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HOYO EN UNO

Arrancó la temporada mundial de golf y los estadounidenses se juegan sus cartas para ser de nuevo los mejores del mundo.

27 de febrero de 1995

NO ES EXAGERADO DECIR QUE 1994 será recordado como uno de los años más importantes en la historia del golf, y no porque hubiera existido un gran campeón que barriera con todos los abiertos, sino por el simple hecho de que ningún estadounidense se impuso en alguno de los cuatro torneos más importantes del calendario -El Masters, US Open, British Open y PGA-.
El Masters lo ganó el español José María Olazábal; en el US Open triunfó el surafricano de sólo 25 años Ernie Els, y en el British Open y en el PGA se impuso el mejor jugador de 1994, el también surafricano Nick Price. La derrota en estos cuatro torneos dejó a los estadounidenses sin la posibilidad de participar en el Grand Slam, en el que se enfrentan los cuatro ganadores de cada uno de estos campeonatos. En esta ocasión el campeón del Grand Slam fue un invitado, el australiano Greg Norman, quien obtuvo el cupo gracias a que Price se había impuesto en dos torneos y se necesitaba un cuarto para poder llevar a cabo la copa.
Como si no ganar uno de los cuatro torneos importantes no fuera suficiente, a los estadounidenses tampoco les fue muy bien en el Tour americano, pues el 28 por ciento de los abiertos lo ganaron extranjeros y otro 16 por ciento fue obtenido por los tres surafricanos, Price, Els y David Frost.
Sin embargo hoy, cuando apenas llevan jugados tres torneos -dos ganados por norteamericanos y uno por un australiano-, los estadounidenses ven a 1995 como el año que les puede dar la revancha. Además de los cuatro grandes, esta temporada se juega la Rider Cup -una copa que se disputa cada dos años y en la cual participan 12 jugadores norteamericanos contra 12 europeos-, donde Estados Unidos espera repetir su actuación de hace dos años cuando se impuso con relativa facilidad. Para afrontar esta temporada Estados Unidos cuenta con cinco excelentes golfistas. Fred Couples, quien se impuso en el Masters de 1992 y ha ganado abiertos alrededor de todo el mundo; Phil Mickelson, un jugador zurdo de sólo 24 años, quien es considerado por la crítica como la gran promesa; Mark McCumber, ganador de tres torneos del Tour del año anterior; John Daly, el pegador más largo del mundo, quien se retiró el año pasado en la mitad de la temporada por tener problemas emocionales, y Paul Azinger, quien vuelve a las canchas después de haber superado un cáncer en el hombro, que lo inhabilitó por más de seis meses. Pero si los estadounidenses están conscientes de que tienen que mostrar nuevamente su supremacía, los europeos, australianos y surafricanos están dispuestos a retener el título en los cuatro torneos grandes, ganar la Rider Cup y además participar en muchos más abiertos del Tour americano. El nuevo año empezó y nadie se atreve a hacer pronósticos. Lo que sí es seguro es que la batalla golfística de Estados Unidos contra el resto del mundo será a muerte.

FRED COUPLES ganó en 1992 el Masters y es la mayor esperanza norteamericana para la temporada 95.
El surafricano Nick Price fue considerado el mejor golfista del año anterior. Se impuso en el British Open y en el PGA.
Para la crítica, Greg Norman se puede converti r en el mejor golfista de 1995.
El norteamericano John Daly es el pegador más largo del mundo.