Home

Deportes

Artículo

LA MALA HORA

La tenista número uno del mundo, Steffi Graf, atraviesa por un escándalo financiero que podría marcar el fin de su gloriosa carrera deportiva.

20 de noviembre de 1995

FRANZ KAFKA EScribió una novela sobre un joven que despertó una mañana y descubrió que se había transformado en un insecto a través de una tenebrosa metamorfosis. El significado de esta historia sirve para ilustrar el drama por el que desde hace unos meses atraviesa una declarada admiradora del escritor: Steffi Graf.
Hace tres meses, la multimillonaria tenista alemana de 26 años era considerada como una heroína en su tierra, al alcanzar su sexto título en Wimbledon. Pero de un momento a otro la deportista germana más importante en la actualidad encontró que su vida había dado un giro completo.
A los pocos días de su triunfo, los diarios alemanes llenaron sus páginas con informes policiales sobre allanamientos a su casa y con el encarcelamiento de su padre, Peter Graf, por una investigación por evasión fiscal.
Según la revista Der Spiegel, en la declaración de renta de Steffi de 1993 se omitieron 2,5 millones de marcos remitidos por contratos publicitarios con la empresa de pastas Barilla, 2,1 millones de la empresa Adidas por igual concepto y 895.000 marcos pagados por la Federación Alemana de Tenis. La tenista afirmó ante los fiscales que investigan el caso que su padre había manejado sus asuntos financieros desde el comienzo de su carrera. Lo extraño del caso es que en la declaración aparece la firma de la deportista en la que certifica que ella fue quien hizo la declaración.
Al final de la semana pasada varias revistas alemanas, que dedican muchas de sus páginas al caso Graf, revelaron que antes de ser detenido, Peter había transferido de su cuenta del banco holandés ABN Amrol-Bank más de 10 millones de marcos a instituciones financieras en Suiza, Mónaco y en la islas Jersey y Guernesey.
Según los periodistas que han seguido el desarrollo de la tenista, ésta ha ganado en su carrera cerca de 130 millones de marcos (90 millones de dólares). Algunos expertos financieros calculan que esa cantidad es de unos 120 millones de dólares.
Por ahora el abogado de la tenista, Peter Danckert, ha dicho que Steffi no corre peligro inminente de perder sus bienes ya que la batalla legal puede prolongarse hasta por 10 años. Pero lo grave es que la situación está empezando a afectar el tenis de Steffi. Para algunos el desmoronamiento deportivo de la germana comenzó con su eliminación el jueves pasado del torneo de tenis en Brighton, Inglaterra, en donde perdió en la segunda ronda a manos de una surafricana desconocida, Mariaan de Swardt.
Para acabar de ajustar el drama, a finales de la semana pasada la empresa automotriz Opel, que patrocinó la carrera de Steffi durante 10 años, decidió cancelar un contrato por un millón de dólares anuales como consecuencia de lo que en Alemania se llama el caso Graf.
Si a esto se le agrega el dolor de espalda que la viene aquejando desde Wimbledon y el hecho de que la figura de su padre siempre ha sido fundamental durante sus partidos, algunos tendrían razón en comenzar a preocuparse por el futuro de una de las mejores tenistas en toda la historia. Todo indica que Steffi deberá mostrar nervios de acero o retirarse antes de que los problemas privados afecten más su rendimiento deportivo.