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Foto: AP.

SEMANA EN BRASIL

¿Qué tanto ha favorecido la FIFA a Brasil?

Colombia no es el primer equipo que se queja de la ayuda de los árbitros a la ‘Seleção’ en el Mundial. En cada uno de sus cinco partidos han tenido polémicas.

Nathan Jaccard, enviado especial a Brasil 2014
7 de julio de 2014

Unos 4.000 millones de dólares. Eso es lo que se va a ganar la FIFA con el Mundial de 2014. Y 18.000 millones de dólares fue lo que se gastó Brasil para organizar su Copa. En el fútbol de hoy, las montañas de dinero nunca están muy lejos del balón y los intereses que se juegan en un megaevento de este tipo rebasan lo puramente deportivo.

Desde el partido de inauguración empezaron las sospechas de que los árbitros iban a ayudar a la Seleção y en cada partido que juega, sus rivales siempre se terminan quejando. El 12 de julio, cuando Brasil se enfrentó a Croacia, el juez japonés Yuichi Nishimura le regaló un penalti imaginario a Brasil por una supuesta falta sobre Fred. El partido iba 1 a 1 y los croatas estaban mejor.



Pero no fue la único jugada de Nishimura. También le anuló un gol de Olic por una carga muy suave sobre el arquero Julio Cesar. Después del encuentro, el seleccionador de Croacia, Nico Kovac, dijo que "si eso fue penalti, deberíamos jugar al baloncesto. El árbitro tenía unas reglas para Croacia y otras para Brasil. Fue una vergüenza. Dos mil millones de personas vieron que no fue penalti".



En el segundo partido contra México, una falta muy sucia de Thiago Silva conra Javier ‘Chicharrito’ Hernández solo fue sancionada con una amarilla, cuando la roja se ajustaba más al reglamento. Contra Camerún, en el cierre de la fase de grupos, Fred, de nuevo, mete el tercer gol de Brasil, el que mata definitivamente las esperanzas africanas, estando en fuera de lugar.



Contra Chile en los octavos Luiz Gustavo se salva por poco de una expulsión después de una entrada durísima sobre Arturo Vidal. Antes del partido, Alexis Sánchez dijo: “Me siento feliz de enfrentar a Brasil, lo único que me preocupa es el arbitraje”.

Y en el último partido de Brasil contra Colombia, el arbitraje del español Carlos Velasco fue desastroso. No solo por las dos jugadas polémicas que desequilibraron el partido (el gol anulado de Mario Yepes y la falta de James Rodríguez sobre David Luiz), sino porque fue muy permisivo y dejó que los jugadores se dieran 'guayazos' durante los 90 minutos.



El partido fue el más sucio del Mundial y, después de 41 faltas, Velasco solo sacó una amarilla. Esa noche, en Fortaleza, el español habría podido fácilmente mostrar tres rojas: una a Ferandinho, quien le pegó a James sin parar; una a Julio Cesar por el penalti y una a Camilo Zúñiga, por la lesión de Neymar.

Como escribió el periodista brasileño André Forasteri en una columna muy criticada en su país: “Fue el partido con el récord de faltas en este Mundial. Fueron 54 en total, pero hicimos 30 por ciento más que los colombianos. Por más que la FIFA le ayude a ganar a Brasil, por lo que vimos, algunas leyes de la naturaleza se continúan aplicando. Para cada acción hay una reacción. Futbolísticamente: golpeó, llevó”.

Brasil es el equipo más sucio de Mundial con 96 faltas y nueve amarillas en cinco partidos. Una buena dosis de pata. La FIFA, por su parte, niega cualquier favoritismo, pero Zico, el crack brasileño de los años ochenta, escribió en su blog de The Guardian que el jefe de la comisión de árbitros, Massimo Busaca, le contó que la consigna es que los jueces pitaran menos para que hubiera más espectáculo.

En el 2002, no se sabe cuál era la orden. Pero en ese Mundial, Corea del Sur, uno de los dos organizadores, se metió a semifinales gracias a una multitud de errores arbitrales. El ecuatoriano Byron Moreno dejó a Italia con 10 después de castigar a Franseco Totti por simular una falta. Y en cuartos de final, a España le anularon un gol y le pitaron varios fueras de lugar inexistentes.

¿Está pasando lo mismo en Brasil? A la ‘Seleção’ también le anularon un gol contra Chile y si bien, es la que más pata reparte, también es la que más faltas ha recibido en esta Copa. En todo caso, Luiz Felipe Scolari cree que sí hay un complot. Pero contra Brasil.

Hace unos días le dijo a un grupo de periodistas que “la FIFA quiere hacer fracasar el proyecto del hexacampeonato”. Parece que Scolari no solo es un técnico adepto del fútbol rudo y musculoso. También hace buenos chistes.