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EL TREN SE ENCARRILA

Los dos goles de Adolfo Valencia en el partido que el Atlético de Madrid le ganó al Barcelona la semana pasada, son la demostración de que al colombiano lo único que no le falta para triunfar es clase.

13 de marzo de 1995

JESUS GIL Y GIL ES EL JEFE MAXIMO DE una estación férrea que se encuentra desolada desde hace rato: el Atlético de Madrid. Domingo, a domingo, miles de personas se asoman a esa estación con la esperanza de ver llegar un tren que los saque de los últimos lugares de la liguilla española de fútbol. Pero por más que los hinchas y las directivas arreglan la estación, el tren nunca aparece. Después de cada partido lo único que queda son las serpentinas con las que pensaban celebrar la llegada de los vagones de la victoria.
Gil y Gil ha recorrido el mundo en busca de una solución; y en una de sus tantas expediciones contrató al delantero colombiano Adolfo Valencia con la idea de encontrar el gol que tanta falta le hacía a su equipo. En ese momento muchos se opusieron a la contratación del futbolista nacional que venía de ser goleador del Bayern de Munich. El propio técnico del Atlético, Francisco Maturana, le aconsejó en reiteradas ocasiones al propietario del club no traer a Valencia, pues el colombiano no se adaptaría a la filosofía de juego del equipo.
Maturana tenía razón. Valencia no se acopló a su estilo, pero el resto de jugadores tampoco. En ese momento estalló la última de las crisis conocidas. A Maturana lo reemplazó el técnico argentino Jorge D'Alessandro y Valencia pensó, entonces, que tendría una verdadera oportunidad para triunfar.
D 'Alessandro lo alineó en los primeros partidos, pero Valencia no respondió. Cada semana el 'Tren' se quejaba de algo. El propio Gil y Gil lo dijo un día al programa radial Viva FM.
"Yo le digo el mil excusas. Que un día le duele el tobillo, que otro la rodilla, y lo que pasa es que él quiere ser la estrella y no se ha dado cuenta que en el Atlético la única estrella soy yo "
Este descontento de las directivas del Atlético con Valencia hizo que varios clubes colombianos, como el Santa Fe y el Junior, al igual que el Boca Juniors de Argentina, ofrecieran comprar el pase del delantero colombiano. El Atlético oyó interesado las propuestas, pero Valencia no quería oír nada. En un momento determinado, al 'Tren' le pasó lo mismo que en muchos partidos, cuando parece perdido en el campo de juego y en un solo un minuto define el compromiso. "Yo no me voy de España hasta que triunfe", dijo con firmeza. Las palabras de Valencia sorprendieron, y las directivas decidieron darle su respaldo. Así como había tenido la inmadurez y la falta de profesionalismo para quejarse cada semana, en esta ocasión Valencia mostró temple y coraje para apostar por su victoria.
Con este panorama el 'Tren' se sentó en la banca de suplentes el pasado martes, para afrontar el partido por la Copa del Rey frente al Barcelona, en el célebre estadio del Nou Camp. Pasaron los primeros 45 minutos y el partido estaba 1-1. D'Alessandro le dio la orden al colombiano de ingresar a la cancha, y en pocos minutos se convirtió en la figura. Marcó el segundo gol y concluyó con la diana que selló el triunfo ante el Barcelona por cuatro goles a uno. El cuadro madrileño había aplastado a uno de los mejores equipos del mundo en su propio campo. La historia del fútbol español registraba este triunfo en el que el mayor artífice había sido un colombiano: Adolfo Valencia.
Pueda ser que esta no sea la única aparición del colombiano en la historia del fútbol español. A Valencia hay que recordarle todos los días que un delantero sólo es figura haciendo goles; pero también hay que darle tiempo para que se acople; el mismo tiempo que le han dado los hinchas a la estación férrea de Gil y Gil para que aparezca el tren que los lleve a la victoria. En Madrid andan diciendo que la semana pasada se oyó por fin en Barcelona el rugido de uno que parece tener las intenciones de convertir en realidad el sueño de miles de madrileños.