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LAS SUCESORAS

La nueva generación de tenistas profesionales de la WTA promete ser aún más espectacular que la que hoy lideran Steffi Graf y Mónica Seles.

23 de diciembre de 1996

La semana pasada el mundo del tenis femenino despidió oficialmente a Gabriela Sabatini. Sin embargo, en medio de la nostalgia y de las lágrimas de la argentina de 26 años, en los pasillosdel Madison Square Garden de Nueva Yorkmás que recordar las hazañas de 'Gabi', los expertos se dedicaron a hablar sobre algo que desde hace algún tiempo viene sonando en todas las canchas del mundo: la nueva generación de tenistas.Para muchos aficionados y algunos expertos el retiro de Sabatini del circuito profesional fue tan sólo la primera señal de que la generación gloriosa de la cual ella hizo parte posiblemente ha empezado a llegar a su fin. Gabriela, junto con Steffi Graf, Mónica Seles, Arantxa Sánchez-Vicario, Conchita Martínez y Mary Jo Fernández, principalmente, fueron las líderes de un grupo de tenistas que llegó a finales de los años 80 para marcar el final de la era de jugadoras como Chris Evert y Martina Navratilova. Sin embargo ese grupo de jovencitas que deslumbró al mundo por su talento y clase ya tiene en promedio 25 años, una edad en la que, debido al elevado nivel competitivo del tenis de hoy, representa más el comienzo del fin que la cúspide de la carrera.Aunque es un hecho que ni Graf, Seles o las demás de esa época desaparecerán de la noche a la mañana, lo que cada día parece estar más claro es que dentro de la 'nueva era' del deporte blanco sobresale un grupo élite que le está pisando los talones a las contemporáneas de 'Gabi'; un grupo que, según especialistas, no sólo es más parejo y está mejor dotado técnicamente, sino que promete darle una mayor espectacularidad al tenis femenino.Las principales figuras de ese selecto club son Mary Pierce, Anke Huber, Chanda Rubin, Martina Hingins, Lindsay Davenport, Magdalena Maleeva e Iva Majoli, todas ellas ubicadas actualmente dentro de las 20 primeras del escalafón de la WTA. Sin embargo, lo que ha llamado la atención es que, con apenas 19 años en promedio, estas seis jóvenes no sólo han escalado vertiginosamente el ranking mundial sino que han evolucionado el estilo de juego con respecto a la generación anterior.Según Enrique Gamboa, director de los torneos profesionales de tenis en Colombia, "en un porcentaje muy alto las jugadoras siempre han basado su tenis en un juego de fondo. La que más duro golpee, aun desde el fondo, la que más bolas coloque y la que más ángulos haga es la que suele ganar. Eso le pasa a Graf, Sánchez y a la misma Seles. Sin embargo las jóvenes tenistas como Hingins, Rubin o Huber no sólo tienen esas habilidades sino que son capaces de improvisar jugadas y cambiar el ritmo de juego dentro del partido, y eso no sólo es un avance sino que le da mayor espectacularidad al juego".Pero, aparte de ese atractivo, lo otro que llama la atención es que esta nueva generación es más homogénea que las dos últimas. En los años 70 y 80 la hegemonía la ejercieron Navratilova y Evert, y en lo que va de los 90 Seles y Graf, que parecen ser las únicas que disputan la cima de la WTA. Con esta nueva generación las cosas parecen ser distintas, porque no sólo es una camada numerosa sino que ha demostrado poseer las mismas capacidades y cualidades físicas y técnicas, lo cual hará que en un futuro no muy lejano la disputa por el primer puesto no sea algo exclusivo entre dos tenistas.Mientras el mundo espera a que el relevo generacional se complete, lo que parece quedar claro es que esta nueva generación le garantiza al tenis femenino seguir robándose el show en las canchas del mundo.