Home

Deportes

Artículo

LA ENCRUCIJADA DE BRASIL

La Copa de Oro desnudó la mayor debilidad de los campeonesmundiales de cara a Francia 98: el juego de conjunto.

23 de marzo de 1998

Por estos días, Brasil está de carnaval. Pero esto no quiere decir que todo sea una fiesta, por lo menos en cuanto a fútbol se refiere. Prácticamente no hubo un sólo día durante toda la semana pasada en que la selección dirigida por Mario Zagallo no fuera tema en los periódicos, noticieros y los diálogos callejeros. Y no era para menos. En un país que durante muchos años se ha acostumbrado a ver a su selección bailando rivales en las canchas del mundo donde se presenta, hoy es motivo de honda preocupación lo que le sucedió en la pasada Copa de Oro de la Concacaf que terminó el 15 de febrero. Con un equipo encabezado por estrellas de la talla de Ronaldo, Romario y Edmundo, Brasil llegó al certamen de Estados Unidos con un favoritismo de 10 a uno en la apuestas. Sin embargo terminó el evento en el tercer lugar, detrás de México y la selección estadounidense. Pero lo increíble fue la forma como los dirigidos por Zagallo finalizaron en esa posición: empatando con Jamaica y Guatemala y perdiendo con el equipo de Estados Unidos, algo que no sucedía hacía 68 años y que en Brasil se ha convertido en todo un escándalo.
A pesar del dramatismo con que han vivido los brasileños el pequeño descalabro de su equipo _muchos han llegado a pedir la cabeza de Zagallo y los más benévolos han exigido que se le imponga al técnico un asistente_, lo cierto es que ese torneo simplemente evidenció algunos problemas de los tetracampeones mundiales. Analizando jugador por jugador Brasil puede llegar a tener a los mejores futbolistas del mundo. Pero tener un equipo cargado de estrellas en el que todos son caciques y no hay indios terminó por convertir a los brasileños en una selección de 11 jugadores que no pueden jugar en conjunto. La defensa tiene una partitura, el medio campo otra y la delantera otra. Hasta hace relativamente poco tiempo todo parecía funcionar bien porque cada uno de los jugadores, línea por línea, estaban interpretando magistralmente sus propias melodías. Sin embargo, los resultados habían sido conseguidos casi exclusivamente por la inspiración y genialidad de cada una de las estrellas, mas no por el producto de un trabajo de equipo. Y eso fue lo que dejó ver la pasada Copa de Oro y lo que hoy tiene a los aficionados brasileños viviendo un carnaval de tristeza y de incertidumbre. Al fin de cuentas, los fanáticos saben que en Francia 98, Brasil no puede depender de los momentos de inspiración de sus estrellas para conseguir resultados, pues el torneo es demasiado duro como para confiar sólo en el talento individual. Lograr que Brasil deje de ser un grupo de estrellas reunidas para convertirlo en un verdadero equipo estrella es la difícil misión que tiene que solucionar 'El Lobo' Zagallo. Y para eso sólo tiene tres meses que faltan para el Mundial.