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FUERA DE BASE

La superestrella del baloncesto estadounidense, Michael Jordan, ha fracasado hasta el momento en su intención de convertirse en un jugador profesional de béisbol.

11 de abril de 1994

LA HISTORIA COMENZO HACE APENAS tres meses. Michael Jordan, a quien el mundo entero reconoció como el mejor basquetbolista de todos los tiempos, anunció ante los medios de comunicación de Estados Unidos su intención de convertirse en el nuevo jardinero derecho del equipo de béisbol Los Medias Blancas de Chicago. Un episodio que podría cambiar totalmente su vida, pues en menos de lo que él esperaba pasó de ser el centro de elogio de los periodistas, a convertirse en una de las personas más criticadas en el mundo del deporte.
De hecho, en las últimas semanas son muchos los especialistas que han afirmado que Jordan nunca podrá llegar a cumplir su sueño de jugar en las Grandes Ligas de Béisbol. Casi ningún experto cree que de la noche a la mañana una persona que mide 1,96 metros de estatura, y que estaba acostumbrada a saltar más de cinco metros de largo para anotar una canasta, tenga la capacidad de golpear con un bate una pelota de sólo siete centímetros de diámetro que se desplaza a no menos de 90 millas por hora.
NI UN SOLO 'HIT'
Hasta el momento, los hechos les están dando la razón a los críticos. En los encuentros de preparación que ha tenido Jordan, ha pasado siete veces al bate sin conectar un solo hit, y en los entrenamientos sólo le ha pegado a la bola cuando los entrenadores del equipo le lanzan a una velocidad de 65 millas por hora. "La diferencia entre esos lanzamientos y el de un 'pitcher' profesional -le dijo Andy Van Slyke, jardinero central de Los Piratas de Pitsburg, a la revista Sports ilustred- es como ver a Michael Jórdan saltando desde la línea de 'foul' en baloncesto, y saltando desde un avión. Como si fuera poco, en un concurso de bateo que se realizó hace algunas semanas entre las grandes estrellas de Estados Unidos, el basquetbolista fue superado por Tom Selleck, protagonista de la serie Magnum.
Y es que el cuerpo de Jordan, por más de que sea el de un gran atleta, no lo beneficia mucho para batear. Por ser una persona tan alta, su zona de strike, desde las rodillas hasta el pecho, es bastante grande. Además, su swing es largo, su bate muy lento y no está utilizando sus piernas para generar poder. "Cuando enfrente a un 'pitcher' profesional que le lance a 92 millas por hora sin saber a dónde se dirige exactamente la pelota - agrega Slyke- veremos un 'swing' sin antecedentes en este deporte".
Sin embargo, pese a las críticas de los especialistas y a lo mal que le ha ido en los partidos de fogueo, Michael Jordan sigue firme en su decisión de ganarse el puesto de jardinero en el equipo de Chicago. Es el deportista que primero llega a las prácticas y el que con más dedicación y disciplina afronta los entrenamientos. Pero lo que pocos entienden es por qué una persona que ya tiene la fama y el público ganado en el baloncesto, le dé por probar, cuando ya supera los 30 años, otro deporte. La respuesta es sencilla: todo se explica con la insuperable necesidad que siempre ha tenido Michael Jordan de crear retos contra sí mismo.

ESTA PONCHADO
Aunque este comportamiento hay que abonárselo, no se puede ser tan optimista y creer que de un momento a otro se va a convertir en un gran jugador de béisbol. La cosa pinta tan mal que hasta sus mismos colegas lo critican. 'Yo le estoy haciendo mucha fuerza a Michael -dijo la semana pasada el pitcher de los Philies de Philadelphia, Larry Andersen-,pero la verdad, no lo veo llegar. Si yo le lanzo una bola con efecto y cuando llegue al plato se convierte en una balón de básquet, probablemente le pegue muy bien, pero si ese milagro no ocurre, le va a costar mucho trabajo conectar un batazo".
Un compañero de Los Medias Blancas. que no quiso dar su nombre, les dijo la semana pasada a los medios que aunque todo el mundo quiere verlo con el uniforme de Los Medias Blancas, las intenciones de Jordan se esfumarán en menos de un mes, cuando él mismo se dé cuenta de que su casa está en las canchas de baloncesto y no en los diamantes de béisbol.
Pero hay un aspecto en el que a Jordan le ha ido bien, y es cuando le toca el turno de defender. El director técnico de Los Medias Blancas, Joe Nossek, está sorprendido con la forma como el basquetbolista ha adquirido los fundamentos necesarios para ocupar el puesto de jardinero derecho, y muchos expertos creen que con el tiempo Jordan se podría convertir en un jardinero por encima del promedio de los que actualmente militan en las grandes ligas.
Ese, sin embargo, no es un punto a favor de Jordan. El es consciente de que son muchos los beisbolistas que pueden llegar a defender muy bien, y pocos los que son en realidad una pieza importante en el ataque. Hasta que Michael Jordan no demuestre que es un jugador que puede conectar uno o dos hits por partido, nunca podrá llegar a ocupar el puesto que está soñando. Y aunque nadie va a negar que ha sido el mejor basquetbolista de toda la historia, podría ser recordado también por haber fracasado en su intento de jugar béisbol. -