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Los invencibles

Al 'jiu jitsu', el arte marcial más antiguo del mundo, una familia brasileña le introdujo algunas variantes. Desde aquel día sus practicantes no conocen la derrota.

22 de septiembre de 2003

El mundo que rodeaba a Helio Gracie cuando acababa de cumplir 15 años no tenía mucho que ver con el tamaño de su cuerpo. La lucha libre, el boxeo y los 'valetudos' -peleas en las que vale todo- eran el medio en el que se movía este débil brasileño de apenas 60 kilos y tan sólo 1,70 metros de estatura.

Sin embargo lo que no sabían sus contrincantes era que Helio había conocido a Mitsuyo Maedá. Y que Mitsuyo Maedá había estudiado del jiu jitsu hasta sus mínimos detalles y que ahora su legado iba a quedar en la mente de Helio Gracie.

De esta manera el lánguido Gracie, bajo la tutoría de Maedá, se dedicó a aprender el jiu jitsu, arte marcial inventado por los monjes budistas del norte de la India para defenderse de los asaltantes del camino. Debido a que en el tercer milenio antes de Cristo su religión les prohibía el uso de las armas se vieron forzados a desarrollar un sistema de defensa personal en el que el único medio era su cuerpo.

Así, aplicando sus conocimientos sobre el cuerpo humano y consecuentemente las leyes físicas para aprovechar el momento, el balance, la palanca, los centros de gravedad y la transmisión del peso, los monjes crearon un modo de defensa que hasta el más enclenque podía utilizar para acabar con cualquier rival de turno. Gracias también a sus saberes de anatomía lograron manipular los puntos vitales del cuerpo humano y así nació el arte marcial más antiguo del mundo.

Mitsuyo Maedá, también llamado 'el Conde Koma', decidió escoger a Helio como su pupilo en agradecimiento a la colaboración que el diplomático Gastao Gracie -padre de Helio- le había brindado a la colonia japonesa radicada en el Brasil.

Tras dos años de estudio intenso Helio estuvo listo para subir al ring. Antonio Portugal, un boxeador que lo doblaba en tamaño, sería su primer rival. Con una llave de brazo Helio acabó con Portugal y de paso borró las risas de los espectadores, que habían asistido más por ver una masacre que un combate. Sólo fueron necesarios 30 segundos para que la casa se quedara con todas las apuestas. Esta sería la primera de muchas victorias contra rivales de todas las modalidades de combate que se negaban a aceptar lo que estaba pasando.

Helio se estaba convirtiendo en una persona respetada y reconocida en el medio y hasta el mítico estadio Maracaná, más lleno que en cualquier clásico Brasil-Uruguay, fue testigo de la pelea que registra el libro de los Guiness Records como la más larga de la historia. Tres horas y 45 minutos sin parar duró Helio combatiendo contra las 280 libras que pesaba el campeón mundial de lucha libre Valdemar Santana.

En 1951 al campeón mundial de los pesos livianos, llamado Kato, también le llegó su turno. Estrangulado en posición de guardia por Helio, se sumó a la lista de los derrotados.

Uno por uno todos fueron cayendo. El coraje, la valentía y el buen trato que le había dado el primer occidental en practicar este deporte convirtieron a Helio en un héroe nacional. En el Brasil todo el mundo lo quería ver y desde el Oriente llegaban cartas que lo invitaban a dictar clases y conferencias a lado de los más grandes maestros.

Como era de esperarse, 40 años después, los hijos de Helio heredaron el legado. Roriom, el mayor, decidió viajar a Estados Unidos para hacer popular este arte marcial. Con lo que no contaba era que le iba tocar empezar de cero y repetir la hazaña que había hecho famoso a su padre en la tierra de las garotas.

En las academias la gente se reía al verlo y todos le cerraban las puertas en la cara. El garaje que había rentado para dictar las clases lo tenía a él como el único inscrito. Pero un aviso en el periódico cambiaría el rumbo de las cosas. Cien mil dólares al que lo derrotara y una fila de personajes con cara de pocos amigos le daban la vuelta a la manzana. Un minuto, máximo dos, y las llaves mortales del jiu jitsu iban acabando con todos. Con el tiempo el show empezó a cambiar. Roiyce, hermano de Roriom, se enfrentaba contra cuatro rivales en una sola noche. Después contra ocho y hasta 12 alcanzó a derribar en una misma faena.

Estos resultados no eran normales en un personaje de tan sólo 77 kilos. Las cámaras llegaron y la popularidad fue tanta que a los hermanos Grace que aún vivían en el Brasil y a otros, como los Valente, que también habían aprendido el deporte, les tocó viajar al norte a enseñar a los cientos de aficionados que ahora querían practicarlo.

Las modificaciones y variantes que Helio y sus hijos le habían hecho al jiu jitsu produjeron un cambio de nombre en el deporte. Gracie ju jitsu se llamaba ahora el nuevo deporte de los invencibles.

En 1992 se creó la Grace Academy Torrance California y, consecuentemente, se realizó el primer torneo de Valetodo, el cual reúne desde ese día a todas las academias de Estados Unidos.

Hoy en día se realizan más de 500 competencias anuales y además de reconocidas estrellas de Hollywood, como Mel Gibson, Dani Glober, Steven Seagal y Guy Ritchie, todas las fuerzas militares de Estados Unidos tienen por obligación hacer el curso básico y practicarlo.

"Es un arte marcial rítmico, de momentos clave y mucha concentración. Casi nunca se ven puños ni patadas y esto hace que ni siquiera se vea violento. No hay que ser un atleta ni tener buena disposición física, lo que hace que sea accesible a todas las personas", dijo a SEMANA Guillerme Valente, instructor profesional de Gracie jiu jitsu en la Gracie Miami School of Self Defense.

La popularidad de este deporte se ha expandido hacia Europa y algunos países de América, como Chile y Argentina. Colombia no es ajena a ello. Ricardo Bayona, se dejó seducir por esta historia, y al otro día de recibir su cartón como profesional de administrador de empresas viajó y llegó a la academia Grace a golpear las puertas.

Tres años desconectado del mundo lo hicieron merecedor del cinturón que lo acredita como instructor profesional y obtuvo la franquicia por parte de los mismos Gracie para abrir la academia en Bogotá.

Posiblemente la historia hará que a Bayona no le toque empezar de la misma manera que los Gracie, porque seguramente habrá muchos colombianos que quieran unirse al bando de los invencibles. Lo cierto es que el Gracie jiu Jitsu es un deporte de ritmo y concentración que ha roto en dos la historia de las artes marciales.

Más información

A partir del mes de octubre se abrirá en Bogotá la primera academia profesional de Gracie Jiu Jitsu.

De la mano de Ricardo Bayona, profesores especializados estarán a cargo de dictar las clases.

Las puertas están abiertas para todo el que quiera aprender de este deporte que sin duda a revolucionado el mundo de las artes marciales.

Email: graciebogota@yahoo.com

Teléfono: 610 10 81