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El Barcelona siguió siendo protagonista del fútbol internacional en el 2011. | Foto: AP

FÚTBOL INTERNACIONAL

Los otros premios: fiascos, héroes y villanos

Repase los hechos más destacados del fútbol internacional en el 2011, desde una perpectiva alternativa.

Diego Graglia/AP
5 de enero de 2012

El fútbol mundial está lleno de premios anuales y el principal, el Balón de Oro, se entrega el próximo lunes.
 
Pese a una avalancha de estatuillas que ya cansa hasta al más fanático, esta columna no se quiere quedar atrás y pretende rescatar algunos momentos que los simpatizantes del fútbol mundial disfrutamos (y no tanto) en 2011, aunque con categorías un tanto diferentes a las habituales:
 
El fiasco del año: Los cuatro clásicos
 
Entre abril y mayo, Barcelona y Real Madrid se cruzaron cuatro veces en 18 días por la liga española, Copa del Rey y Liga de Campeones. Propios y extraños se salivaban ante una seguidilla con pocos precedentes entre dos equipos cargados de estrellas del fútbol mundial.
 
Sin embargo, la única constante de los cuatro partidos fue la mala sangre. Faltas duras, faltas simuladas, tarjetas rojas, reclamos exagerados, marcas asfixiantes, un Madrid defensivo y de dientes apretados, un Barça que salió ganando sólo con chispazos de su buen juego.
 
Para cuando llegó el cuarto encuentro, la vuelta de semifinales de la Liga de Campeones, los propios estaban fanatizados más allá de lo racional y muchos extraños, decepcionados por tan poco fútbol.
 
El cuento de hadas del año: Venezuela
 
En los años 80 y 90, los equipos venezolanos eran el premio en los sorteos de fixtures de la Copa Libertadores o las eliminatorias: quien los sacara, sabía que tenía los puntos prácticamente asegurados.
 
En este siglo, un trabajo paciente y astuto ha llevado a la Vinotinto a alturas insospechadas. Su cuarto puesto en la Copa América de Argentina 2011, donde fue uno de los equipos más sólidos, confirmó esa ascensión.
 
Pero el momento más brillante fue la primera victoria en la historia de Venezuela sobre Argentina, un 1-0 con gol del vasco-venezolano Fernando Amorebieta en un Puerto La Cruz caluroso por el clima y por el fervor de los simpatizantes locales.
 
El villano del año: José Mourinho
 
Le metió un dedo en un ojo a un asistente técnico del Barcelona. Denunció conspiraciones en su contra e involucró hasta a la Unicef para justificar sus derrotas futbolísticas. Mandó a un equipo de estrellas a jugar un fútbol tacaño y patadura.
 
Pero el peor pecado del portugués es otro: es quien vio de más cerca la brillantez del Barcelona en 2011, en siete clásicos de los que su Real Madrid ganó apenas uno. Pero insistió en ser el único que no admite los méritos sobrados del mejor equipo del mundo.
 
La voluntad de ganar a toda costa es una marca de los grandes, pero saber perder sin envidias también.
 
El héroe del año: Julio Gómez
 
El mexicano Julio Gómez corre el riesgo de que su carrera sea toda cuesta abajo por la enormidad de lo que logró a los 16 años.
 
México pasó a la final del Mundial Sub 17 que luego ganaría en el Estadio Azteca gracias a la tarde que Gómez habrá soñado más de una vez y que miles de niños de todo el mundo se imaginan cada noche.
 
El joven jugador del Pachuca hizo el gol de la victoria 3-2 sobre Alemania en semifinales con una chilena en el último minuto del tiempo reglamentario, con la cabeza vendada tras un choque de testas con un rival en el gol olímpico mexicano que había empatado el marcador.
 
Gómez, que además había hecho el primer gol del partido, siguió en cancha tras perder gran cantidad de sangre sólo porque México no tenía más cambios. Los simpatizantes mexicanos adoptaron la venda en la cabeza como cotillón triunfal y la Tricolor redondeó su sueño al ganar su segundo Mundial de la categoría ante Uruguay.
 
La remontada del año: Newcastle 4, Arsenal 4
 
Parece hace mucho tiempo porque Arsenal ya no es un equipo que pelee la punta de la liga Premier. Pero fue en febrero de 2011 que los Gunners de Arsene Wenger dejaron escapar una ventaja de 4-0 para terminar empatando en su visita a Newcastle.
 
Arsenal ganaba 3-0 tras diez minutos y alargó diferencias antes del entretiempo, pero luego del descanso perdió por tarjeta roja a Abou Diaby, cuando éste cometió un penal. Joey Barton convirtió ése y otro penal, Leon Best agregó un gol y el marfileño Cheik Tioté metió el gol de su vida con una impresionante volea a un rincón desde fuera del área para empatar a los 87 minutos.
 
Quizás fue el principio del fin para Arsenal, que de haber ganado hubiera alcanzado en la punta a Manchester United —justo perdió ese día-, pero quedó pronto fuera de la lucha por la Premier. Después dejaría escapar de forma increíble la final de la Copa de la Liga con Birmingham, caería aplastado por Barcelona en la Liga de Campeones y también quedaría afuera de la Copa de la FA.
 
En la actual temporada de liga, los Gunners apenas aspiran a mantenerse entre los primeros cuatro de la tabla para seguir yendo a la Champions.
 
El cliché del año: "Falso nueve"
 
Los equipos históricos se hacen famosos entre otras cosas por sus innovaciones tácticas. Una de las marcas del Barcelona de Pep Guardiola ha sido su uso de Lionel Messi como delantero central, una posición muchas veces reservada a jugadores de gran porte físico y menor rango de movimiento que "La Pulga".
 
La "falsedad" de Messi como nueve viene del hecho que el argentino suele bajar mucho, incluso más allá del mediocampo, en busca de la pelota y de asociarse con sus compañeros en el "tiki taka" del Barça.
 
Pero la frase terminó por convertirse en un cliché que se usa cada vez que aparece en la televisión un delantero de menos de 1,70 metros, sin importar los movimientos que haga en la cancha.
 
El baile del año: Barcelona 4, Santos 0
 
Lo que se anunció como el gran choque "Messi vs. Neymar" terminó siendo una lastimosa paliza del Barcelona al Santos, que en Yokohama se quedó boqueando como un "Peixe" fuera del agua.
Pese al creciente poder económico del fútbol brasileño, fue una confirmación de que las ligas suramericanas están muy lejos del nivel de las europeas, a las que alimentan una porción importante de su talento nativo.
 
No sabemos si es cierto que, tras ver la pelota rodar entre azulgranas durante 90 minutos, Neymar le terminó rogando a Guardiola que se lo llevara a Cataluña. Pero sin duda el joven astro brasileño tendrá que armar las valijas en algún momento si quiere que se tome en serio su candidatura a sucesor de Messi como mejor jugador del mundo.