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Los Mateos del fútbol

Mientras Inglaterra llora la muerte de su legendario delantero sir Stanley Matthews, Alemania celebra un nuevo récord de Lothar Matthaus. Dos veteranos que han sido ejemplo para el mundo.

27 de marzo de 2000

El estadio Amsterdam Arena se preparaba el pasado miércoles 23 para la disputa del partido amistoso entre las selecciones de Holanda y Alemania, dos rivales que desde la final del Mundial de 1974 juegan a muerte cada vez que se encuentran. Sin embargo, antes de que se diera el pitazo inicial del partido, alemanes y holandeses por igual aplaudieron a rabiar, desde los cuatro costados del abarrotado estadio, la figura legendaria del jugador alemán Lothar Matthaus. Este recibió un ramo de flores pues se disponía a defender por 144 vez los colores de la selección de su país, un récord absoluto en el mundo, y más si se tiene en cuenta que durante cuatro años Matthaus no fue tenido en cuenta por el seleccionador Berti Vogts. Matthaus agregó así una nueva marca a su carrera, en la que se distinguió por haber participado en cinco copas del mundo (entre 1982 y 1998), registro que también alcanzó el arquero mexicano Antonio Carvajal, pero con muchos menos partidos jugados que el alemán. En el Mundial de Francia de 1998 Matthaus batió el récord de más partidos jugados en una copa del mundo (22, cuando ingresó en el minuto 46 del partido Alemania-Yugoslavia en reemplazo de Hamman), uno más que su compatriota Uwe Seeler, Diego Armando Maradona y el polaco Zmuda, y en octavos de final, ante México, en el mismo torneo, sumó 1.958 minutos jugados en un mundial, ocho más que Seeler y 15 más que Maradona.

Matthaus, nacido en la población bávara de Erlangen en 1962, debutó con la selección de su país en 1980, ante Holanda, en la ronda final de la Copa Europa de Naciones que ganó precisamente Alemania. En el mundial de España de 1992 jugó en dos encuentros y, a partir de 1986, se hizo casi imprescindible en el equipo alemán, que se consagró campeón del mundo en 1990 teniéndolo ya como capitán de la escuadra. Cuatro años después ya no era un volante sino el líbero del equipo, lo que no le impidió conservar la camiseta número 10.

Matthaus también brilló como integrante del Inter de Milán, que ganó el título en la temporada 1989-1990, y también con el Bayern Munich, equipo con el que ha sido cinco veces campeón de la Bundesliga.

Sin embargo no todo ha sido alegría en la carrera de Matthaus. El mundo no olvida su impotencia en el partido de cuartos de final del Mundial de Francia en el que Croacia venció 3-0 a los teutones, como tampoco su rostro desolado en la final de la última Champions League, en la que el Manchester United derrotó al Bayern de Munich con dos goles en tiempo de reposición. Este es tal vez el único título que se le ha escapado pues en 1987 el Porto, de Portugal, venció, también 2-1, al Bayern Munich en la entonces denominada Copa Europa de Clubes.



Un lord en la cancha

Ese mismo miércoles Inglaterra lloraba la muerte de sir Stanley Matthews, el endiablado puntero derecho que durante más de tres décadas mostró su clase en los estadios de Inglaterra y a quien el prestigioso periodista español Santiago Segurola considera “un Garrincha antes de Garrincha” pues, a juzgar por lo que muestran las viejas películas, Matthews utilizaba la misma táctica del brasileño para desairar a quienes intentaban marcarlo: amagaba arrancar por afuera y enganchaba el balón hacia adentro.

Matthews, quien nació en 1915 en Potteries, cerca de Stoke-on-Trent, en el centrooeste de Inglaterra, comenzó su carrera profesional en 1931 con el Stoke City. Tres años después debutó con la selección inglesa en Cardiff, que venció 4-0 a Gales. Uno de los goles de aquel partido lo marcó Matthews. En 1946 fue transferido al Blackpool, equipo con el que ganó la Copa de Inglaterra de 1953. Cuando Matthews fue elegido mejor jugador de Europa en 1956, año en el que se comenzó a entregar este premio, ya tenía 41 años de edad. Un año después, ante Dinamarca, jugó su último partido con la camiseta de Inglaterra. Sin embargo la cuerda le alcanzó para jugar como profesional hasta 1965 y se retiró a los 50 años y cinco días, después de que la reina Isabel lo nombrara Caballero del Imperio Británico. En total jugó 710 partidos en la liga inglesa.

Tal vez quien mejor logró describir su longevidad y su talento, en el libro El fútbol a sol y sombra, fue el escritor uruguayo Eduardo Galeano.

“En 1965, a los 50 años de edad, Stanley Matthews todavía provocaba graves casos de alucinación en el fútbol inglés. Los siquiatras no daban abasto para atender a las víctimas, que habían sido normales hasta el maldito momento en que se habían topado con este abuelo demoníaco, enloquecedor de zagueros.

“Los defensas lo agarraban de la camiseta o del pantalón, le aplicaban llaves de lucha libre o le tiraban patadas de página policial, pero no podían pararlo porque nunca lograban atraparle las alas. Matthews era puntero, que en inglés se dice winger. Wing significa ala, y Matthews fue el winger que más alto anduvo sobre tierra inglesa, a la orilla de la cancha.

“Bien lo sabía la reina Isabel, que lo hizo sir”.