Tarjeta roja, el último minuto de Gigi Buffon en la historia de la Champions

Durante siglos se ha dicho que la del portero es la profesión más ingrata que existe en el fútbol. Los arqueros son a los únicos que no se les permite la licencia del error, entre otras porque de cometerlo solo la red de su propio arco detendrá la pelota. Para los únicos que pueden tocarla con las manos, la equivocación es una condena de por vida, y ni las cientos de atajadas que los hayan hecho célebres los salvarán del infierno. Podrán ser figuras en 89 minutos, pero en uno solo pueden pasar de héroes a villanos.

Han sido muchos los cuidapalos en la historia del fútbol que terminaron condenados en ese último minuto. La historia de Gianluigi Buffon, el portero de porteros, no podía tener un final distinto al del sino triste de los cancerberos. El último minuto del golero italiano en la historia de la Champions League, trofeo que nunca pudo levantar, no podía alejarse de ese guión. Del cielo al infierno en 60 segundos. Al uno de la Juventus, que en 89 minutos se ilusionó con que el final no sería en el estadio Santiago Bernabéu, y que eliminando al Real Madrid podría ser en Kiev y alzando la Orejona, lo despertaron del sueño  en un solo minuto, con el sonido de un silbato, el del referee.   

Juventus ganaba 0-3 al Real Madrid y empataba el marcador global de mlos cuartos de final que había tenido sus primeros 90 minutos en Turín. Buffon mantenía su arco en cero y se alistaba para el tiempo extra. Faltando 30 segundos para finalizar el reglamentario, el árbitro Michael Oliver pitó un polémico penalti a favor de los merengues. Buffon, enfurecido protestó de forma airada por la injusticia que creía haber visto y acto seguido vio la tarjeta roja. Gol para el Real Madrid por el cobro de Cristiano y el final de la Vecchia Signora en el torneo. 

Con la sangre caliente, Buffon se desquitó con el juez, le dijo que mejor se hubiera quedado comiendo patatas, y que es indigno un penalti pitado de esa forma al minuto 93. "En ese caso, lo mejor es que te quedes en la tribuna con tus padres, tus amigos, con unas patatas fritas y una Coca-Cola mirando el partido", dijo lleno de ira Buffon al canal Bein Sports. Ronaldo, por su parte, dijo que no sabía por qué protestaban sus homólogos de equipo italiano, y lo mismo salió a decir el técnico madridista, Zinedine Zidane.

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Por su parte, el presidente del club italiano Andrea Agnelli reclamó por su parte la introducción del videoarbitraje (VAR): "Varios países han puesto en marcha el VAR. El sistema tiene que introducirse en Europa. Los árbitros de fondo no sirven para nada, hay que quitarlos y sustituirlos por el VAR".

De inmediato los programas y diarios deportivos del mundo se hicieron la misma pregunta en diferentes versiones: “¿Fue o no fue penalti?” ,“¿estuvo bien pitado?”, “¿fue correcta la decisión del juez?”. Pero más allá de lo que los medios, comentaristas, tuiteros e hinchas pudieran decir ya nada se podía hacer.

El peor adiós

Uno de los guardametas más legendarios del fútbol europeo se despidió hoy de las canchas del viejo continente. Y lastimosamente, para los amantes del deporte rey, Gigi se ha ido de la peor manera.

Han sido dos décadas de saltos, manotazos, acrobacias que parecían imposibles y penaltis que en los estadios se gritaban y celebraban igual que un gol. Pero Buffon no tuvo la oportunidad de tapar el penalti que lo pudo llevar más allá de la inmortalidad en el fútbol. De todas formas un arquero de esas características no aparece todos los años.

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Tal vez ese gol de chalaca de Ronaldo lo recibió como una puñalada directa al escudo del Juventus. Tras ir tres goles abajo como local, el equipo de sus amores no tenía muchas chances de revertir el resultado como visitante, ante el temeroso Real Madrid en su imponente Santiago Bernabéu.

Pero en el fútbol puede pasar de todo. Y A los dos minutos de haber comenzado la revancha en España el delantero Mario Mandzukic convirtió el primero para la Veccia Signora, cinco minutos después un pase de la muerte de Douglas Costa casi hace realidad el segundo. Pero no importó, porque el segundo igual llegó. Bajo la misma fórmula del primero, al minuto 37, de nuevo un cabezazo de Mandzukic.

Se fueron al descanso y Gigi estaba tranquilo.

Llegó la segunda mitad y como una araña atajó las más difíciles, estiró sus brazos con mayor esfuerzo y paró balones. Y la presión y su aguante en el arco fueron premiados: minuto 60 Matuidi aprovecha un error de Kaylor Navas y logra lo que Gigi creía que era imposible. Las cámaras se fueron directo a la celebración del guardameta italiano: no lo podía creer, solo podía disfrutar de ese corto momento que duró 33 minutos.

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La dicha acabó con ese penalti que le causó la tarjeta roja. Su primera y última expulsión en este torneo. Se fue con la cabeza abajo, y antes de meterse al camerino pasó por el lado de Zidane, y seguro habrá pensado que no recordaba una expulsión tan amarga desde que el francés le pegó un cabezazo en el pecho a Marco Materazzi en la final del Mundial de Alemania 2006. Ninguno merecía un final así. Massimiliano Allegri decide sacar a Higuaín y meter a Szczesny, el arquero suplente. Cristiano toma distancia y con balonazo que casi rompe la red clasifica a los merengues a la semifinal de Champions.

El Bernabéu rompe en euforia y Buffon rompe en tristeza.

Su gran frustración fue no ganar la orejona, pero no se puede decir que no se trata de un campeón innato. Ocho veces campeón de la serie A y cinco veces de la Supercopa de Italia con Juventus, campeón del mundial de fútbol Alemania 2006 y decenas de distinciones individuales en las que se destacan las de mejor arquero en diferentes campeonatos.

Al final, Buffon le dio un mensaje muy claro y directo al juez inglés: "Para tener grandes partidos a nivel europeo, hacen falta grandes actores: jugadores, entrenadores, aficionados... y árbitros. Hay que tener una cierta sensibilidad para entender que en ciertos momentos si no tienes esta sensibilidad sobre lo que pasa en el terreno de juego, es que no eres digno de estar en una cancha".