Home

Deportes

Artículo

Cristopher Froome es el primer británico en ganar dos veces el Tour de Francia. | Foto: teamsky.com

CICLISMO

Los secretos detrás de la victoria de Froome

El equipo Sky tuvo cada detalle calculado. Inteligencia artificial, dinero y novedosos entrenamientos fueron algunas de las claves.

27 de julio de 2015

Por segunda vez en su carrera, el ciclista Chris Froome, nacido en Kenia pero con el pasaporte de la Gran Bretaña, recorrió los Campos Eliseos de Paris como máximo héroe. Tras ganar el Tour de Francia en el 2013, volvió a subir al podio del Arco del triunfo, vestido de amarillo, y esta vez con la camiseta de lunares como mejor escalador. 

Aunque Froome se llevó los máximos honores y fue tapa de cientos de diarios en todo el mundo, es difícil negar que el 50%  de su victoria, incluso más, se debe a su equipo, el Sky, considerado el mejor del mundo de los pedales en la actualidad. Resulta paradójico. El equipo que ganó el Tour de Francia fue el español Movistar, del que hace parte el colombiano Nairo Quintana, el Sky fue el que consiguió que su jefe de pilas se llevara el título de la ronda francesa.

Froome es la cara visible de un enorme engranaje en el que cualquier detalle está rigurosamente pensado. Aquí no hay espacio para la improvisación. El ciclismo no es una mera competencia deportiva, hay mucha ciencia detrás. No en vano uno de los emblemas del equipo es: “Simplemente hacemos las cosas de otra manera”. ¿Pero qué fue lo que hubo detrás de todo?

Hay un nombre que no puede ignorarse: Tim Kerrison, el científico del deporte que encabezó el equipo Sky.

Entre las herramientas valiosas de Kerrison estuvo Triningpeaks, un programa informático especializado. Pero un software no hace toda la labor (el equipo Tinkoff Saxo, donde compite Alberto Contador, o el Orica, también usan este programa). La clave está en saber usar esta inteligencia artificial.

Los métodos que aplica el australiano Kerrison en los entrenamientos del equipo Sky, siempre son  monitoreados. Todos los datos que entregan los entrenamientos y la propia competencia son estudiados a rigor, luego se procesa la información para transmitírsela a todos sus corredores.

Su secreto consiste en aplicar los conocimientos científicos en el desarrollo de la actividad física. Para ello cruza referencias de parámetros diversos, como la aerodinámica, la frecuencia cardiaca, los valores hematológicos, la potencia. La ‘fórmula mágica’ está en analizarlos de la manera más adecuada y discutirlos con los directores del equipo, “para garantizar que la estrategia de cada carrera sea compatible con la capacidad del ciclista”, según dijo el australiano de 43 años en el diario El Mundo de España.

Kerrison se basa en esta herramienta para transmitirle a cada ciclista los planes individualizados de entrenamiento, recibir sus datos de potencia, de kilometraje y de velocidad. Esos fueron los datos que, supuestamente, fueron pirateados de su computador y utilizados para acusar de dopaje a Froome.

Además, el entrenador se ocupa de cada detalle de la alimentación y estudia la cadencia de pedaleo, la longitud de puertos, los desniveles, los vatios que se pueden mover en situaciones límites.

Debajo de Kerrison, el Sky tiene cuatro entrenadores, uno para cada siete ciclistas, que reciben una atención personalizada. “Preparamos los entrenamientos de cada ciclista, y es una tarea muy complicada. Debemos hacer un rompecabezas porque tenemos 28 corredores, 200 días de competición y 60 carreras. Mi método se basa en ser paciente”, explicó Kerrison.

Parte del método se basa en la denominada ‘periodización inversa’: es decir, dar la vuelta a la planificación que siempre se ha utilizado en el ciclismo. Froome empezó la temporada con entrenamientos muy intensos pero de corta duración. Para el preparador del Sky, el entrenamiento debe parecerse a la competición.

Hay otras figuras destacadas en el equipo Sky. Nicolas Portal, director del equipo Sky Sports, tiene que conducir, comunicarse con el equipo y hacer cálculos constantes sobre cómo el equipo debe ir en función de la ruta y de los rivales.

Cada ciclista bebe entre seis y ocho litros de agua por carrera. Es decir, 131 bidones para un equipo de nueve, mucho para transportar a su alrededor y la transferencia de mano de un coche en movimiento.

La inversión Froome

Hay otro factor: el combustible monetario que permite operar con confianza y garantizar resultados. El magnate Rupert Murdoch no escatima con el equipo ciclista. Él no intercede en absoluto en lo deportivo y da plenos poderes y autonomía a los entrenadores: simplemente otorga un ‘cheque en blanco’ con tal de que todo salga bien.

Para dimensionar la inversión que hizo el equipo y el propio Murdoch, basta saber que la bicicleta Pinarello Dogma F8 con la que Christopher Froome enfrentó las etapas más complejas de la competencia pesa 6,8 kilos y cuesta 12.000 libras esterlinas (unos 50 millones de pesos).

No solo Murdoch le suministra los recursos para que el equipo opere con todo lo mejore. Sky tiene un interesante contrato con la marca de automóviles Jaguar, la cual les da 15 carros. Como parte de la caravana hay, además, dos camiones y un bus.

A Chris Froome le lanzaron orina en la etapa 14, luego, en la 19, le escupieron. A su paso hacia la cumbre del Alpe d'Huez, desde la orilla de la carretera muchos aficionados le hacían el corte de manga. Cuando ganó la primera etapa de los Pirineos fue señalado de estar dopado, aunque no existiera ninguna evidencia que respaldara tales acusaciones.

Nada de eso pudo contra su talento, y la maquinaria de un equipo que no deja a la suerte ningún detalle, y donde nada falló.