Home

Deportes

Artículo

EL NEGOCIO DEL MUNDIAL

FIFA vs. Brasil: ¿una cuestión de soberanía?

La lista de diferencias entre Brasil y la FIFA sobre el Mundial de fútbol 2014 son varias: desde la venta de bebidas alcohólicas en los estadios hasta el rol que corresponde a Pelé en el torneo. ¿Quién mandará finalmente en la próxima fiesta global del balompié?

Por Gerardo Lissardy (BBC Mundo)
6 de octubre de 2011

La cuestión cobró relevancia después que la presidencia brasileña, Dilma Rousseff, se reuniera el lunes en Bruselas con el secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, y ambos decidieran abrir una suerte de negociación sobre los temas más controversiales de la Copa del Mundo.

Las discusiones tocan puntos sensibles para el organismo rector del fútbol mundial (como la protección de marcas auspiciantes) y para el gobierno brasileño (como las entradas con descuentos para personas de edad).

Está previsto que haya una nueva reunión entre representantes de ambas partes en Brasilia la próxima semana.

La FIFA suele ser una entidad celosa de todo lo que atañe a la organización y manejo de sus eventos en el mundo, pero algunos analistas creen que su pulso con Brasil va mucho más allá de las cuestiones administrativas.

“Es una confrontación de filosofía política”, definió Amado Cervo, profe
sor emérito de Relaciones Internacionales en la Universidad de Brasilia.

“La cosa de fondo en este tema es que a Brasil no le gusta que nadie se entrometa en sus asuntos internos. Esto de establecer las reglas, determinar las decisiones, es una cosa de fondo”, agregó Cervo en diálogo con BBC Mundo.

“Muy difícil”
La idea de que la organización del Mundial 2014 es un tema de “soberanía” para Brasil fue manejada públicamente por el propio ex presidente de este país, Luiz Inácio Lula da Silva.

“Es muy difícil que la FIFA resuelva tener un desacuerdo con un proyecto de ley aprobado de forma soberana por el Congreso Nacional”, dijo Lula durante un seminario en Londres el viernes.

“Ningún país del mundo va a dejar su soberanía para atender el interés de esta o aquella entidad, sea cual fuera”, agregó.

Lula aludió de esa forma al proyecto de ley que el gobierno de Rousseff envió al Congreso brasileño el mes pasado para definir las reglas de la realización del Mundial, que aún debe votarse en ambas cámaras.

En teoría, el objetivo del proyecto es atender las exigencias de la FIFA para celebrar el Mundial, pero la prensa brasileña informó de controversias en torno al texto en seguida que el mismo se conociera.

Entre ellas figura, por ejemplo, el tema de los castigos para el uso indebido de la marca del Mundial y sus patrocinadores, para proteger el negocio multimillonario que mueve el evento.

El proyecto de ley prevé que los infractores puedan recibir penas que van desde multas hasta un año de prisión, pero según se ha reportado la FIFA aspira a que los castigos puedan ser mayores.

“Un evento único”
También se han señalado discrepancias acerca de lo que deja de establecer el texto legal.
Por ejemplo, el proyecto carece de referencias sobre los descuentos que hay en Brasil para el precio de entradas a estadios de estudiantes y personas de edad, pero la FIFA aspira a controlar plenamente la determinación del valor de los ingresos.

El ministro brasileño de Deporte, Orlando Silva, que también participó de la reunión del lunes con Valcke en Bruselas, dijo que los descuentos para estudiantes dependen de legislaciones de los estados brasileños y la FIFA tendría que negociar con ellos.

Pero explicó que los descuentos a las personas de edad responden a un estatuto nacional y descartó que Brasil pueda suspender la legislación al respecto.

El proyecto de ley del Mundial 2014 tampoco trata sobre la venta de bebidas alcohólicas, que está prohibida en varios estadios por un acuerdo de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) con el Ministerio de Salud.

También se ha informado que la FIFA pretende que se revise este punto debido a que uno de sus patrocinadores es una marca de cervezas.

Silva indicó que el gobierno estaría dispuesto a revisar estos temas y eventualmente modificar los puntos del proyecto de ley que inquietan a la FIFA.

Valcke, por su lado, negó que la FIFA evaluara quitarle a Brasil la organización del Mundial 2014 como algunos informaron, aseguró que respeta las leyes nacionales, pero consideró “necesario reconocer que la Copa es un evento único”.

Partido aparte
El contenido final que tendrá la ley del Mundial 2014 es todavía una incógnita.

Por un lado, se desconoce exactamente hasta qué punto está dispuesto a ceder terreno el gobierno brasileño en el manejo de un evento con el que pretende proyectar una imagen nueva del país al mundo.

Como notó la revista británica The Economist en su última edición, la presidenta Rousseff ha promovido al ex astro del fútbol brasileño Pelé como embajador honorario del país para el Mundial, pese a que el comité organizador del evento, liderado por el polémico presidente de la CBF Ricardo Teixeira, lo excluyó de la lista de invitados al sorteo de julio.

“Una Copa del Mundo también es un momento de afirmación del país”, dijo Rousseff el 16 de septiembre, cuando comenzó a correr la cuenta regresiva de 1.000 días hacia el Mundial.

“Si hubiera alguien responsable para que varias generaciones de jóvenes, niños y adultos del mundo gusten y admiren el fútbol, es nuestro querido Pelé”, agregó.

En un país apasionado por el fútbol como Brasil, muchos aquí siguen el tira y afloje con la FIFA como si fuera un partido aparte.

La decisión del gobierno de aceptar revisar el proyecto de ley fue definida como una “reculada estratégica” por el diario local O Globo y ya hay legisladores que reclaman marcarle límites a la FIFA desde el Congreso.

“Diputados y senadores, tenemos la misión de frenar el instinto salvaje de los dirigentes de la FIFA”, sostuvo el senador Demóstenes Torres, del grupo opositor liberal Demócratas.

“Si Brasil está perdiendo el juego antes del silbato inicial, la Copa del Mundo de 2014 ya tiene una selección campeona: la selección de la FIFA”, remató.