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EN VIAS DE EXTINCION

El retiro de las grandes figuras plantea una cada vez más evidente realidad: el deporte se está <BR>quedando sin ídolos.

23 de agosto de 1999

Este ha sido un año crítico para el deporte. Los más grandes héroes de diferentes disciplinas
abandonaron los campos deportivos y su ausencia se ha hecho sentir de una manera aplastante. Primero fue
el mejor basquet-bolista de la historia, luego el mejor jugador de hockey sobre hielo de las últimas décadas.
Poco tiempo después el turno fue para el mejor mariscal de campo de la liga profesional de fútbol americano.
Y hace algunas semanas la hora del adiós fue para dos de los más grandes tenistas de todos los tiempos.
Efectivamente, Michael Jordan dijo adiós en 1999, al igual que Wayne Gretzky y John Elway. El pasado
Wimbledon fue el último Grand Slam de Boris Becker y de su compatriota Steffi Graff. El fin de siglo está
representando muchos cambios en el deporte. Pero el asunto es que no pocos creen que estos puedan ser
para bien. Todas estas leyendas que han dicho adiós este año pasarán a la historia como los mejores
exponentes de su deporte en el siglo XX. Todos ellos fueron figuras que no sólo dominaron sus disciplinas,
sino que hicieron evolucionar su deporte jugándolo de una manera nueva y diferente. La reciente partida de
estos cinco iconos deportivos ha dejado al descubierto el grave problema al que se están viendo
enfrentados todos los deportes: la falta de verdaderos ídolos. El asunto no es nuevo. En los últimos años
varias disciplinas, entre ellas el fútbol, se han visto enfrentadas a la cruel realidad de no encontrar un
reemplazo idóneo para los héroes que se han ido.Quienes han llegado no han pasado de ser estrellas que se
han apagado con la misma rapidez con la que llegaron a la cima. Terminan siendo flor de un día. Ya pasó en
el golf con Tiger Woods y lo mismo ocurrió en el fútbol con Ronaldo, de quien todos esperaban que fuera el
nuevo Maradona. Estos dos casos, entre otros, son la prueba de que difícilmente héroes de la talla del 10 de
la selección argentina volverán a pisar las canchas. Hay nuevas figuras, jóvenes cargados de deseos y
entrega. Pero sin magia. La nueva generación se ha caracterizado por su irregularidad y por no poseer el
fuego sagrado que hizo que los nombres de las grandes leyendas como Ayrton Senna o Miguel Induraín
sean inolvidables. Los deportes necesitan de una figura para sobrevivir y crecer. El problema es que la
mayoría de los que están apareciendo no tienen el suficiente carisma dentro y fuera de los campos
deportivos para garantizar la pasión de los fanáticos (ver recuadros). El panorama no es alentador y la
conclusión, por ahora, parece unánime: se acabaron los héroes de verdad. nAutomovilismoAyrton Senna
quien encarnó el espíritu mismo de la máxima categoría del automovilismo deportivo. Aparte de conseguir
tres títulos mundiales, el estilo de conducción, la habilidad y la velocidad de Senna no han encontrado un
heredero. Michael Schumacher ha conseguido dos campeonatos y, sin lugar a dudas, es el piloto más
rápido del Gran Circo en la actualidad. Sin embargo el alemán, al igual que el actual campeón mundial, Mika
Hakkinnen, aún no ha demostrado tener el carisma dentro y fuera de las pistas que permita borrar de la
memoria las actuaciones del piloto brasileño.CiclismoLance Armstrong fue el héroe del pasado Tour de
Francia. Pero a pesar de que los expertos vaticinaron que el estadounidense será la figura para seguir esta
temporada, muy pocos creen que podrá mantener su hegemonía y mucho menos igualar el pentacampeonato
de Miguel Induraín en el Tour. Aquellos que en los últimos años surgieron como los sucesores del español,
Marco Pantani y Richard Virenque, no han conseguido resultados comparables con los de Induraín, ni han
demostrado que pueden ejercer un aplastante dominio como el del ibérico.BaloncestoMichael Jordan consiguió
seis títulos en ocho años, es dueño de una docena de récords dentro de la NBA, entre ellos el de mayor
promedio de anotaciones por partido. Antes de su retiro, Shaquille O_Neall y Grant Hill eran los dos
jugadores más opcionados para ser los herederos de su reino. Ninguno de los dos cumplió con las
expectativas. Su rendimiento deportivo ha estado bastante lejos de las proezas deportivas de Jordan. Hoy
las miradas en busca del sucesor empiezan a contemplar con esperanza hacia dos jovencitos: Kobe
Bryant y Tim Duncan.TenisDespués del retiro de Martina Navratilova a comienzos de la década de los 90
Steffi Graff asumió un liderato que nunca tuvo discusión dentro de la WTA. Su rendimiento siempre fue
superior al 90 por ciento, ganó más de una veintena de torneos y permaneció en el primer lugar por más de 80
semanas. Sus más cercanas sucesoras, Martina Hingins y Lindsay Davenport, entran y salen de la cima del
escalafón con demasiada frecuencia. Su falta de consistencia hace poco probable que puedan perdurar con
éxito en la élite de la WTA como ocurrió con GraffGolfTiger Woods apareció en el mundo del golf como un
fenómeno de proporciones inimaginables. Su victoria en el Master de Augusta dejó asombrado a más de uno.
El, junto a David Duval, estaba llamado a revolucionar este deporte. En el último año, sin embargo, ninguna de
estas jóvenes promesas del golf ha conseguido más de una victoria y sus apariciones en los más prestigiosos
campeonatos del mundo han estado marcadas por más pena que gloria. Hoy muy pocos creen que
logren consolidar una trayectoria que pueda emular la de un hombre como Jack Nicklaus.Hockey sobre
hieloWayne Gretzky tuvo en el hockey sobre hielo una importancia comparable a la de Michael Jordan en el
baloncesto. Consiguió con su equipo, los New York Ranger, 20 récords y se consolidó como el máximo
anotador en la historia de este deporte. Su compañero de equipo, Eric LeCroix, junto a Patrick Roy de los
New Jersey Devils, fueron postulados por los especialistas como los eventuales héroes de este deporte
tras las retirada de Gretzky. Sin embargo, la realidad es que a pesar del talento de estos hombres nada hace
prever que alguno de ellos pueda llegar a igualar las hazañas de Wayne. FútbolHace menos de dos años
el sucesor del Diego Armando Maradona parecía ser Ronaldo. Sus goles hicieron pensar a muchos que
podría ser el heredero del argentino. Pero el brasileño demostró durante este tiempo su irregularidad. Lo
mismo sucedió con quien fue elegido como el mejor futbolista del año pasado, Zinadine Zidane. Los dos
aparecen y desaparecen del panorama como por arte de magia. Han dejado en claro las diferencias entre un
futbolista de club y uno de selección. La maravillosa zurda de Maradona, en cambio, era la misma siempre.
Hoy ningún futbolista puede darse ese lujo.