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¿ES POSIBLE IR AL MUNDIAL?

Con una selección convertida en empresa deportiva y financiera, Colombia busca su clasificación al Mundial de fútbol

17 de junio de 1985

"Ahora o nunca". Así podría definirse la consigna que mueve hoy a los jugadores, técnicos y directivos de la selección colombiana de fútbol de mayores, que el próximo domingo inicia la ronda eliminatoria para la clasificación al Mundial de México, que se celebrará el año que viene. Se trata de una verdadera empresa, asumida por primera vez como tal, que se inició en noviembre pasado y que cuenta con más presupuesto que una campaña presidencial, con mas publicidad que una gaseosa recién lanzada al mercado y con más estrellas que una superproducción de Hollywood.
En efecto, nunca antes se habían reunido tantas buenas intenciones y tanto profesionalismo en una campaña premundialista, que busca que Colombia vaya, por segunda vez en la historia, a disputar la Copa Mundo. La primera y única intervención del país en un mundial fue en el año 62 en Chile, donde el seleccionado perdió 2 goles a 1 con Uruguay, 5-0 con Yugoslavia y logró lo que se sigué considerando como la gran hazaña del fútbol nacional de mayores: un empate 4-4 con la Unión Soviética, durante el cual el barranquillero Marcos Coll obtuvo un gol olímpico (en forma directa desde el tiro de esquina) contra el mejor portero de la historia del fútbol, Lev Yashin, más conocido como "la araña negra".
La segunda intervención en un mundial estaba asegurada para 1986, ya que Colombia había obtenido de la FIFA, organismo rector del fútbol en el mundo, la sede para el campeonato de ese año. Pero en pleno arranque del gobierno de Belisario Betancur, el recién posesionado presidente le dijo no al mundial, en un acto de futurología que parecía predecir la penuria fiscal que se vive actualmente. La sede quedó entonces en manos de México, país que ya celebró un mundial, el de 1970, sin duda el más espectacular e inolvidable de todos, cuando Brasil conquistó por tercera vez la Copa Mundo, gracias a Pelé, Rivelino, Jair, Tostao y otros a quienes los aficionados siguen recordando como integrantes del equipo más perfecto que haya existido jamás.
LOS NOTABLES
Para tratar de superar la frustración que se produjo después de que el país renunciara a la sede, la Federación Colombiana de Fútbol, utilizando un estilo muy belisarista, decidió integrar una comisión de notables para que se encargara de organizar la empresa de la clasificación al Mundial de México. Fueron llamados inicialmente Daniel Samper y Carlos Cure, y luego se sumaron Juan Sebastián Betancur y Alberto Casas Santamaría, de tal manera que se podía contar con un periodista de renombre, un empresario, un representante de los gremios, hoy vinculado al gobierno, y un dirigente político. Todos ellos unidos por una sola bandera: su afición al fútbol.
"Aceptamos básicamente por dos razones -explica Samper-. Primero, porque creímos y seguimos creyendo que, en este ambiente de desmoralización que vive el país a todo nivel, la clasificación al mundial podía significar una inyección de ánimo.
Y segundo, porque consideramos que el deporte es el mejor representante de Colombia en el exterior y que con los futbolistas podía hacerse algo similar a lo realizado con los ciclistas". Aunque ellos no lo dicen, es obvio que una razón adicional y poderosa es que, debido a la presencia de dineros calientes en el fútbol profesional, era mejor que el seleccionado quedara en manos de un grupo de notables.
La labor de la comisión debía inscribirse en tres campos: el deportivo el de promoción y el administrativo. El primero de ellos se resolvía con una sola decisión: nombrar al técnico, ya que del resto se encargaba precisamente quien fuera nombrado. Surgió de inmediato el candidato número uno: Gabriel Ochoa Uribe, un hombre polémico y discutido, pero reconocido por todo el mundo como el mejor director técnico de Colombia. Nunca desde que dejó de ser jugador de fútbol para convertirse en entrenador ha dirigido un equipo profesional que no haya logrado llevar a obtener el campeonato nacional. Tiene el reciente récord de haber sido por dos años consecutivos campeón con el América de Cali, conjunto que antes de que Ochoa entrara a dirigirlo nunca había podido campeonar.
El problema era convencerlo: Ochoa había dirigido a mediados de los años sesenta un seleccionado que no corrió con buena suerte. En esa ocasión, le llovieron las críticas y él juró no volver a dirigir un seleccionado colombiano. Cure y Samper se entrevistaron con él y, para sorpresa de muchos, aceptó. No habían sido en vano todos los esfuerzos que se habían realizado y que incluían una exhortación pública del propio presidente Betancur para que Ochoa se hiciera cargo del equipo nacional. "Desde entonces -relata Samper-, la parte deportiva quedó resuelta y a su cargo".
