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EN LA PUERTA DEL HORNO...

A pesar de que Michael Schumacher ya no tiene opción de ganar el título de la Fórmula 1, es el único que podría evitar que Damon Hill se corone campeón.

30 de septiembre de 1996

uando comenzó la temporada de Fórmula 1 de este año los británicos estaban felices: todo parecía indicar que por fin a su compatriota Damon Hill la suerte le sonreiría y podría ganar por primera vez en su vida el título de campeón mundial de automovilismo. Su principal rival, el alemán Michael Schumacher, correría en un auto inferior a su Williams, y la mayoría de los demás pilotos estaría adaptándose a sus nuevos equipos y monoplazas. El tendría la ventaja de continuar con la misma escudería, corriendo en uno de los mejores autos de todos el circuito, y además su nuevo compañero de equipo sería un debutante en la Fórmula 1, el canadiense Jacques Villeneuve, lo que lo dejaba como el consentido del equipo. Todo parecía perfecto. Al comienzo así fue. Hill ganó y se afianzó en el liderato desde las primeras carreras, mientras su archirrival germano luchaba contra los problemas de su Ferrari. Sin embargo hoy, cuando faltan tan sólo tres carreras para el final de la temporada, sus paisanos temen que a Damon le pase lo del viejo refrán y se le queme el pan en la puerta del horno. La razón del miedo de los súbditos de la reina Isabel radica en que, a pesar de que Schumacher ya no puede arrebatarle el título a Hill, como ocurrió en los dos campeonatos anteriores, en Gran Bretaña muy pocos calcularon que el otro piloto de la Williams, Villeneuve, pudiera convertirse en el villano capaz de impedir el triunfo de Damon. El segundo lugar que el canadiense logró, detrás de Schumacher, en el Gran Premio de Bélgica el pasado 25 de agosto, lo dejó tan sólo a 13 puntos del líder. Esto lo convirtió en el único piloto que tiene posibilidades de dañarle la fiesta, pues el tercero en la general, Schumacher, tiene únicamente 39 puntos, bastante lejos de los 81 puntos con los que Hill lidera el campeonato. De lograr ubicarse por encima de las posiciones que ocupe Hill en las tres carreras que faltan para terminar la temporada, Villeneuve conseguiría los puntos necesarios para llevarse el título. Y aunque para nadie es un secreto que la escuderíabritánica presionará al canadiense para que deje ganar a Hill, hay alguien que parece estar dispuesto a darle un empujón a Villeneuve: Schumacher. Dentro del Gran Circo es bien conocido el odio mutuo entre el germano y el británico, que incluso los ha llevado a los puños. Por eso, para algunos expertos las declaraciones que el alemán dio al finalizar la carrera de Bélgica, en las que dijo en tono de broma que estaba considerando la posibilidad de ayudar a Villeneuve, no son un simple chiste. Para los conocedores el alemán tratará de evitar a toda costa que Hill gane el campeonato, y por eso no descartan que intente estropear las competencias del británico, por ejemplo estrellando su auto para sacarlo de competencia, tal como lo hizo en la última carrera de 1994, cuando una maniobra de ese tipo le permitió ganar el campeonato por tan sólo un punto de ventaja sobre el mismo Hill. La realidad es que sólo a partir del Gran Premio de Italia, que se corre el próximo 8 de septiembre, los seguidores del piloto británico podrán saber si el comentario en Bélgica fue un simple chiste o si, por el contrario, Schumacher está dispuesto a jugársela toda por Villeneuve, corroborando la fama de mañoso que lo persigue desde el incidente de 1994.