que es la que me permitió entrar al quirófano como si fuera un café a una terraza. Estaba muy tranquilo", contó.
 
Se cuestionó muchas cosas: "Yo me sentía perfectamente bien, perfectamente sano y de un día para el otro te dicen 'te ha tocado'. No tuve rabia. Pero, lógicamente, vas por la calle y ves a mucha gente. Y piensas que por qué te ha tocado a ti. Yo siempre me he cuidado mucho. Todas aquellas cosas que uno tiene que hacer para estar bien yo las he hecho".
 
Y puso valor frente a lo que venía: "Centré todos mis esfuerzos en tirar hacia adelante. Empecé a correr, correr, correr y llevo 10 meses que no paro de correr".

Luego de rápidos procesos de radioterapia y quimioterapia, volvió al trabajo:
 
"Fue una sorpresa para todos porque yo no había dicho nada a nadie. La mayoría de gente que trabaja en el staff técnico son mis íntimos amigos. Y muchos de ellos no lo sabían porque yo quería que la doctora, el día de la operación, tuviera la máxima tranquilidad. Yo sabía que en un mundo como el nuestro, si lo hubiera contado, el día de la intervención hubiera tenido a los medios de comunicación en la calle. Yo necesitaba que tuviese la máxima tranquilidad, que pensara que estaba operando a una persona cualquiera, sin presión añadida", le dijo a TV3.
 
Y agregó: "Mi sensación es que han pasado 2 o 3 años en vez de 10 meses, supongo que también porque dentro de mi mundo han pasado muchas cosas".

Y a manera de despedida de la nota periodística, apuntó: "Mi filosofía siempre ha estado un poco basada en que nada es lo suficientemente importante. Lo más importante es estar bien".
 
Hoy, la atención de España se centra en la cita que Vilanova tiene para ser operado este jueves. El fútbol pasó a segundo plano.