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LA COPA ROJA

Difícilmente clasificó América.

5 de septiembre de 1988

"Más sabe el diablo por viejo que por diablo".Este refrán popular puede ilustrar adecuadamente lo ocurrido con los equipos colombianos en la primera fase de la Copa Libertadores de América. En el presente año, Millonarios y América debieron enfrentarse a los conjuntos uruguayos Wanderers y Nacional de Montevideo, que prometían ser dignos sucesores del Peñarol, actual campeón continental de clubes.
A la hora de los balances, es necesario afirmar que ninguno de los cuatro equipos que conformaron este grupo, mostró algo digno de reseñar. Wanderers, actual campeón uruguayo, dejó escapar puntos valiosos en su casa, y en los partidos como visitante no tuvo los argumentos para pelear los puntos que le habrían permitido ganar una de las dos casillas para la siguiente ronda. Algo similar ocurrió con el campeón colombiano, Millonarios, que debió afrontar una crisis durante la primera parte de la ronda, precisamente cuando tenía que jugar de visitante. El equipo bogotano cedió dos puntos como local frente al América y como visitante perdió todos sus encuentros. Sólo vino a ajustar adecuadamente sus lineas en los dos últimos partidos, cuando ya había perdido toda esperanza de clasificar.
América de Cali y Nacional de Montevideo, los dos "viejos" de la Copa, fueron, en su orden, los que mejor desempeño tuvieron, aunque sin convencer mucho. El cuadro uruguayo se mostró fuerte en su patio, como toca, pero en condición de visitante dejó mucho que desear. La derrota 6-1 frente a un Millonarios ya eliminado le augura pocas posibilidades en la siguiente ronda. En cuanto a su empate del pasado miércoles en Cali, éste obedeció más a las carencias del local que a las virtudes del visitante.
Por los lados del América las cosas no pintan mejor. En sus partidos en condición de visitante sacó los cuatro puntos necesarios para ser el primero de su grupo. Sin embargo, esto obedeció más a la garra de sus jugadores veteranos, como Juan Manuel Bataglia, Sergio Santin y Julio César Falcioni (mientras pudo jugar), que a un gran despliegue futbolístico. Su línea defensiva se mostró vulnerable y de no ser por los arqueros Julio César Falcioni y Pedro Zape, las cosas habrían sido a otro precio. En la delantera faltó contundencia, especialmente en los partidos de local, en los que se vio en dificultades para vencer a Millonarios y para empatar con Nacional. Todo parece indicar que los esperados cambios que debía traer la era de Humberto Ortiz -quien remplazó a Ochoa Uribe en la dirección técnica-, se demorarán en llegar. Porque, aunque se mostró un fútbol más abierto y ofensivo que en épocas anteriores, los resultados no han sido contundentes. Sólo queda esperar que, aprovechando el mes que hace falta para iniciar la siguiente ronda, el técnico ajuste sus líneas, utilice las figuras que tiene en la banca y le de al equipo una mejor disposición dentro del terreno de juego. De no ser así, las posibilidades del América son remotas ya que en septiembre, en sólo dos partidos contra un rival que saldría del grupo de chilenos y brasileros, se jugará su paso a la final del torneo, en una ronda que será a muerte.