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¿La nueva tigresa?

A los 16 años Michell Wie firmó un contrato por 10 millones de dólares y se convirtió en la profesional más joven de la historia. Su objetivo es competir con los hombres, lo que nunca antes ha pasado en el golf.

12 de febrero de 2006

A Michell Wie le quedan dos años para terminar el bachillerato y ya firmó contratos publicitarios por más de 10 millones de dólares al año con Nike y Sony, entre otras empresas. Sin haberle ganado a nadie, ya es la tercera deportista en ganancias en el mundo después de las tenistas Maria Sharapova y Serena Williams. Ya ha sido invitada a programas de televisión como el de David Letherman, tiene consultor de imagen y ha ocupado grandes espacios en todas la revistas especializadas no sólo en el mundo del golf, sino de economía y negocios. Esto se debe a que la 'gran Wisie', como la bautizó el golfista surafricano Ernie Els, decidió, pocos días antes de cumplir 16 años, y sin haber ganado ningún torneo en el circuito femenino profesional de golf, dar el paso hacia su carrera profesional. La noticia puso en alerta a cientos de empresas y medios de comunicación que ven en esta joven estadounidense de origen surcoreano una estrella de la talla de Tiger Woods. "La primera vez que fui a un club de golf supe que jugaría este deporte por el resto de mi vida. Doce años después, finalmente me convierto en profesional", dijo en la rueda de prensa que dio el día que anunció oficialmente su paso al profesionalismo. Su belleza, su estatura (1,83), la proyección del juego y la ambición para convertirse no sólo en la mejor jugadora del mundo, sino ganarse un puesto dentro del golf masculino, parecen ser suficientes para llamar la atención del mundo del marketing deportivo. Tanto, que firmó un contrato casi por el doble del monto del que tiene Annika Sorenstam, la jugadora número uno del mundo, que ha ganado siete torneos grand slam. Estos contratos los recibió sin importar que la reglamentación del Lady PGA no le permite jugar más de seis torneos cada año (sin incluir los abiertos femeninos de Estados Unidos y Gran Bretaña), hasta cuando cumpla los 18. Pero a Wie y a sus padres, quienes han programado minuciosamente la carrera de su hija desde que era una niña, esto los tiene sin cuidado. Al fin y al cabo, "ella ha enfocado sus fuerzas en competir no sólo en lo más alto del golf femenino mundial, sino también en lo más alto del golf masculino mundial", explica Peter Pen, presidente del Strategic Sports Groups en Nueva York. Su primera prueba será este mes, cuando juegue el abierto mundial Casio de Japón. Desde 1945, cuando Babe Zaharias clasificó al torneo masculino de golf de Tucson, Arizona, ninguna golfista profesional ha pasado el corte en un torneo del circuito profesional masculino. Muchos especialistas sí creen que, además del inmenso talento de Wie, hay motivos para creer que la joven tiene los méritos suficientes para ser la protagonista de semejante revuelo. A los 10 años fue la jugadora más joven de la historia en clasificar al campeonato de mujeres amateur Publick Links que luego ganó dos años después, y el verano anterior fue la primera mujer en clasificar a la versión masculina del mismo torneo. Fue eliminada en cuartos de final. Esta temporada fue protagonista del campeonato de la Lpga y el máster británico, donde ocupó el segundo y el tercer lugar, respectivamente. A lo anterior se le suma que Wie tiene una gran pegada, que alcanza las 300 yardas con su drive. "El 'swing' del golf consiste en el 'timing' más que en la fuerza, y su entrenador, David Lead Better, dice que ella tiene el mismo 'aceleramiento especial en el momento de impactar la bola' que Ernie Els -lo que tiene que significar algo-", escribió el analista de golf del periódico The Guardian, Stephen Moss, en una columna titulada 'La pregunta, ¿es Michelle Wie la nueva Tiger Woods?'. Sin embargo, todas estas cualidades no parecen convencer mucho al mundo del golf profesional femenino, donde ha sido fuertemente criticada. "Hay mucha expectativa alrededor de Michelle y uno como jugador realmente no sabe cómo pueden ser las críticas en esta larga carrera", dijo Amy Alcott, que clasificó como amateur la Lpga en 1975 cuando apenas tenía 18 años. "Pienso que uno como jugador necesita aprender cómo ganar. Michelle no se ha probado a sí misma como ganadora en todos los niveles. Uno tiene que ganar en cada nivel para acostumbrarse a hacerlo", le dijo al The New York Times Emilee Klein, que ha ganado tres veces torneos del Lpga. Otra integrante del tour, Dottie Pepper, piensa de la misma manera. "En este momento ella es un talento sin explotar porque no hay números que la respalden. No ha pasado por las escuelas de clasificación, no ha jugado otros 'tours'. Hay mucho para ver. Estoy repitiendo lo que mucha gente está diciendo. Ella tendrá que ganar para justificar todo lo que ha pasado alrededor suyo". El hecho de que la presencia de Wie en un torneo cause más conmoción que la de la dueña indiscutible del tour femenino, Annika Sorenstam, ha despertado un gran rechazo hacia Wie dentro del tour, lo que muchos expertos consideran que puede ser perjudicial para esta joven. De hecho, parece haber sido superada por los nervios en su primera prueba como profesional. Wie fue descalificada hace unas semanas de un torneo después de haber quedado en el cuarto lugar, por "violar el reglamento", según argumentaron los jueces. Sin embargo, quienes la conocen dicen que sabrá mantenerse alejada de todo este espectáculo que se ha formado a su alrededor, pues vive protegida por sus padres, quienes hacen las veces de ángeles guardianes. "Nunca la vemos por los baños donde nos cambiamos. Ella viene, juega y se va; siempre está junto a sus padres", dice una de las integrantes del tour que asegura que es una niña tranquila. Por su parte, Wie ha advertido que piensa terminar el colegio y luego ir a la Universidad de Stanford, como hizo su ídolo Tiger Woods, así esto le tome un largo tiempo. El tiempo también dirá si tenían razón aquellos que decidieron ver en Michelle Wie esa nueva estrella mediática del golf.