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EN SUS MARCAS

Esta temporada de Fórmula 1 promete ser una de las mejores de los últimos tiempos. Una nueva generación de pilotos y el rediseño de los autos serán los garantes del espectáculo.

10 de abril de 1995

ES PROBABLE QUE NADIE QUIERA ACORdarse de la pasada temporada de Fórmula 1. Y tienen razón. Ayrton Senna murió compitiendo en Imola, Italia y 1994 pasó a la historia como el año en el que, consciente o inconscientemente, esta categoría tuvo una serie de manipulaciones deportivas, técnicas y hasta políticas para tratar de salvar el espectáculo que carrera tras carrera se fue perdiendo.
Con estos antecedentes, pocos apostaban a la recuperación de la máxima disciplina del automovilismo mundial. Sin embargo, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) demostró su capacidad de reacción a comienzos de este año.
La introducción de un nuevo reglamento técnico, que obligó a todas las escuderías a rediseñar totalmente sus automóviles, ha dado pie para que muchos equipos presenten grandes innovaciones mecánicas y aerodinámicas, lo cual significará un reequilibrio del nivel entre los equipos y un aumento del espectáculo. Las nuevas reglas para 1995 imponen medidas más estrictas de seguridad para amortiguar los posibles choques, mientras el aumento de la altura de los coches, unido al cambio de motor de 3,5 litros a uno de sólo 3, se justificó para reducir la velocidad en las curvas. Estos cambios no han hecho otra cosa que obligar a cada escudería a recuperar la potencia con base en la mecánica y la aerodinámica y olvidar los ingeniosos sistemas electrónicos de años anteriores.
La mejor prueba de esto la dan los McLaren Mercedes, que han causado gran revuelo por su aerodinámica revolucionaria, de la cual el alerón detrás de la cabeza del piloto no es sino la parte visible del iveberg. Otros, como Jordan o Benetton, han escogido automóviles de formas relativamente clásicas y han innovado en la parte mecánica con motores más livianos y nuevos tipos de suspensión.
Pero más allá de los detalles técnicos, lo que importa en este momento, si lo que se quiere es atraer nuevamente al público, es el espectáculo. Y es precisamente aquí donde el campeonato 1995 puede ser una verdadera revelación. Gracias a que la Fórmula 1 está volviendo a ser una inversión interesante para los constructores de automóviles -cada día hay más mecánica y menos computarización=el nivel de las escuderías tiende a emparejarse, pues además de la competencia deportiva entre pilotos hay otra que se juega en los talleres: la de los fabricantes de autos. A las diferentes constructoras parece no importarles cuánto tienen que invertir para tratar de asegurar el título. Se estima, por ejemplo, que el costo del equipo Williams Renault bordea los 100 millones de dólares anuales. En ese mismo promedio están también la Mercedes Benz, Peugeot, Honda, Ford y Ferrari.
LOS FAVORITOS
Aun antes de que la primera largada haya sido dada no es difícil conocer desde ya cuáles serán los cuatro o cinco equipos que estarán durante toda la temporada peleando la punta. Sin duda, y pese a que todavía no se han hecho las primeras pruebas de sus mono plazas, las escuderías Benetton y Williams son nuevamente las favoritas y se espera que este año el duelo entre Michael Schumacher y Damon Hill sea todavía más emocionante, pues los dos equipos poseen este año el mismo motor Renault que obtuvo el título el año anterior. Este es un hecho histórico, ya que nunca antes un motorista había equipado a las dos escuderías favoritas al mismo tiempo. En esta misma categoría también están tres marcas más, con la certeza, no obstante, de que son equipos que disponen de un potencial enorme pero que tienen que confirmar la confianza que ha sido depositada en ellos: McLaren Mercedes, Ferrari y Jordan Peugeot.
De todos estos Ferrari es quien se encuentra en la posición más difícil. Tras años de promesas que nunca se concretaron, los tifosi y el público en general están comenzando a criticar abiertamente al equipo algo impensablé hace apenas un par de años. Pese a que posee técnicos y pilotos de gran calidad -Jean Todt, Jean Alesi, Gerard Berger- Ferrari se ha quedado sólo en los nombres y en la fama sin haber sido capaz de competir por el título. Si no lo pelean esta vez es difícil que sus miles de fanáticos lo perdonen un año más. En cambio, el que se encuentra en condiciones favorables es la pequeña estrella ascendente del circo de la F-1: la Jordan-Peugeot. La Peugeot tiene ya un año de experiencia con sus motores y esto puede ocasionarle tanto éxito como el que tuvo con su 905 en Sports Prototipos hace dos años. Aun si le va mal, todo lo que haga la Jordan Peugeot será una victoria para ellos. Apenas están comenzando y lo que buscan es posicionarse en esta exigente categoría.
La otra novedad de la temporada de 1995 es el final definitivo de la era ProstSenna. Nuevos pilotos muy prometedores han penetrado poco a poco en el mundo de la F-1 y, aparte del ya consagrado Michael Shumacher, hay pilotos con gran proyección como Rubens Barrichello, Eddie Irvine o David Coulthard. Además existe un grupo de automovilistas que entraron a la F-1 hace menos de tres años y de quienes se habla como posibles campeones. Dentro de estos están el ya experimentado Jean Alesi, quien no ha podido brillar por falta de un Ferrari a la altura de sus capacidades, y Karl Wendlinger (SauberFord), quien después del accidente de Mónaco y de varias semanas en coma ha logrado recuperarse. Las nuevas caras han hecho que la temporada 95 sea la despedida a los grandes corredores de la década pasada. De estos ya sólo quedan Gherard Berger, quien tiene 35 años, y Nigel Mansell, el último de los campeones, con 41.
Sin embargo, decir que uno de ellos culminará su carrera como campeón, o que Schumacher volverá a aplastar a sus adversarios es tirar una moneda al aire. No hay que olvidar que todavía hay equipos que no han comenzado a probar sus automóviles. La realidad no se conocerá sino después de la largada en el circuito de Interlagos, Brasil, el próximo 26 de marzo. Por lo pronto, lo único que se puede asegurar es que la FIA hizo todo lo posible por sacar de la cama de enfermo a la Fórmula 1 y, en consecuencia, la temporada 95 promete ser el inicio de una nueva etapa de la máxima categoría del automovilismo mundial.