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Foro Medallistas Olímpicos llevado a cabo el viernes 18 de noviembre de 2016 en Quibdó, Chocó, durante el II Festival Detonante. | Foto: Carlos Julio Martínez

CHOCÓ

“Si sueñan y trabajan duro pueden llegar muy lejos”

Yuri Alvear y Carlos Alberto Ramírez, medallistas olímpicos en los juegos de Río 2016, estuvieron en Quibdó hablando sobre deporte y oportunidades en el marco del Festival Detonante.

18 de noviembre de 2016

Hace tres meses estaban en los escenarios de Río de Janeiro, donde lograron vencer a rivales de todo el mundo y se subieron al pódium con los mejores del planeta. Y este viernes estuvieron en Quibdó, donde se lleva a cabo la segunda versión del Festival Detonante, hablando en un auditorio lleno de niños, jóvenes y deportistas locales que querían ver a los dos medallistas olímpicos de cerca.

Se trata de Carlos Alberto Ramírez, el bicicrosista que logró una medalla de bronce gracias a su impulso en el último momento de la carrera, y Yuri Alvear, la yudoca que ganó una de plata y que ya se había colgado un bronce hace cuatro años, en Londres 2012. Dos deportistas de alto rendimiento que luego de una carrera llena de mucho esfuerzo, lograron coronarla en el evento deportivo más importante de todos.

Fotografía: Carlos Julio Martínez / SEMANA

“Yo salí de Jamundí, un municipio que queda muy cerca de Cali. Vengo de una familia humilde, de escasos recursos, pero desde los 14 años practico el yudo porque siempre supe que el deporte y la cultura eran una forma de salir adelante”, dijo Yuri, quien hizo un recuento del inicio de su carrera y de los esfuerzos económicos que tuvo que hacer su familia para que ella pudiera dedicarse a lo que le gustaba. “Hacíamos rifas y actividades para viajar, pero a veces no podíamos. Una vez no pude ir a una competencia y lloré mucho, incluso pensé que me iba a retirar y que iba a dejar de hacer deporte”.

Carlos Alberto Ramírez, por su parte, contó que se enamoró de las bicicletas y de las pistas de BMX cuando era joven. “Soñaba con llegar a unos olímpicos desde que vi la competencia en televisión en 2008 y me puse esa meta. Cuatro años después ya era campeón juvenil y no pude ir a los juegos por mi edad. Tenía un año menos que el permitido (19 años)”.

Pero las dificultades no fueron un problema. Yuri se mantuvo en el yudo y logro llegar a los campeonatos internacionales, en donde dio el salto para representar al país. Y Carlos logró ser campeón juvenil de BMX y se perfiló como uno de los favoritos para el último ciclo olímpico.

Por eso, el mensaje de ambos para los chocoanos fue que todos los sueños se pueden cumplir y que, en materia deportiva, hay que tener constancia y trabajar para lograr los objetivos. “Nosotros estuvimos igual que estos niños que están acá sentados. Veíamos de lejos a personas que habían ganado medallas y que nos daban charlas. Y con el apoyo de nuestros padres logramos llegar hasta aquí”, dijo Yuri.

Fotografía: Carlos Julio Martínez / SEMANA

Para Carlos, la clave es que los jóvenes hagan lo que les apasiona y que los padres, los amigos, los profesores y el gobierno los apoyen. De hecho, Yuri celebró que se haya abierto una liga de Yudo en el Chocó y que la actual administración esté apoyando algunas de las ligas locales: “cuando ustedes desarrollen este deporte, la potencia ya no va a ser el Valle sino el Chocó, porque yo he visto el potencial que hay aquí”.

Pero para eso hay que tener en cuenta que el deporte de alto rendimiento también implica muchos sacrificios. Carlos ha tenido varias fracturas y cuenta que lo más difícil ha sido no estar cerca de su familia en algunos momentos. Además, por entrenar ha perdido varios espacios que para otros jóvenes son normales, como salir de fiesta. “Pero cuando uno se para en el pódium y mira hacia atrás se da cuenta que todo vale la pena”.

El éxito, al final, está en manos de los propios jóvenes. El apoyo del Estado al deporte ha venido aumentando poco a poco y los resultados saltan a la vista. Y aunque aún hace falta más inversión, sobre todo en los deportistas más jóvenes que aún no son de alto rendimiento, las oportunidades están servidas.