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ABIERTO DE AUSTRALIA

La nueva generación del tenis

Novak Djokovic y Andy Murray jugarán la final del Abierto de Australia. Ambos de 23 años, encarnan el nuevo ADN del tenis mundial, audaz, picante, sin prejuicios, con recursos de todos los colores. La renovación, como aire fresco.

Pablo de Narváez, especial para Semana.com
28 de enero de 2011

No es casualidad. Llegaron a la final jugando un tenis notable. Y no a una final cualquiera, sino a la final del Grand Slam australiano (domingo, 3:30 a. m., hora colombiana). Son Novak Djokovic y Andy Murray, ambos de 23 años, los jugadores que encarnan el nuevo ADN del tenis mundial, audaz, picante, sin prejuicios, con recursos de todos los colores, patrón que se entiende por el entrenamiento diario y concienzudo, por un estilo de vida especial con cuidados y sacrificios, por la inteligencia y el don, y también por una formación deportiva ejemplar.

Algunos lo toman como aire fresco, que dentro del virreinato de Roger Federer y Rafael Nadal no está nada mal. Desde el 2004 solo cuatro jugadores distintos a Federer y Nadal (Gastón Gaudio, Marat Safin, Novak Djokovic y Juan Martín del Potro) ganaron un torneo de Gran Slam. “Lo que está haciendo este par de chicos (Murray y Djokovic) es renovar el circuito con un tenis moderno”, dice Mauricio Hadad, extenista y actual entrenador. Ambos son jugadores ambiciosos que no se amparan en lo físico sino en los golpes. Rafa y Roger, favoritos en cualquier casa de apuestas, quedaron en el camino del primer ‘major’ del año. El español, en cuartos de final a manos de su compatriota David Ferrer. Y el suizo, en semifinal, con Novak como verdugo. En la otra semifinal, Murray le ganó a Ferrer 4-6, 7-6(2), 6-1 y 7-6(2).

La renovación debe ser bienvenida. Tampoco como para ir alistando el partido de despedida de Federer, acaso el mejor tenista de todos los tiempos, ni como para decir que a Rafa que se le acabó la cuerda. Está pasando en el tenis colombiano tanto de hombres como de mujeres, y renovación es sinónimo de esfuerzo, de imaginación, de empuje. Ver que Giraldo llega a semifinales de un ATP, ver a una legión compitiendo en Australia, ver cientos de jóvenes que están haciendo sus pinos, todo eso esperanza, motiva, ilusiona. No obstante, hay quienes dicen que Santiago Giraldo se convertirá, pronto, en el mejor tenista colombiano de la historia. Y puede que sí, pero, ¿de qué sirve comerse el postre antes del plato fuerte? ¿No será cargar la maleta de presión?

Sobre Djokovic, en el 2006 y el 2007 fue nombrado el Jugador Emergente del Año. Y hoy de promesa no tiene nada, el potencial de este muchacho se transformó en puro presente. Actualmente Novak es el número 3 del mundo y representa a un país ubicado en una zona hereditariamente dotada de talento y atletas. He ahí el gen de la disciplina y el ímpetu, un privilegio que ha sabido administrar hasta el punto de haber conseguido en el 2008 su primer título de Gran Slam, justamente allí en Australia, contra el francés Jo- Wilfried Tsonga.

“Nole”, así le dicen sus amigos, nació en Belgrado en una familia de deportistas, tíos y primos esquiadores profesionales, y el padre un excelente futbolista. Sin embargo, prefirió la pelota amarilla. Comenzó a jugar tenis a los tres años y debutó como profesional a los 16 (en el 2003). Tiene un entrenador fantástico, otro factor que también influye, se llama Marian Vajda, exjugador eslovaco. Salvo Federer (porque es superdotado), que tuvo una etapa sin un entrenador oficial –aunque bien lo podría haber necesitado–, un tenista necesita ese guía, el corrector, el confidente de las batallas venideras y la compañía en tantos aviones.

Novak es un jugador de altísima capacidad atlética, flexibilidad notable, velocidad, es sólido en el fondo de la cancha, mentalmente firme. Lo que le faltaría es mejorar el servicio, uno de sus puntos débiles.

Murray nació en Dunblane, Escocia, y este fin de semana tendrá encima los ojos de toda la isla: intentará terminar la maldición de décadas en las que ningún británico ha podido ganar un torneo “grande”. El último fue Fred Perry en 1936, en tiempos aficionados y de raquetas de madera. “Prefiero que Rafa y Roger vean la final por tele”, declaró Murray hace horas. Cuando tenía ocho años, se salvó de un tiroteo que dejó 16 muertos en la escuela primaria de su ciudad natal, la mayoría niños. Junto a su hermano Jamie, de diez años, iban camino al gimnasio y al oír muy cerca los disparos se escondieron debajo de la mesa en la rectoría. Hoy, a los 23 años, sueña con romper el celofán para que las aspiraciones pasen a ser logros.

Es admirable la evolución del juego del escocés, que tiene una derecha cruzada sensacional, muy buen saque y picardía. Además de su muñeca sensible y sutil. Aparte de la agudeza para tomar decisiones, ha integrado a su juego positivismo y autoconfianza, factores sicológicos que no se adquieren por arte de magia. Habrá que abonarle que ya jugó una instancia de este calibre, y perdió. Fue en el US Open 2008 contra Federer. El deporte da revanchas...


*Medalla al mérito y a la belleza para Flavia Penneta y Gisela Dulko, ¡qué pareja, por favor!, flamantes campeonas de dobles del Abierto de Australia, el primer Gran Slam de sus carreras, tras derrotar a María Kirilenko y Victoria Azarenka, que atrás no se quedan. Sí, señor, Penneta y Dulko son número uno en todo sentido.