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LA PERLA NEGRA

Venus Williams parece ser la única tenista que tiene las condiciones para enfrentar la hegemonía de la suiza Martina Hingins.

1 de diciembre de 1997

Por el nombre pocos la conocen. Sin embargo cuando aparece en la cancha es casi imposible que pase inadvertida. Para algunos es simplemente una joven negra de trencitas de colores que juega tenis. Para otros es una atlética y potente tenista, destinada a convertirse en la mayor amenaza de la indiscutible número uno de la asociación de mujeres tenistas, WTA, la suiza Martina Hingis. Con tan sólo 17 años _la misma edad de la campeona_ esta estadounidense muestra un nivel de juego que ha dejado perplejos a expertos y fanáticos. Tiene un gran alcance, cubre fantásticamente la cancha y logra ángulos increíbles, especialmente con su revés a dos manos. Esas son algunas de las características que tanto Hingis como los conocedores han reconocido en Williams. Su buen tenis la ha llevado a importantes logros, como disputar la final del último US Open. Desde 1958, cuando Althea Gibson ganó el Open, ninguna tenista de color había llegado a la final de un torneo de esta categoría. Pero si su tenis la ha hecho sobresalir como la gran esperanza negra dentro del deporte blanco su carácter soberbio y avasallante también ha hecho que se convierta en el personaje más controvertido que se haya visto en los últimos años en este deporte. Así como algunos fanáticos la adoran sin limitaciones, la casi totalidad de sus colegas la odian profundamente. Ella es para muchos una especie de Dennis Rodman del tenis. Criada en los suburbios de Los Angeles, esta jovencita ha logrado exasperar a más de una de sus compañeras. Pero no son pocos los que reconocen que sus actitudes son la prueba fehaciente de que Williams se ha convertido en la gran rival por vencer. Entre otras razones porque aquellas que estaban llamadas a darle guerra a Hingins han demostrado que no tienen la capacidad para luchar con la suiza, mientras que Venus sí.La historia de Williams siempre ha estado plagada de misterios. Hasta no hace mucho su verdadero nivel tenístico era una incógnita. La razón era simple. Su padre, Richard, quien es su entrenador desde los cuatro años, siempre procuró que su hija jugara la menor cantidad de torneos posibles. No hasta que, según él, estuviera lista para ir a luchar con argumentos sólidos por el primer lugar del ranking. Esto explica el porqué desde su debut en octubre de 1994 hasta ahora la espigada tenista sólo ha participado en 19 torneos. Claro está que a la hora de los dividendos esto no le ha afectado mucho. La empresa Reebok, previendo el halagador futuro de Venus, firmó con ella en 1995 un contrato publicitario por cinco años a cambio de la nada despreciable suma de 12 millones de dólares. Jugando poco Venus ya es la número 27 del mundo. Sin embargo lo mejor está por venir, pues pocos dudan que ella y Hingis son las llamadas a protagonizar los mejores duelos del fin de siglo, matizados por dos ingredientes adicionales: la pelea entre la blanca y la negra y la niña buena y la mala.