EL ESTILO OCHOA
El médico Ochoa, como lo llaman todos por haberse especializado en medicina deportiva, inició entonces su trabajo y comenzó a imponer su estilo. Primero que todo, una concentracion estricta de los jugadores, que incluye madrugar e irse a dormir temprano, bajo una constante vigilancia del técnico. Desde hace algunas semanas, el equipo está concentrado en el Hotel Hilton de Bogotá, y los empleados de éste aseguran que nunca antes se había visto tanto orden y tanta disciplina.
Ochoa es un hombre cordial, pero frío y, sobre todo, absolutamente sincero. Siempre ha dicho lo que piensa y le ha gustado jugar con las cartas destapadas. En esta ocasión, las cosas no han sido distintas. Nadie, absolutamente nadie, puede intervenir en sus decisiones deportivas. El es quien manda su equipo, sobre el cual él mismo se ha encargado de construir una barrera protectora, que incluye limitar el acceso de la prensa a la concentración a 15 minutos diarios, entre las 7 y 30 y las 7 y 45 de la noche.
Ochoa no concede entrevistas, pues sostiene que es un juramento que hizo a raíz de incidentes con periodistas deportivos que se produjeron hace algunos meses. En el camerino, antes después de los partidos, rigen las mismas normas. La alineación del equipo sólo se conoce a última hora y los entrenamientos se llevan a cabo dentro de un total secreto. Cuentan quienes laboran con el seleccionado, que el médico Ochoa siempre tiene dos o trés canchas en distintas zonas de la ciudad, preparadas para que el equipo llegue temprano en la mañana a entrenar. Pero nadie sabe cuál de ellas será la escogida y el técnico sólo comunica la decisión cuando se sube al bus con los jugadores y le indica al conductor la dirección que debe tomar.
Ochoa es un hombre que vive del y para el fútbol. Suele desvelarse en las noches y para no perder tiempo, dispone siempre de un video de algún partido del equipo o de aquellos con los cuales va a tener que enfrentarse, para verlo una y otra vez hasta descifrar el más minimo detalle estratégico. Es un estudioso del futbol y sus conversaciones con los jugadores después de un partido y frente al video que lo registró, son famosas. Uno a uno, todos los jugadores son analizados, con sus errores y sus aciertos. También se estudia la labor de conjunto, las ocasiones que se desperdiciaron y los momentos en que se bajó el ritmo.,
Al quedar la cuestión deportiva en manos de Ochoa, los notables optaron por dedicarse de lleno a la promoción y a los problemas administrativos. El lema en cuanto a la promoción era el de hacer una selección "de todos los colombianos". O sea, que cada colombiano se identificara con el equipo.
El primer paso fue cambiar el uniforme, que desde los juegos panamericanos de Cali y las eliminatorias para el mundial de Alemania en el 74 consistía en una camiseta anaranjada cruzada con una franja tricolor diagonal, y una pantaloneta negra. Como variante se tenía el uniforme totalmente blanco con la misma franja diagonal. Los nuevos colores fueron presentados a la prensa a principios de año. Un primer uniforme está formado por una camiseta roja y una pantaloneta azul. El segundo tiene camiseta amarilla y pantaloneta azul. Un tercero se distingue porque la camiseta es azul. En los tres casos, los visos de la camiseta tiene los colores de la bandera. Los tres uniformes son necesarios, pues no se puede usar la camiseta amarilla cuando se juega contra Brasil, o la roja cuando se juega contra Chile por ejemplo, para evitar confusiones entre los jugadores en la cancha.
Un segundo paso fue la preparación de la publicidad de prensa, radio y televisión. Y ahora, hace pocos días, la grabación de un disco del cantante vallenato Diomedes Díaz para el equipo. Todo ello absolutamente gratis: Atlas Publicidad, encargada de la campaña. no cobra un solo peso. Las programadoras de T. V. pautan en forma gratuita las cuñas. La casa grabadora CBS y el propio Diomedes Díaz han cedido a la selección los derechos de la canción recientemente registrada.
Un tercer paso fue la cesión, por medio de una licitación privada, de los derechos de televisión de los partidos de la selección. La favorecida fue la programadora RCN, que pagó a la selección 32 millones de pesos por el contrato.
El costo de la selección para toda la campaña clasificatoria es de 180 millones de pesos. Esta cantidad se reunirá con base en los aportes de cuatro empresas: Pony Malta, Eveready, Avianca y la Federación de Cafeteros. Cada una de ellas ha invertido 15 millones de pesos, lo que da un primer total de 60 millones de pesos, que sumados a los 32 millones de pesos de los derechos de T.V. y a lo que se obtenga tanto por taquillas como por el alquiler de las vallas publicitarias de los estadios donde juega la selección, deberán completar los 180 millones de pesos.

Una suma tan grande ha sido indispensable para poder mantener a los jugadores a cuerpo de rey: los mejores hoteles, la mejor alimentacion, regalos de cumpleaños y de Navidad, etc. Ellos deben sentir que son Importantes", explica Samper. Hay también premios especiales a quienes anoten un gol y a todos los integrantes del equipo cuando gane un partido. Por la victoria ante Brasil, cada jugador recibió 40 mil pesos como estímulo. No hay que olvidar que se trata de jugadores profesionales, que ganan buenos sueldos en sus respectivos equipos y que, como en todas partes del mundo, reciben premios y todo tipo de primas especiales.
