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Algunos de los hombres más determinantes en la victoria colombiana fueron David Ospina, Camilo Zuñiga, Pablo Armero y James Rodríguez. | Foto: AP

ELIMINATORIAS 2014

Las claves del partido Colombia 1 – Ecuador 0

En el triunfo que encamina a la selección hacia un mundial después de 16 años jugaron varios aspectos a destacar.

6 de septiembre de 2013

1. El dinamismo de James. El diez de la selección asumió su rol como uno de los más activos del equipo. Desde el comienzo animó las jugadas en ataque como el hombre conductor entre el mediocampo y los delanteros, sin perder nunca de vista el recorrido del balón. Eso lo llevó a estar en el momento justo para el remate del gol que le dio la victoria final a Colombia. Su pundonor y sacrificio, al punto de defender la pelota en el banderín del propio campo, fue ejemplar para el resto del grupo. Él mismo lo afirmó al final del encuentro: “Cuando uno quiere ganar cosas también hay que sufrir”.


2. El fallo de Ayoví. El penal que envío a un costado el diez de la selección ecuatoriana fue determinante por el posible empate que habría resultado a los 15 minutos del segundo tiempo, dado el tesón y la decisión mostrada por el conjunto de Reynaldo Rueda ante algunas falencias en el marcaje del combinado local. Esto le dio un nuevo aire al cuadro ‘cafetero’ que un par de minutos después desplegó una jugada en ataque con cierto ímpetu que derivó en el poste de James Rodríguez, luego que el balón le llegara repentinamente delante del arco de Máximo Banguera. 

3. El desborde de los laterales. El acompañamiento de Camilo Zúñiga y Pablo Armero encaminó las acciones ofensivas de Colombia con sendos centros desde cada banda, sobre todo de Armero. Este último fue el más incisivo al penetrar en el área y alimentar de balones constantes a Falcao García y Teófilo Gutiérrez, quienes a pesar de sus desmarques y buenos movimientos les faltó “tiza” en sus respectivos remates. 

4. La falta de efectividad adelante. Radamel y Teófilo protagonizaron varias jugadas de gol que no alcanzaron a concretar. Uno de los mayores responsables de ello fue el portero Banguera de Ecuador, quien realizó la atajada del juego al contener un fuerte cabezazo de Falcao dentro del área, una de las especialidades del delantero del Mónaco. El “Tigre”, sin embargo, demostró su capacidad de recuperación ante la lesión sufrida el pasado domingo, y así lo expresó finalizado el juego: “el tobillo me dolió pero quería estar presente en el partido, quería aportar para esta victoria y gracias a Dios se dio todo”. 

5. El espíritu de superación grupal. Este fue el denominador común del equipo. Lo mostró desde el 9 hasta el número 1: David Ospina alzó sus brazos para continuar después del golpe sufrido en el choque con un jugador ecuatoriano. Por unos minutos las miradas se volcaron sobre Mondragón quien ya calentaba con un suéter gris número 12, preparándose para batir el récord como el jugador más veterano de la selección nacional en un partido oficial. Pero pudo más el clamor de una afición que mientras el arquero paisa se mantenía sobre el césped del Metropolitano no cesó en su cántico: “Ospina, Ospina, Ospina”. Y justamente fue ese: el jugador número 12, el público que rodeó la selección, dentro y fuera del estadio, el que le imprimió un mayor valor al hombre demás en la cancha, la clave inmanente de la ilusión que hoy raya con la realidad de hacer parte de Brasil 2014.