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l checo Lukas Rosol celebra su triunfo sobre el español Rafael Nadal hoy, jueves 28 de junio de 2012, en el torneo de Wimbledon en Londres (Reino Unido). | Foto: EFE/Facundo Arrizabalaga

HAZAÑA

"Lo siento. No fue mi intención ganarle a Nadal"

El desconocido Lukas Rosol pide perdón por haber derrotado al ídolo mundial en Wimbledon Parecía arrepentido de su hazaña. Como si hubiera cometido un pecado y no supiera remediarlo.

29 de junio de 2012

Lukas Rosol, un jugador desconocido para el gran público, acababa de tumbar al temible Rafael Nadal en el césped del mítico Wimbledon, y en la rueda de prensa cuando una multitud de periodistas esperaban ansiosos las explicaciones de su fantástico logro, él se veía al borde de las lágrimas. "Lo siento mucho. No fue mi intención hacerlo".
 
Pocas veces un deportista se mostró tan sincero en sus palabras y tan confundido por su victoria. "Él es mi ídolo. Cuando supe que tenía que jugar con él me sentí muy orgulloso. Con mi familia y mi entrenador hablamos del sueño cumplido: jugar con el tenista que más admiro".
 
El checo Rosol, número 100 del ranking ATP, sin apenas bagaje en torneos ATP y más especialista en dobles que en individuales, hizo lo inimaginable. Sacó a Nadal en segunda ronda en un choque de más de tres horas de acción y cinco sets de pelea. "No sé como lo hice", intentaba aclarar en medio del nerviosismo.
 
Sin duda es la sorpresa deportiva del año. El checo, de 26 años, se impuso 6-7 (9), 6-4, 6-4, 2-6, 6-4 sobre uno de los más grandes tenistas de la historia. "No estoy sólo sorprendido, eliminar a Nadal esto es algo milagroso para mí", agregó Rosol, que jugó por primera vez en su vida en el cuadro principal de Wimbledon. En los cinco años anteriores había caído en la primera ronda de la eliminatoria este certamen.
 
Rosol respiró profundo antes de disputar el último punto, en el que recetó su 22do ace del encuentro. Se arrodilló con los brazos alzados, y luego se dejó caer de bruces sobre el césped.
 
Tras levantarse, acudió a la red para darle la mano al estupefacto Nadal. Luego se fue, abrazó a su entrenador, a sus familiares y después se dirigió emocionado a la rueda de prensa. Con el paso de los minutos cayó en la cuenta de lo que había hecho, se le humedecieron los ojos: “Lo siento, lo siento. No quise hacerlo”, explicó como arrepentido.