¿Y LOS GOLES?
Pero todo esto es apenas la infraestructura necesaria para que haya posibilidades de ganar. ¿Cuáles son, en términos futbolísticos, las posibilidades reales de clasificar? Colombia está sin duda en uno de los grupos eliminatorios más difíciles, al tener que enfrentar a Argentina y a Perú. Venezuela, el cuarto equipo del grupo, no ofrece mayores preocupaciones, aunque de todos modos está siendo estudiado detenidamente por Ochoa y sus jugadores. Argentina es un conjunto fuerte, con estrellas como Maradona y Pasarella, y un técnico, Carlos Bilardo, que trabajó varios años en Colombia y conoce muy bien tanto a Ochoa como a los integrantes del equipo. Perú tampoco es un equipo fácil de vencer. Sus jugadores son famosos porque, con muy poca preparación, son capaces de ponerse a jugar en equipo gracias a una tradición de "toque" y fútbol de conjunto, que data de varias décadas.
Colombia, por su parte, tiene algunas ventajas. Ochoa es un hombre de sorpresas y los técnicos del equipo contrario nunca saben, antes del partido, que estrategia sera utilizada por él. Durante los cinco meses de preparación ha logrado conformar casi tres equipos distintos, tanto en lo que se refiere a la alineación, como al estilo de juego. Y eso es una ventaja. La otra ventaja es que tanto Ochoa como sus jugadores están absolutamente convencidos de que van a clasificar y lo dicen abiertamente. Esto se le debe al técnico, que nunca descuida el aspecto psicológico en la preparación del conjunto. En este momento, el ánimo de los jugadores está muy alto, gracias al triunfo del miércoles pasado sobre Brasil en Bogotá, el primero que se logra en la historia, en lo que a seleccionados de mayores se refiere.
Pero todo esto, la promoción, las finanzas, la psicología, no clasificará por si solo al equipo. A partir de este domingo, la responsabilidad recaerá sobre los jugadores. Ellos son los que tienen que hacer los goles y ganar los partidos. "Ahora o nunca", como dicen ellos mismos.
"VAMOS A CLASIFICAR"
Willington Ortiz, nacido en Tumaco hace 32 anos, 1.68 de estatura, 67 kilos de peso, y un par de piernas que pueden conducir al seleccionado nacional al Mundial de México, aceptó dialogar con SEMANA, durante unos minutos de descanso en la concentración del equipo. Estos son los apartes más importantes de la entrevista:
SEMANA: Usted viene de una lesión reciente y sin embargo muchos opinan que está jugando mejor que nunca. ¿Cómo se ha sentido en esta fase preparatoria?
WILLINGTON ORTIZ: Después del inconveniente que tuve con la lesión, me recuperé satisfactoriamente, y ahora me siento contento, feliz de estar haciendo parte de la selección Colombia y también, mucho más feliz, por tener al medico Ochoa como director del seleccionado. Trabajar con el médico Ochoa ha significado una experiencia totalmente diferente para mí, que desde 1972 he integrado equipos de selección. Sin duda es el más capaz de los técnicos con los cuales he trabajado.
S.: Viendo a la selección fuera de los entrenamientos se tiene la impresión de que hay en ella una mística, un espíritu de conjunto y una disciplina únicas. ¿Eso también es obra de médico Ochoa?
W.O.: Sí. Claro. Aqui se olvidó que los integrantes de la selección hacemos parte cada uno de tal o cual equipo profesional, llámese Bucaramanga, Medellín, América, Millonarios y todos estamos en una familia de colombianos. Por eso es posible palpar el ambiente que usted ha visto en la concentración.
S.: Hablemos de la clasificación. ¿ Cuál es el equipo que usted considera más dificil?
W.O.: Para mí, en el futbol, todos los contendientes son difíciles. No hay que pensar nunca que un partido es fácil. Hay que luchar siempre y poner una cuota de sacrificio en cada partido. Tanto Argentina, como Perú y Venezuela, son equipos contra los cuales habrá que entregarse enteros en la cancha.
S.: ¿Cree Willington que es posible ir al mundial?
W.O.: Bueno, hay mucha confianza. Yo tengo confianza. Vamos a clasificar. Estamos haciendo todo lo posible para no cometer los errores que se cometieron anteriormente y en eso radica buena parte de la confianza en la clasificación. Todo el grupo siente esa confianza y creo que vamos a clasificar.
S.: ¿Qué importancia, aparte de la clasificación misma, tiene para ustedes lograr el cupo para el mundial de México?
W.O.: Como grupo de selección sentimos que el país está atravesando una crísis, que está viviendo muchos problemas. Y somos conscientes de que el fútbol, con una buena selección que gane los partidos y clasifique, puede constituirse en un alivio para esa situación que estamos viviendo en Colombia. Queremos darle al pueblo colombiano ese alivio y esa satisfacción. Y eso es muy, muy importante.